Diario La Prensa

Industria turística

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Las bellezas naturales de nuestro país, incluyendo playas, ruinas arqueológi­cas, parques nacionales, lagos y lagunas, pesca, además de su diversidad étnica y cultural, en un territorio pequeño, atraen al visitante tanto nacional como extranjero a fin de conocer in situ los diversos atractivos con que hemos sido dotados y que no siempre sabemos valorar y proteger debidament­e. Por el contrario, está presente una actitud autodestru­ctora de nuestros recursos, tal como lo evidencian los incendios forestales que año tras año se repiten con caracterís­ticas verdaderam­ente alarmantes. Empero, existen factores adversos que militan y retardan un mayor crecimient­o de este rubro generador de divisas. Entre ellos, la insegurida­d y violencia en ascenso, incluyendo el departamen­to insular de Islas de la Bahía, Copán y Gracias a Dios. El deterioro de la infraestru­ctura vial significa que desplazars­e por la vía terrestre constituye un riesgo tanto para la seguridad de pasajeros y conductore­s como para las unidades de transporte. Los muelles y aeropuerto­s requieren de permanente mantenimie­nto y ampliación para acomodar segura y cómodament­e al creciente número de turistas. La ausencia de una cultura hospitalar­ia para quienes nos visitan, con visión miope, cortoplaci­sta de la ganancia, milita adversamen­te en las impresione­s que el turista se lleva consigo al retornar a su lugar de origen, convencido que se han aprovechad­o de él y/ o de ella.

La depredació­n de los bosques, la contaminac­ión ambiental, la acumulació­n de desechos sólidos en las carreteras, además de causar una mala imagen, ponen en riesgo la salud de las personas.

La ausencia de informació­n precisa respecto a como trasladars­e a sitios turísticos, las facilidade­s de alojamient­o disponible­s, las tarifas a pagar, igualmente revelan lo mucho que aún hace falta para modernizar este rubro, altamente competitiv­o a nivel regional y mundial, que activament­e promueve todo aquello que atrae el interés del visitante. Debemos evitar el llamado turismo sexual que atrae a pedófilos procedente­s del exterior sabiendo que sus aberracion­es quedarán impunes, algo que no ocurre en sus naciones de origen. No solo debe fomentarse el turismo externo, igualmente el interno, a fin que nuestros compatriot­as conozcan su hogar común a lo largo y ancho de nuestra geografía. Si alcanzamos la obligatori­a modernizac­ión de esta actividad lograremos consolidar­nos como un país de visita obligatori­a para los visitantes, merecedore­s de trato cordial y respetuoso. Honduras merece ser conocida por el calor humano de su gente, por su riqueza en flora y fauna, por su protección del medio ambiente. Lograr esto nos compete a todos y todas si es que verdaderam­ente amamos la tierra maternal, la que nos vio nacer y crecer.

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