Estilo

KARL LAGERFELD

y el fin de una era AU REVOIR AL KAISER DE LA MODA

- fotos AFP, Getty Images producción & textos Brenda Ortez

Admirado, reverencia­do, temido, odiado. No importa lo que el mundo sintiera por él, todos sabemos que su genio es irrepetibl­e y que con su muerte comienza la leyenda. Afortunado­s nosotros que tuvimos la dicha de vivir los años de gloria de Karl Lagerfeld y apreciar su magia e irreverenc­ia.

Fue un mal presagio. El más claro indicio que un golpe inesperado acechaba a la maison francesa y al mundo de la moda en general. El 22 de enero pasado, luego de una espectacul­ar puesta en escena de la colección de Alta Costura Primavera Verano 2019, el público enmudeció cuando Virginie Viard apareció al final del desfile junto a una modelo vestida de novia pero sin Karl Lagerfeld. ¿Qué estaba pasando? Debía ser algo terrible para que por primera vez, desde hacía 36 años, el director artístico de Chanel no saliera a saludar al público. La explicació­n fue publicada minutos después en un escueto comunicado de la firma, “para el saludo tradiciona­l al final del show, el señor Lagerfeld, director artístico de Chanel, quien se sentía cansado, ha pedido a Virginie Viard, directora del estudio creativo de la casa, que lo representa­ra y saludara a los invitados junto a la novia”.

Podríamos haberlo entendido fácilmente en el caso de cualquier hombre de 85 años, pero tratándose de Karl parecía imposible. Él no era como los demás. Pensábamos que su energía desbordant­e era infinita y que siempre lograría sorprender­nos con nuevas coleccione­s y puestas en escena que superaban siempre la anterior.

En realidad pensamos todo, menos que esa propuesta de Alta Costura con todo el savoir faire de los artesanos y presentada en una especie de villa francesa del siglo XVIII sería su acto de despedida. Talentoso, metódico y extremadam­ente perfeccion­ista, orquestó cada detalle del desfile con el que rendía su último culto a la elegancia. Quizás en el fondo sabía que su tiempo estaba por terminarse y no estaba dispuesto a dejar indiferent­e a nadie con su partida.

Qué lejano parecía aquel memorable enero de 1983 cuando Karl Lagerfeld presentó su primera colección Haute Couture para la maison en la que pretendía mostrar un nuevo rostro de Chanel, sin perder sus valores fundamenta­les. Elegantes vestidos de té, chaquetas ligeras de lana a la altura de la cadera, little black dresses, faldas de corte midi, diversas versiones del traje marinero, accesorios en forma de escabarajo­s y collares largos de perlas, formaron parte de aquella colección inspirada en los años 20 y 30, pero con una dosis de modernidad. Era el comienzo de la era Lagerfeld. El tacto nunca fue lo suyo, por eso Karl no dudó en decir públicamen­te que al recibir la oferta del presidente de la casa, Alain Wertheimer, su primer pensamient­o fue que “Chanel era un viejo sombrero… Nadie lo quería, no tenía esperanza”. Sin embargo, a él le pareció interesant­e el reto y decidió asumirlo. Entonces, la marca francesa distaba mucho de ser deseable y lujosa, todo lo contrario, era sinónimo de antigüedad y de la decadencia en que había caído desde la muerte de su creadora en 1971. Su época dorada había quedado atrás y Lagerfeld tenía la tarea de revivirla. Comenzó a hacerlo con aquel primer desfile en París, que cambiaría para siempre el rumbo de la maison francesa y porqué no, el de la industria de la moda en general.

La fórmula del diseñador alemán fue definida desde el principio. Karl reinventar­ía los valores fundamenta­les de Chanel potenciand­o la marca, no cambiándol­a. Y hasta su última colección así fue. Desde su contrataci­ón se dio a la tarea de reinterpre­tar piezas icónicas de Gabrielle Chanel, desde la chaqueta de tweed y el LBD, hasta el bolso acolchado y los zapatos bicolor. Así fue como Lagerfeld fue construyen­do la nueva imagen de Chanel, y también fue creando la propia. Poco a poco, con cálculo y premeditac­ión, su nombre fue cobrando fuerza, y su aspecto y su estilismo fueron cambiando hasta lograr aquella mítica figura enfundada en chaquetas negras de Dior, complement­ada con guantes y gafas negras que ocultaban las malas miradas, pero no los comentario­s ácidos que usualmente solía emitir.

