Roberto Ramírez
Entre habilidad y pasión, el diseñador Roberto Ramírez prueba ser un ejemplo de dedicación y talento. Un llamado de su verdadera vocación como artista lo llevaría a redescubrirse para elegir el mundo de la moda como carrera. Su incursión en este campo nos lleva a retroceder un poco en el tiempo, “hace nueve años decidí cambiar mi estilo de vida y cumplir mi propósito como artista mediante el diseño de moda. En realidad ya tenía muchas habilidades en el tema y simplemente me ganó esa pasión, pues en realidad mi área de estudio era la química”. A pesar de haber iniciado en otra carrera, su inclinación por los cortes y las formas, las texturas y la figura femenina en especial, lo volcó en un giro que definiría su historia. “Mi primer diseño lo hice directamente sobre un cuerpo femenino, estudiando las formas que mejor lo complementaban. Con una amiga como lienzo, comencé a investigar sobre cortes y a pesar que fue un reto, fue genial descubrirme en el camino”. Con un sentido explorador que lo guiaría a formarse en esta profesión de manera autodidacta, Roberto continuaría desafiando sus propios límites. Sus primeras colecciones vendrían con un jovial entusiasmo arraigado, siempre en su afán de auto descubrimiento. Su participación en el Heathrow Fashion Show 2012 en San Pedro Sula probaría su aceptación ante el público, logrando exitosamente cautivarlos con su estilo clásico prêt-à-porter. “He evolucionado mucho desde que inicié. Poco a poco he obtenido la aceptación de mis clientes bajo mi estilo propio, a la vez logrando sentirme cómodo con mis creaciones y como artista”.
Romántico y elegante son los adjetivos que decidiría usar para identificar este estilo que ha probado ser un respiro de aire fresco en la escena de la moda hondureña. Artístico pero a la vez con una clara de visión de estructura y corte ideal, su meta al crear un atuendo recae en “vestir a aquella mujer clásica, que aprecia los detalles y la fineza detrás de cada prenda, reconociendo su exclusividad”. Esta declaración, descubrimos, coincide con su rasgo distintivo como diseñador, buen amante de la sencillez de una pieza minimalista, pero a la vez fijado en el enigma de un mundo de geometría oculto, detrás de sus líneas y drapeados. Con tanto deseo por probarse, desafiar y crear, los límites son objetivos por lograr para Roberto Ramírez, que está continuamente buscando retarse a sí mismo. Hoy, su enfoque está puesto en explorar su sentido de creatividad, jugando con figuras geométricas minimalistas sin perder su artistic edge.
Mientras se prepara para presentar su propuesta para BAC Credomatic American Express Estilo Moda, Ramírez reconoce la importancia de seguir buscando expandir sus habilidades. “La moda en Honduras ha tomado un giro positivo desde hace algunos años, contando con una nueva gama de artistas realmente geniales. La responsabilidad es grande por continuar educándose profesionalmente, evolucionar, apreciar y respetar el trabajo de quienes tengan buenas propuestas, sin cerrar puertas”, dice.
Es así como se caracteriza Roberto Ramírez, un joven artista que enmarca el potencial hondureño audaz y sin medida. Con una visión positiva sobre el futuro, su incansable ímpetu promete mantenernos intrigados y la espera de sus siguientes pasos, aquellos que sin duda traerán consigo abanicos de posibilidades que nos sorprenderán.
La década de los 90 apenas comenzaba. La moda grunge y los colores neón invadían los armarios mientras todos buscaban la manera de expresar su individualidad a través de la ropa. El mundo comenzaba a adorar la sonrisa y a imitar la melena rebelde de Julia Roberts y a adoptar como himnos los temas hard rock de la banda Guns n’ Roses. Eran tiempos de piercings, tatuajes y cabelleras de volúmenes y tintes extravagantes. En Honduras, los vientos de cambio soplaban poco a poco, la moda llegaba directo del exterior y pocos se atrevían a expresarse con sus propios diseños. Eulogio Barrientos tenía 25 años y todas las ganas de lanzarse a la aventura de crear moda. No era una decisión fácil, pero a veces tienes que cambiar el rumbo drásticamente para seguir tu verdadero camino.
