365 mañanas
EL REGALO DE AñO NUEVO
No me da miedo el mañana. Me gusta planear, me gusta imaginar, y a los cuarenta y algo parece que traigo chip optimista, con todo y que a veces siento que ya, ya, ya se acaba el mundo... En lo macro, me desilusiono, pero en lo personal, me pongo optimista. Si no lo fuera, no estudiaría más, no querría planear viajes, no querría construir cosas
buenas. Y para eso es que me gustan las agendas y los calendarios, para hacer planes. ¿Y tú? ¿Qué planeas hacer
con los 365 días de 2020?
Ya lo están llamando “veinte – veinte”. Creo que es por temor a decir “dos mil veinte” y sentirnos más viejos. ¡Que lo estamos! Me encantan los calendarios, las agendas. Los almanaques de pared, de esos que regalaban en las tiendas, con el santoral. Los nuevos, con paisajes de lugares increíbles, o los de muñequitos. Y los cuadernos de notas en blanco. Todo eso que uno busca en diciembre para el Año Nuevo – aunque se lo receten desde finales de septiembre -, prefiero eso a los arbolitos de Navidad prematuros. No me da miedo el mañana. Me gusta planear, me gusta imaginar, y a los cuarenta y algo, parece que traigo chip optimista, con todo y que a veces siento que ya, ya, ya se acaba el mundo. Porque si yo fuera Dios, en serio hubiera halado la cadena hace rato. ¡Esta raza hecha a imagen y semejanza suya sí que la ha embarrado cientos de veces! Cosa que los dinosaurios no le hubieran arruinado la creación. En lo macro, me desilusiono, pero en lo personal, me pongo optimista. Si no lo fuera, no estudiaría más, no querría planear viajes, no querría construir cosas buenas. Y para eso es que me gustan las agendas y los calendarios, para hacer planes.
¿Qué hacen ustedes con los calendarios nuevos? Yo creo que todos nos fijamos primero en qué día cae nuestro cumpleaños. “Cae lunes, ugh… hey, cae viernes, qué bueno!”… “A ver, cuántos feriados tenemos, ¿se pueden juntar con sábado o domingo?” Después de marcar los cumpleaños, los feriados y puentes, viene lo bonito. ¿Qué nos gustaría hacer? ¿Playa? ¿Alguna meta ambiciosa? ¿Graduaciones?
Por suerte los calendarios no son clarividentes, nunca te dicen “en este mes vas a llorar, en este mes vas a estar cortito de plata, aquí vas a estar hasta el cuello de trabajo”. Nosotros en cambio sí podemos asignarles acontecimientos: “en agosto termino con ese curso. Nos vamos a visitar a la familia en abril, comienzo a guardar plata desde ahora”. Hay planes del 2020 que los hago con marcadores de color. Otros, marcador negro. Y muchos, con lápiz. Hay que estar abierto a los cambios, y no siempre todo sale como a uno se le mete en la cabeza – note to self -. ¿Qué representa ese calendario nuevo? Es un puñado de “mañanas” nuevas. Son “mañanas”, no “despuéses”. Oportunidades y la gracia es aprovecharlos.
Bill Gates, Michelle Obama, Isabel Allende, vos y yo, todos tenemos exactamente la misma cantidad de días en ese calendario. Varía la distribución de los días, de las horas, pero cómo administramos el tiempo, eso es distinto. Obligaciones, presupuestos, todo eso varía, lo sé, pero ese calendario en la pared, ese es un regalo de la vida diciéndonos: “Nada, pues, volvamos a empezar. Ya pasó el que pasó, luego revisamos qué tal nos fue. A lavarse la cara, vestirse guapos, guiñarle el ojo, aquí viene el veinte/veinte, que no sepa que tenemos miedo, que nos vea entusiasmados: tomá, un año nuevo”.
(Curiosamente nadie me regala calendarios. Tengo uno en la pared, otro en el escritorio, una agenda de mano, un cuaderno en blanco, el Outlook en la compu y otro en el cuarto. Necesito muchos).
¡Es que no quiero desperdiciar ni uno solo! Si lo uso para descansar, ¡no hago nada, pero nada! Si es para trabajar, que avance mucho. Si es para entrenar, que me canse. Si nos vamos de fiesta, que lloremos de risa. Encariñate desde ahora con 2020. ¿Cómo le vas a decir? Estaba pensando llamarlo “veinte bis”. Abrázalo, solo hay uno.
AQUÍ VIENE EL 2020, QUE NO SEPA QUE TENEMOS MIEDO. QUE NOS VEA ENTUSIASMADOS: “TOMÁ, UN AÑO NUEVO”