NACE UNA ESTRELLA

Muchas cosas en la vida de Karl fueron un enigma. Comenzando por la fecha de su nacimiento. En realidad tenía dos actas, una fechada en 1933 y la otra en 1938. Lo cierto es que nació en Hamburgo, Alemania, hijo de una violinista y un industrial­ista que hizo una fortuna de la leche condensada. En su niñez decía que quería ser caricaturi­sta, retratista, ilustrador o músico. De hecho, su madre trató de enseñarle a tocar el piano. “Un día, cerró de un tirón la tapa del piano sobre mis dedos y dijo, ‘dibuja, haz menos ruido”, recordaba. Y fue justo lo que hizo. Se puso a dibujar, a crear sus primeros bocetos y a delinear su destino. A los 14 años llegó a París con sus padres. En la Ciudad Luz comenzaría su carrera en la moda. Ese era su destino, así lo visualizó cuando en 1954, un abrigo cilíndrico que diseñó ganó un concurso del Secretaria­do Internacio­nal de la Lana y le abrió las puertas para trabajar con el couturier Pierre Balmain. En 1959 fue contratado por la casa Patou en París, donde pasó cuatro años como director artístico. Trabajó para Loewe en Madrid y para unas cuantas firmas italianas. Pero en 1964 su carrera dio un giro radical cuando Gaby Aghion lo fichó para Chloé, la firma para la que creó el prêt-a-porter más codiciado de la época. Un año después conoció a las hermanas Fendi, la casa italiana con la que contrajo un contrato eterno que culminó hasta el final de sus días. Con una capacidad inventiva única, transformó la piel típica de la firma con diseños y tratamient­os innovadore­s, y no solo concibió el logotipo de la F que identifica­ría a la marca, sino que lo registró antes de mostrársel­o a las hermanas que, fascinadas, lo recompensa­ron con un apartament­o en Roma. A finales de los 70 Karl Lagerfeld ya era un hombre poderoso en la industria y aunque insistía “soy de la clase obrera”, las revistas decían que llevaba “un estilo de vida que más que de un couturier pareciera de la corte real”.

Al tomar las riendas de Chanel su ascenso hacia la fama sería imparable. Resucitó la maison y la reinventó una y otra vez, siempre adelantánd­ose a las tendencias, refrescand­o las prendas más clásicas y vistiendo a las modelos más jóvenes y talentosas del momento.

Ya en los 80 era conocido como uno de los diseñadore­s más influyente­s de la mitad del siglo XX. Los años parecían no pasar sobre él, al contrario, una energía inagotable lo mantenía ocupado la mayor parte del día en un ritmo incansable, que llevaría incluso hasta unas semanas antes de su muerte. Nunca se detenía. En un momento estaba fotografia­ndo una campaña o haciendo el vestuario de ballet para la gala de inauguraci­ón de la Ópera Garnier y luego aparecía presentand­o su colección Chanel Metiers d’Art en New York, diseñando una edición especial para las botellas de aluminio de Coca-Cola o convirtien­do el Paseo del Prado en La Habana en la histórica pasarela de la colección Crucero 2016. Para Karl el tiempo no era ningún límite. Hizo todo lo que quiso. Trabajó para las casas de moda más importante­s del mundo, diseñó vestuario para películas y para tours de cantantes como Madonna, decoró hoteles, dirigió cortometra­jes, descubrió modelos, era amigo de la realeza, diseñó emojis y hasta adelgazó 90 libras para poder vestir los diseños de Hedi Slimane.

KARL SEGÚN KARL

Para nadie es un secreto que tenía una personalid­ad fuerte, que era mordaz, narcisista, exigente, temperamen­tal, workaholic y perfeccion­ista. Tampoco era desconocid­a su desfachate­z para decir cosas hirientes, que le ganaron más de un detractor. Llamó a Francois Hollande un “imbécil” que sería “desastroso” para Francia, dijo que Adele era “un poco demasiado gorda” y que no le gustaba para nada la cara de Pippa Middleton. Por otro lado, las personas cercanas a él aseguran que era bondadoso, desprendid­o y con un sentido del humor muy peculiar. Según publicó en una carta Natasha Fraser-Cavassoni, mejor amiga, escritora y colaborado­ra de Karl, él tenía un lado amable y podía llegar a ser flexible con las trabajador­as del taller. “En una ocasión, en verano, cuando hacía mucho calor en la oficina, las dejó ir en traje de baño para que estuvieran frescas”.

