Elecciones en la CCIC
Alas puertas de las nuevas elecciones de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), este 22 de febrero, los empresarios de este vital departamento tienen en sus manos la elección de sus nuevos líderes que les guíen, representen y defiendan los principios de la libre empresa y su papel en el impulso de la economía nacional y la defensa de los valores democráticos de la patria. Al proceso se presentan dos planillas, una encabezada por el empresario René Bendaña, un conocido profesional de la ingeniería industrial, citricultor y gerente general de la empresa Salut, y Karín Qubain, quien ha ocupado cargos gremiales y miembro de la junta directiva de la Federación Mundial de Cónsules. Los electores, en su mayoría emprendedores y microempresarios, deberán escoger libremente entre ambos empresarios, teniendo presente que a quien escojan le entregarán la misión de promover con responsabilidad social el fortalecimiento de la libre empresa en el marco de un Estado de derecho donde impere la ley y la justicia. Cuando el país retornó a la democracia, fue la empresa privada la que con su autoridad moral la impulsó.
Por lo tanto, es una obligación actuar con transparencia. Sin embargo, en los últimos procesos internos de la CCIC, hemos visto tristemente cómo hay opacidad, incumplimiento de las reglas, abusos y un fanatismo obcecado para continuar. Ahora es realizar cualquier cosa para mantenerse, lo que hace que muchos se pregunten ¿qué hay detrás? , ¿cuál es el fondo para continuar usufructuando una entidad tan necesaria y vital para el desarrollo y la gestión de la empresa privada?
Hoy, a las puertas del proceso de elecciones, se ve el favoritismo, la zancadilla, la traba, el obstáculo y abuso.
Eso no manda un buen mensaje de elección democrática. Es por eso que en este proceso no se debe olvidar el papel que la empresa privada ha jugado históricamente en el fortalecimiento de la democracia de nuestro país y recordar que por ello son los llamados a dar ejemplo de democracia en sus organizaciones.
Hoy, es importante que los electores no olviden los objetivos que dieron vida a la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés en 1931, con el fin de promover, mediante el desarrollo empresarial, el progreso social de Honduras, el que sin duda debe sustentarse en el respeto irrestricto, a nivel nacional, de la Constitución y sus leyes, y a nivel gremial, de los procesos de las instituciones que, como en este caso, juegan un papel importante en el fortalecimiento de la democracia y el desarrollo del país.
Se añoran aquellos viejos tiempos.