“Cuando estudiaba la carrera de Derecho en la UNAH mi amigo Francisco Sibrian Bueso me repetía constantemente que me saliera de la universidad y me dedicara a ser diseñador ya que siempre estaba dibujando vestidos. Fui creyendo que quizás podría lograrlo pero no tenía los medios. Años después mis dos mejores amigos que siempre creyeron en mí; Alejandro, quien ya no está entre nosotros, y Rodolfo, me decían lo mismo, que debía ser diseñador pues tenía buen gusto y muchas amistades que con el tiempo me seguirían. Así con ellos comenzó la aventura en 1991”.
Los problemas y los obstáculos serían parte de esa aventura. Abrirse campo no sería fácil, “tenía miedo de mi padre, un hombre estricto y machista que jamás aceptaría un hijo diseñador pues siempre me repetía que me tenía estudiando leyes... desobedeciendo a mi papá pero obedeciendo a mi corazón de artista pude hacerlo... ¿Cómo? luchando, con fe en Dios y jamás dudando de mis capacidades de aprender día a día, así pude comenzar”.
Un paso a la vez, tropezando y levantándose, seguro que pasara lo que pasara debía continuar, Yoyo, como todos lo llamamos con cariño, superó la agitada década de los 90 y motivado por Miguel Caballero Leiva, presentó su primera colección el 18 de octubre de 2001. “Él me convenció que la hiciera, yo tenía miedo de presentar algo a los medios que no me conocían... Recuerdo esa sensación de haberlo logrado y haberlo hecho bien pero además el reconocimiento de la prensa...fue un éxito total”. La colección minimalista y con toques de vanguardia de Yoyo Barrientos era la promesa de una etapa distinta.
Con el nuevo milenio, llegaron nuevos retos, nuevas exigencias y la necesidad de aprender cada vez más, de adaptarse a los cambios y crecer, algo que Yoyo ha sabido hacer muy bien todo este tiempo, “después de 25 años de luchar por mi carrera como diseñador y pese a todas las dificultades de todo tipo a las que me he enfrentado, realmente siento que he crecido profesionalmente, mi conocimiento acerca de la moda se ha ampliado igual que mi aprendizaje sobre técnicas, uso de tecnología y tratar de mantenerme siempre a la vanguardia”.
Más de dos décadas después nos encontramos con un Yoyo más seguro de sí mismo, que en todos los aspectos demuestra una ascendente transformación, “siento que he evolucionado en todo, cortes, terminados, adaptación de nuevos y nobles materiales, ahora se trabajar a la perfección los encajes, bordados y otros tejidos nuevos”, dice el diseñador que define su estilo como un lujo simple y atemporal. En aquel primer desfile, quizás le pareció difícil creer que se convertiría en uno de los favoritos de la moda hondureña, todas queremos llevar uno de sus vestidos con carácter, cortes limpios y texturas glam. ¿A qué mujer viste Yoyo Barrientos? Su respuesta no tarda en llegar: “a aquella segura de sí misma, que si usa un vestido sencillo, lujoso o sexy siempre se ve impecable y elegante”. Apasionado de las telas nobles como el lino puro, algodón, gazar de seda y encajes, el diseñador está listo para presentar su propuesta en BAC Credomatic American Express Estilo Moda 2017. ¿Con qué nos sorprenderá esta vez? Todos queremos saber, pero él solo adelanta que “con algo bien simple y muy común pero al estilo Yoyo Barrientos, mi inspiración ... tal como me gustaría ver a la mujer hondureña es sus actividades diarias”. Podemos imaginarlo desde ya, dando rienda suelta a su estilo y gusto por las telas más sofisticadas, haciendo sketches e inspirándose con el mundo que lo rodea. Los 90 quedaron atrás y la marca ha evolucionado acorde a los nuevos tiempos, “la marca ha cambiado mucho, especialmente en los últimos años, desde que cuento con el apoyo de mi mano derecha Peggy Castillo quien tiene una visión fresca, actual y vanguardista en todo lo referente a la moda .... ella es lo máximo. Siempre buscamos juntos cómo hacer crecer y diferenciar la marca Yoyo Barrientos sin que pierda la esencia original”.