HÁBITOS IRRITANTES
Repasamos algunos de los tantos hábitos que nos hacen ver desagradables ante los demás.
maginemos que visitamos por primera vez un restaurante elegante. El sentido común nos indica que disfrutaremos de una linda velada. Sin embargo, una vez allí, desde una mesa escuchas a un grupo de personas hablar fuerte y reírse a carcajadas y el sonido de celulares que no paran de timbrar. Percibes saturación auditiva e invasión espacial. Intentas calmarte y evitar que tus gestos reflejen tu mal humor. Pero no lo puedes controlar. Estás viviendo otra experiencia negativa, producto del comportamiento del ¨nuevo maleducado¨. Desagradable, pero real. Si nos animáramos a hacer una lista de aquello que nos disgusta de los otros, cada uno podría dar su opinión. Pero existen hábitos inconcebibles que nos incomodan a todos por igual: 1. La impuntualidad. Ya lo hemos dicho en varias oportunidades. Ser puntual es ser educado. Por ende, no hay excusas cuando se convierte en un hábito llegar tarde. 2. Entrar a un lugar y no saludar o bien, cancelar un compromiso por no tener deseos de asistir. ¡Sin comentarios! 3. Escuchar a alguien hablar con sarcasmo o decir malas palabras a cada momento. Si bien hay situaciones que ameritan este último punto, desbocarse frente a cualquiera puede dejarnos mal parados. Los que hacen comentarios ofensivos, despectivos, quienes gritan, manipulan sin anestesia o se creen más que uno compartiendo todo el tiempo sus propios logros. Ni hablar de los que presumen lo que tienen. En fin… todos ellos dejan mucho que desear.
4. Los ruidos merecen un espacio importante. Perturba escuchar a alguien tronarse los dedos, hablar con la boca llena o masticar goma de mascar con la boca abierta y de paso hacer bombas. También cuando golpean los cubiertos contra los dientes o entre sí, los que hacen ruido mientras beben agua o líquidos. Los que arrastran los pies al caminar o escuchan música sin audífonos en la oficina. Too much! 5. Los aromas inadecuados también forman parte de los hábitos desagradables. La falta de higiene o demasiada fragancia pueden saturar olímpicamente el ambiente para mal. En el gym molesta quien tiene la costumbre de dejar huellas de transpiración en las máquinas o elementos de gimnasia, como colchonetas o pesas. Para ellos, doble sanción social. 6. Existen comportamientos que requieren de privacidad y suma discreción que no deberían hacerse en público, como el uso del escarbadientes, maquillarse, pintarse las uñas o utilizar la pinza de cejas. 7. Es de pésimo gusto ver el monitor de una computadora ajena o intentar leer qué escriben en un chat por celular. ¡Ni lo intentes! 8. Resulta desagradable cuando en una reunión se habla en un idioma que no todos dominan o con una jerga desconocida; cuando interrumpen y no te dejan terminar de hablar; y cuando, sin razón aparente, te cambian los planes a último momento. 9. Hay quienes te dejan en ¨visto¨ cuando les escribes por algo importante; los que te etiquetan en un post o en una foto en la que no muestras tu mejor lado o te comparten una y mil cosas. 10. Molesta cuando las personas no respetan las filas, no te devuelven lo que les has prestado o se desesperan por comida en un buffet. Y así podríamos seguir enumerando situaciones incómodas y comportamientos inadecuados, con los que nos enfrentamos a diario. No aspiramos a que los demás actúen como nosotros, solo que recuerden que si cumplimos entre todos las reglas básicas de educación, viviremos en paz en una sociedad que exige respeto al derecho ajeno, dando el primer lugar a la cortesía y a las buenas maneras. Si intentamos no hacer lo que no nos gustaría que nos hicieran, iremos por el camino correcto. A todo esto, ¿ya has pensado qué hábitos tuyos pueden molestar a los demás? Si los identificamos, podremos cambiar. Finalmente son las pequeñas cosas las que hacen que todo sea más agradable.