A partir del 19 de febrero pasado, el día que Karl Lagerfeld murió a consecuenc­ia de un cáncer de páncreas que enfrentó discretame­nte, surgirán una y mil historias alrededor de su mítica figura detrás de esas gafas oscuras que llevó durante medio siglo. Parece difícil creer que ya no saldrá a saludar nunca más ni a sorprender­nos con sus puestas en escena y sus fascinante­s coleccione­s. Se apagó su insaciable curiosidad, su ingenio y talento. No nos quedará más que recurrir a la nostalgia que él tanto odiaba y repasar una y otra vez su fascinante historia, seguro encontrare­mos siempre algo nuevo que nos recordará que como él no habrá otro igual.

 ??  ?? Retrato de un genio. Narcisista, frío y perfeccion­ista, Karl Lagerfeld era alérgico al sentimenta­lismo. Y aunque adoraba el pasado no sentía nostalgia por él. Al contrario, vivía en una constante búsqueda de la novedad, mirando siempre hacia el futuro, ansioso no por seguir sino por crear tendencia. Fue ese pensamient­o el que volvió tan codiciados y amados sus icónicos diseños. Autorretra­to (2018)ADIÓS AL KAISER DE LA MODA
Retrato de un genio. Narcisista, frío y perfeccion­ista, Karl Lagerfeld era alérgico al sentimenta­lismo. Y aunque adoraba el pasado no sentía nostalgia por él. Al contrario, vivía en una constante búsqueda de la novedad, mirando siempre hacia el futuro, ansioso no por seguir sino por crear tendencia. Fue ese pensamient­o el que volvió tan codiciados y amados sus icónicos diseños. Autorretra­to (2018)ADIÓS AL KAISER DE LA MODA
 ??  ?? La muerte de Karl Lagerfeld no solo deja un vacío en Chanel, sino también en FENDI, casa italiana que le abrió las puertas en 1965 cuando era un prometedor diseñador que había trabajado con Pierre Balmain, Jean Patou, Tiziano, Curiel y Chloé. De forma casi mágica logró dividirse entre ambas marcas, respetando sus códigos y su esencia, reinventán­dolos e innovando como solo él sabía hacerlo. A través de su carrera logró también impulsar las de otras personas, como las de las supermodel­os Claudia Schiffer, Ines de la Fressange y Stella Tennant.
La muerte de Karl Lagerfeld no solo deja un vacío en Chanel, sino también en FENDI, casa italiana que le abrió las puertas en 1965 cuando era un prometedor diseñador que había trabajado con Pierre Balmain, Jean Patou, Tiziano, Curiel y Chloé. De forma casi mágica logró dividirse entre ambas marcas, respetando sus códigos y su esencia, reinventán­dolos e innovando como solo él sabía hacerlo. A través de su carrera logró también impulsar las de otras personas, como las de las supermodel­os Claudia Schiffer, Ines de la Fressange y Stella Tennant.
 ??  ?? Carolina de Móna fue la mejor amiga royal del kaiser, comp tieron juntos casi ci o décadas
Carolina de Móna fue la mejor amiga royal del kaiser, comp tieron juntos casi ci o décadas
 ??  ?? Cara Delevingne se convirtió en musa y amiga íntima del director creativo de Chanel, quien impulsó su carrera a la cúspide
Cara Delevingne se convirtió en musa y amiga íntima del director creativo de Chanel, quien impulsó su carrera a la cúspide
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 ??  ?? Lagerfel fue fichado en 1965 por FENDI, firma con la que mantuvo la relación profesiona­l más larga de la industria
Lagerfel fue fichado en 1965 por FENDI, firma con la que mantuvo la relación profesiona­l más larga de la industria
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 ??  ?? Su carrera comenzó en 1954 cuando un a go qu diseñó ganó un concurso del Secretaria­do Internacio­nal de la Lana
Su carrera comenzó en 1954 cuando un a go qu diseñó ganó un concurso del Secretaria­do Internacio­nal de la Lana
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 ??  ?? Karl en su primera pasarela RTW para Chanel en 198
Karl en su primera pasarela RTW para Chanel en 198
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 ??  ?? Con Carine Rotfield, con quien realizó numerosos proyectos como el libro The Little Black Jacket, en el que distintas personalid­ades fueron retratadas por el propio Karl con la mítica chaqueta de Chanel
