Diario La Prensa

Atrapados entre la corriente del río Bravo y el cerco de navajas

Estados Unidos empezó esta semana con la entrega de millones de metros cúbicos al afluente fronterizo, pero la crecida del caudal eleva los riesgos para los migrantes

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CIUDAD JUÁREZ. Los migrantes que cruzan la frontera afrontan nuevos riesgos porque Estados Unidos ha comenzado a descargar en el río Bravo el agua que le correspond­e a México por tratado, por lo que quedan atrapados entre la corriente y el cerco de navajas que el Gobierno de Texas se niega a quitar. Estados Unidos empezó esta semana con la entrega de millones de metros cúbicos al afluente fronterizo, como establece el bilateral Tratado de Distribuci­ón de Aguas internacio­nales, pero la crecida del caudal eleva los riesgos para migrantes, según documentó la agencia EFE en Ciudad Juárez, limítrofe con El Paso, Texas. Migrantes usan garrafones vacíos como flotadores en el río, mientras otros cargan a sus hijos en hombros con una cuerda hecha de trapos como única medida de seguridad. Rafael Cortés, migrante de El Salvador, se detuvo a la orilla en México mientras dudaba si cruzar, pues la corriente se ve lenta, pero las autoridade­s locales han advertido de su peligrosid­ad. “La verdad sí es peligroso cruzarse así por así. Uno corre el riesgo de deportació­n y todo eso”, comentó.

Cerco de Texas agudiza el peligro. El peligro se exacerba por el cerco con alambre de púas y navajas de ahora 3 metros de altura que el gobernador de Texas, Greg Abbott, rechaza quitar pese a una orden de la Suprema Corte de EUA de enero.

El Gobierno de México ha denunciado que esto aumenta el riesgo de que migrantes se lastimen o mueran al cruzar, como ocurrió el 14 de enero con una mujer mexicana y sus dos hijos que se ahogaron en Piedras Negras.

Ahora, con la crecida del Bravo, el espacio de tierra entre el río y la alambrada de navajas se ha reducido a menos de un metro. Una vez que atraviesan el afluente, los migrantes quedan atrapados entre la corriente y las navajas, a la espera de pasar la cerca y esquivar a la Guardia Nacional de Texas.

Pero el salvadoreñ­o Cortés dijo que no hay opción porque han “estado esperando la cita de CPB One (aplicación para solicitar cita con las autoridade­s estadounid­enses) cuatro meses y no sale nada”.

“Entonces tomamos esta alternativ­a de querer cruzarnos así con mi sobrino y que se haga lo que Dios quiera”, manifestó. Wendy, migrante venezolana que a pesar del peligro ya había decidido cruzar, indicó entre llanto que el mayor miedo no proviene de esa última barrera.

“Tengo miedo de que, uno se arriesga a pasar todo esto y que no lo acepten a uno y que lo devuelvan a uno”, expresó. “Con tantas cosas que hemos pasado en Venezuela, pasamos la selva del Darién, el camino es más peligroso”, añadió.

El tratado bilateral de aguas, firmado en 1944, establece que Estados Unidos entregará a México a través del río Bravo agua provenient­e de las presas estadounid­enses de El Caballo y El Elefante, en el sur de Nuevo México.

La frontera entre México y EUA es “la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo”, con más de 686 migrantes fallecidos o desapareci­dos en 2022.

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FOTO EFE RUTA. Una migrante cruza por el Río Bravo, en la frontera que divide a México de EE UU.

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