El príncipe Felipe de Edimburgo encantador
El hombre bajo la sombra de la reina Isabel, quien caminó cuatro pasos atrás de ella, anunció que se retira de sus compromisos reales a partir de agosto, después de setenta años de servicio a la Corona británica, convirtiéndose en el consorte más longevo
Nació siendo príncipe, era el quinto hijo y único varón de la princesa Alicia de Battenberg y del príncipe Andrés de Grecia. Su infancia fue muy dura, tenía 18 meses cuando fue evacuado dentro de una caja de naranjas en un barco británico y junto a su familia tuvieron que exiliarse. Llegaron a París y su padre empezó a frecuentar los casinos, su madre fue ingresada por problemas mentales a un centro psiquiátrico, y su hermana Cecilia, su marido y sus dos hijos fallecieron en un accidente aéreo. A los diez años fue entregado a sus parientes lejanos, luego ingresó a la Marina Real Británica y participó activamente en los combates durante la Segunda Guerra Mundial. A los 18 años lucía alto, guapo y delgado. Ella tenía 13 años cuando lo conoció y la diferencia de edad no fue obstáculo para ambos. Fue la princesa heredera al trono británico la que dio el primer paso y decidió escribirle una primera carta, con la que dio comienzo a una relación que durante meses se mantuvo, gracias al correo postal en plena Segunda Guerra Mundial. Felipe, quien no contaba con ninguna riqueza, llegaba a los eventos con ropa sencilla. Fue la institutriz de Isabel, Marion Crawford, la que lavaba y ponía botones a las dos únicas y viejas camisas del joven, porque siempre usaban el uniforme de la marina. Prácticamente no tenía más que cinco piezas para vestir de civil .Tuvieron que pasar ocho años más para casarse y obtener el título de duque de Edimburgo.
Desde ese momento se convirtió en el apoyo inquebrantable de la reina en las últimas siete décadas. Se casaron enamorados, pero los momentos de felicidad no duraron mucho. “Yo soy el único hombre en el país, no se les permite dar su nombre a sus hijos. No soy más que una ameba”, dijo en su momento. Fue el inicio de una lista de infidelidades, hasta se llegó a decir que la reina le había dado carta abierta al duque, para que la pasara bien. Se le vinculó con la actriz Zsa Zsa Gabor, Patricia Hodge, Daphne du Maurier, cuyo marido trabajaba en la oficina del príncipe; la dueña de un cabaret y amiga de la infan-
cia Helene Cordet, madre de uno de sus ahijados y Pat Kirkwood , una estrella musical. Además entre ellas destacan una princesa, una duquesa, dos condesas y varias del mundo de equitación. A muchas de ellas las llevaba a navegar en el yate Britannia. El duque necesitaba un escape y la reina empezó a sentirse molesta. A su lista se suma la desaparecida actriz Carrie Fisher, la afamada princesa Leia de La Guerra de las Galaxias , quien reveló en sus memorias que entre ellos hubo más que un simple coqueteo, durante una fiesta “me acarició el trasero”, recordó en su momento. “Con lo guapo que es el príncipe Felipe, no sabía si estaba intentado ligar conmigo o simplemente ejerciendo un derecho real de manosear a los extranjeros”, dijo. Aunque a él le hubiera gustado tener un papel más activo, no lo hizo y renunció a cualquier gesto de publicidad para dedicarse completamente a apoyar a la reina, y eso los británicos se lo reconocen y agradecen. Con el nacimiento de sus hijos se sintió realizado, lo mismo que con la llegada de sus nietos. Beatrice y Eugenia hijas de su hijo el príncipe Andrés, se lleva de maravilla, bromea mucho y comparte chistes, aunque no puede ni ver en pintura a su madre Sarah Ferguson. Harry y William aman al duque, en especial el pelirrojo Harry, a quien está muy unido; igual a Zara y Peter Phillips, los hijos ya casados de la princesa Ana.
Durante los años se le ha catalogado como el hombre más políticamente incorrecto de la Familia Real británica, pero es un lujo que se puede dar. En 1981, presionaron a su hijo Carlos para que se casara con Diana o que de una vez la dejara. Cuando los príncipes de Gales decidieron divorciarse, la reina y Felipe organizaron una reunión para buscar que se reconciliaran, pero no hubo éxito. Se dice que Felipe le escribió a Diana, expresando su decepción por las relaciones extramaritales de Carlos. Cuando la princesa murió en 1997, Felipe participó en el funeral, caminando con sus dos nietos en el cortejo fúnebre. Por su parte, Mohamed Al-Fayed, cuyo hijo también murió en aquel accidente, afirmó que el príncipe Felipe había ordenado la muerte de Diana y que el percance fue un montaje. La investigación sobre la muerte de la princesa Diana y Mohamed, concluyó que no habían pruebas de una conspiración. Felipe tiene un toque artístico para pintar, diseñar joyas, monedas y hasta ventanas. Asimismo tiene un gran amor por las aves, fotografía, artes, caballos y la ingeniería. Ahora ya está listo para retirarse, “es mejor salir antes que llegar a la fecha de caducidad”, dijo. Su retiro obedece a su deseo de evitar que su creciente fragilidad física se exponga en público.