Declaran culpable a asesino del empresario Gustavo Canahuati
Las indagaciones de la Unidad Nacional Antisecuestros (Unas) aportaron las pruebas suficientes para demostrar la culpabilidad del acusado por el secuestro y asesinato de la víctima
SAN PEDRO SULA. En el juicio que se le sigue a José Antonio Nolasco Pérez, jefe de la Mara Salvatrucha (MS-13), el Ministerio Público con las pruebas aportadas logró quebrantar su presunción de inocencia y fue declarado culpable por el delito de secuestro agravado en perjuicio del empresario Gustavo Leonel Canahuati.
Nolasco, alias Toño Caballo, purgará una pena de 40 años como mínima hasta privación de la libertad a perpetuidad. Al empre- sario Canahuati lo secuestraron el 28 de noviembre de 2018 y doce días después de estar en cautiverio fue encontrado asesinado dentro de unos sacos con señales de tortura en las cercanías de la aldea Casa Quemada, del sector de Cofradía.
Con las actuaciones investigativas llevadas a cabo por agentes de la Unidad Nacional Antisecuestros (Unas) de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) lograron la identificación de los responsables; entre ellos, José Antonio Nolasco, logrando darle captura el 7 de junio de 2021. Las indagaciones de la Unas establecen que el imputado es cabecilla de la Mara Salvatrucha y se encargaba de administrar y manejar la contabilidad procedente de las conductas ilícitas de esa organización criminal en el sector de Cofradía, Cortés.
José Antonio Nolasco Pérez, según las pesquisas de los agentes antisecuestros, fue quien planificó y cobró el rescate a la familia de la víctima y, pese a ello, lo asesinaron.
La Unas capturó al ahora acusado en Cofradía y le decomisaron, entre otras evidencias, 115,000 lempiras producto del cobro del rescate del empresario. Canahuati , según el dictamen de Medicina Forense, fue estrangulado. Gustavo Leonel Canahuati era hijo del también empresario y exregidor sampedrano Juan Leonel
El encausado José Antonio Nolasco Pérez pagará una pena desde 40 años de reclusión como mínina hasta la privación de la libertad a perpetuidad.
Canahuati.
Las indagaciones policiales establecen que los plagiarios le mandaron a los familiares de Gustavo
Leonel Canahuati un dedo de las manos como prueba de vida. Según lo informado, al dedo le hicieron pruebas científicas y corroboraron que era del secuestrado.
Con esa prueba de vida, la familia pagó el millonario rescate para que les devolvieran sano y salvo a su pariente, pero apareció sin vida dentro de un saco dos días después del pago.
Las autoridades de la Policía manejan la hipótesis de que un grupo de los secuestradores cobró el millonario rescate a espaldas de sus compinches y eso explica por qué los parientes del ahora occiso siguieron recibiendo llamadas exigiéndoles otro rescate después de hacer el pago por la liberación de su pariente, pero no hubo respuesta para los plagiarios a sus demandas.
Según la Policía, el engaño de sus compinches molestó a los otros secuestradores, quienes al ver que no les satisfacían sus exigencias decidieron quitarle la vida. Gustavo Canahuati era ingeniero eléctrico de profesión y fue secuestrado en Naco, Santa Bárbara, cuando venía de su empresa generadora de energía, que funciona en esa zona.