DIEGO BONETA en la piel de LUIS MIGUEL
Para el actor, esos encuentros con su ídolo fueron esenciales para poder concretar su transformación. Y cuando le tocó reunirse con él vestido y maquillado como Luis Miguel a sus veinte años, la reacción del gran músico fue muy divertida. “Él me dijo: ‘¡wow, qué guapo estás, amigo!’. Tiene un gran sentido del humor. Fue estupendo verlo reaccionar a las escenas que filmé y escucharlo decir cosas como: ‘ese soy yo’. Más aún porque es muy detallista con ciertas cosas, sobre todo con su música. Es muy, muy particular, por eso es bueno. Escucharlo decir eso fue genial”. Aunque hay rumores que señalan que le volverá a tocar encarnarlo en una segunda temporada, hoy Boneta está muy ocupado, rodando en España una nueva película de Terminator, en donde trabaja de igual a igual con otros ídolos en su vida, como Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton, y en donde el productor es el mismísimo James Cameron, un nuevo salto en la carrera hollywoodense que viene construyendo desde hace años.
Desde que se mudó a Estados Unidos ha hecho audición tras audición y asistió durante un año y medio a clases de perfeccionamiento de su inglés, que hoy le permiten no tener acento. Fue, sin embargo, una audición especial la que le abrió un par de puertas importantes, por más que en su momento haya sonado como un fracaso. Cuando Ryan Murphy invitó a quien quisiera postularse a una prueba abierta para Glee, Boneta mandó un video, que si bien no le consiguió un lugar en el programa, fue visto por los productores de Rock of Ages, quienes le dieron el papel protagónico en la adaptación del musical de Broadway a la pantalla grande. Años después, Murphy lo volvió a contactar para darle un papel en su serie Scream Queens, porque si bien no lo tomó en aquella primera instancia, nunca se olvidó de él. Diego dice que de todos los fracasos se aprenden y en ese sentido, Rock of Ages fue una gran lección. “Definitivamente fue algo muy duro para mí, pero fue algo donde yo aprendí, y hoy no sabes cuánto agradezco el haber vivido eso con mi primer película, porque oyes muchísimas historias de actores que sacan sus primeras películas y les va increíble. Lo mismo con la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta. Se sienten invencibles. De repente sale la sexta y nadie la ve; y ese golpe, ese nocaut, los tumba. Y uno siempre se cae, siempre. El chiste es qué tan rápido te puedes levantar. Y creo que después de haber aprendido eso con mi primera película -que no va a ser la única vez que haga algo que no tiene éxito, o que la gente no ve- me siento súper orgulloso, y a la fecha pagaría yo por hacerla 5 veces, simplemente por el aprendizaje y por lo que fue que Tom Cruise fuese mi mentor. Hoy es un amigo mío y simplemente por eso fue el mejor verano de mi vida. Eso me dio las herramientas para poder lidiar con el éxito y con el fracaso de una manera madura”.
Aunque el film estrenado en 2012 fue un fracaso estrepitoso en taqui-
lla, para Boneta fue una de las experiencias más memorables de su vida. “Trabajar con Tom fue sencillamente maravilloso. Nos pasamos mucho tiempo juntos porque aprendimos al mismo tiempo a tocar la guitarra. Muchas veces nos dedicábamos a improvisar. La experiencia fue increíble porque Tom es una estrella de cine, pero a la vez es la persona más humilde del mundo. Siempre está muy agradecido por poder hacer lo que hace, que es lo que más disfruta en el mundo. Cada día de rodaje se comportaba como si nunca más pudiera volver a filmar una película. Era como un niño en una juguetería, y a la vez, se le nota la experiencia. Ha trabajado con todos los grandes y ha estado en muchísimas películas. Para mí era mi primera vez, y verlo trabajar así fue una gran inspiración. Es que tenía adelante a un hombre que no solo es talentoso, sino que es agradecido y humilde, lo cual es una rara combinación”, dice con entusiasmo.
Hijo de dos ingenieros que de pronto se encontraron con un niño con una fuerte inclinación artística, e hicieron todo lo posible para que pudiera concretar su vocación, Diego sostiene que su formación en la televisión mexicana ha sido fundamental para que actualmente le vaya tan bien del otro lado de la frontera. “No sé si hacer tantas escenas en un día te hace mejor como actor o no, pero es algo que a mí me ayudó mucho. Hay un libro de Malcom Gladwell que se llama Outliers y en el que estudia a las personas más exitosas que han vivido, desde Steve Jobs y Bill Gates a The Beatles, y algo que él encuentra de todas esas personas es que tuvieron que practicar 10 mil horas antes de que el éxito llegara. Yo hice tres novelas en México, de los 13 a los 15 años, cada novela duró aproximadamente un año, en los cuales filmé de lunes a domingo 16 horas diarias, pero mi punto es que las 10 mil horas creo que las terminé en un año. Eso lo que me dio fue mucha experiencia y el estar muy cómodo frente a una cámara, y yo diría que más que nada el poder sentirme cómodo tomando notas y aplicándolas muy rápidamente, porque en México no tienes chance de hacer 20 tomas, es dos tomas y próxima escena. Esa creo que es la mayor virtud que yo le saqué a eso, que puedo yo realmente implementar las notas de los directores de series americanas de una forma muy rápida porque mi entrenamiento fue así. Yo aprendí frente a las cámaras, y mi primera película fue como mi Juilliard, pude aprender de Tom, de Paul Giamatti, de Bryan Cranston y de Alec Baldwin, que a mi juicio no están nada mal como profesores”, dice sin ocultar su orgullo.