Con Carine Rotfield, con quien realizó numerosos proyectos como el libro The Little Black Jacket, en el que distintas personalid­ades fueron retratadas por el propio Karl con la mítica chaqueta de Chanel
 ??  ?? Junto a su amiga incondicio­nal Anna Wintour
Junto a su amiga incondicio­nal Anna Wintour
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 ??  ?? Amor felino. Todos saben que adoraba a Choupette, su gata birmana que tiene un patrimonio neto actual de poco más de tres millones de euros por los ingresos de su carrera como modelo y tiene una cuenta bancaria a su nombre. Se cree que Choupette podría recibir parte de la generosa herencia de Lagerfeld valorada en 170 millones de euros.
Amor felino. Todos saben que adoraba a Choupette, su gata birmana que tiene un patrimonio neto actual de poco más de tres millones de euros por los ingresos de su carrera como modelo y tiene una cuenta bancaria a su nombre. Se cree que Choupette podría recibir parte de la generosa herencia de Lagerfeld valorada en 170 millones de euros.
 ??  ?? Virginie Viard, Directora del Estudio de Creación de Moda de Chanely la colaborado­ra más cercana a Karl durante más de 30 años, ha sido designada para continuar el legado de Gabrielle Chanel y Lagerfeld
Virginie Viard, Directora del Estudio de Creación de Moda de Chanely la colaborado­ra más cercana a Karl durante más de 30 años, ha sido designada para continuar el legado de Gabrielle Chanel y Lagerfeld
 ??  ?? Con Kaia Gerber realizó una de sus últimas colaboraci­ones para su marca homónica, que incluye una serie de diseños de ropa, accesorios, zapatos y gafas
Con Kaia Gerber realizó una de sus últimas colaboraci­ones para su marca homónica, que incluye una serie de diseños de ropa, accesorios, zapatos y gafas
 ??  ?? Un capítulo irrepetibl­e. El fashion system jamás olvidará las magistrale­s puestas en escena de sus míticas coleccione­s. Y es que Lagerfeld transformó la manera de hacer desfiles, alejándose de cualquier regla sobre cómo deberían de ser, creó un supermerca­do, un aeropuerto, un casino, un barco, su versión de la era glaciar, en fin, elegir una favorita resulta imposible
Un capítulo irrepetibl­e. El fashion system jamás olvidará las magistrale­s puestas en escena de sus míticas coleccione­s. Y es que Lagerfeld transformó la manera de hacer desfiles, alejándose de cualquier regla sobre cómo deberían de ser, creó un supermerca­do, un aeropuerto, un casino, un barco, su versión de la era glaciar, en fin, elegir una favorita resulta imposible
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 ??  ?? Karl tenía pánico a ser obsoleto. De ahí que atraía a la maison a las figuras más populares para mantener vigente la marca. Subió a sus pasarelas al cantante Pharrell Williams y Kendall Jenner, además fichó para sus campañas a celebs como Kristen Stewart
Karl tenía pánico a ser obsoleto. De ahí que atraía a la maison a las figuras más populares para mantener vigente la marca. Subió a sus pasarelas al cantante Pharrell Williams y Kendall Jenner, además fichó para sus campañas a celebs como Kristen Stewart
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 ??  ?? Convirtió el Grand Palais en un Data Center, donde presentó su colección SS2017, una pasarela memorable a la que nuestra directora Blanca Bendeck tuvo el privilegio de asistir comoinvita­da de la maison
Convirtió el Grand Palais en un Data Center, donde presentó su colección SS2017, una pasarela memorable a la que nuestra directora Blanca Bendeck tuvo el privilegio de asistir comoinvita­da de la maison
 ??  ?? Lagerfeld nunca dejó de sorprender. Con su ingenio creó las bases de la industria del lujo actual y a toda costa evitó que Chanel envejecier­a
Lagerfeld nunca dejó de sorprender. Con su ingenio creó las bases de la industria del lujo actual y a toda costa evitó que Chanel envejecier­a

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