¡NO TE PREOCUPES!
Ya sé lo que dirás. ¿Cómo no voy a preocuparme? Es inevitable, nos preocupamos por todo, desde lo que puede pasar hasta lo que seguramente nunca sucederá. Conoce hasta qué punto puede afectarte el exceso y cómo puedes enfrentarlo.
La preocupación mata, seguro has escuchado, y peor aún, has conocido en carne propia la verdad que hay detrás de esta frase condenatoria. Y es que no podría ser más cierta, está demostrado que cada vez que nos preocupamos la respuesta del cuerpo es incrementar los niveles de cortisol, comprometiendo el sistema inmune y volviéndonos cada vez más susceptibles a las enfermedades. Diferentes investigaciones han confirmado la relación entre el cortisol y afecciones o síndromes como estrés, depresión, desórdenes bipolares, diabetes, osteoporosis, problemas cardiovasculares, entre otros. Con esto no quiero decir que debas vivir en un permanente estado zen, es imposible, todos nos preocupamos por cosas como el trabajo, los estudios, las relaciones, las finanzas o la salud, pero hay un límite entre lo normal y el exceso. De acuerdo a una investigación de la Universidad de Surrey, el exceso se traduce en “una cadena interminable de pensamientos e imágenes mentales que afectan de forma negativa y que son relativamente incontrolables”. Una constante ansiedad, preocupación por lo que pueda pasar, insomnio, desconcentración y angustia son apenas algunas señales de que has excedido el límite. ¿Qué hacer? Sí, puedes meditar, ejercitarte, buscar libros de autoayuda, eso y mucho más, pero lo primero es enfrentar tus preocupaciones. Aquí un pequeño plan: 1. Comienza por buscar una libreta o tu notepad y escribe una lista de todas las cosas que te preocupan, desde lo más pequeño hasta lo más grande, -siempre puedes ir agregando más-. 2. Piensa, medita bien y escribe una solución para cada uno de esos problemas. Por ejemplo, si tu situación económica te tiene ansioso, necesitas crear un plan para obtener más ingresos o gastar menos. Si es un tema de salud, pon en marcha un plan de acción para cambiar tu estilo de vida. Si temes que te despidan, prepara tu hoja de vida y define un plan B a seguir. 4. Comienza a ejecutar las acciones necesarias para solventar tus preocupaciones. Haz cada día una cosa que te acerque más a la solución del problema.5. Finalmente, no te preocupes por las cosas sobre las que no tienes control. No puedes saber cuándo ocurrirá un fenómeno natural, un accidente o la pérdida repentina de un ser querido, por ejemplo. Puedes prevenir ciertas cosas pero no tener control de todo. Respira, no te enfermes pensando en lo que podría pasar mañana.