Candida Brush
Ser un emprendedor no significa iniciar un negocio necesariamente. Se trata de una mentalidad. Puede serlo en una ONG, o en una corporación”
Candida Brush es la vicerrectora de Liderazgo Empresarial Global de la escuela de negocios Babson College (Massachusetts, EE.UU.), una de las escuelas de emprendimiento mejor calificadas del mundo. Brush estuvo en Costa Rica y habló con E&N, en la Conferencia Euro Americana de Mujeres Líderes (organizada por Incae y Voces Vitales), centrada en el emprendedurismo femenino. Lleva más de 35 años, desde 1981, investigando sobre las mujeres y considera que el emprendimiento es la mejor manera de crear valor social y económico.
¿Por qué es la mejor manera?
Bueno, no es lo único que se debe hacer. No se trata solo de educar a la gente, no funciona solo con la esperanza de que las personas van a aprender una mentalidad empresarial. Tiene que existir un cambio en la política. Debe haber políticas y programas gubernamentales. Es necesario contar con el apoyo de las empresas y tener un ecosistema de apoyo al pensamiento empresarial y al progreso. Se trata realmente de progreso económico, de la creación de riqueza social y económica; de eso estamos hablando.
Además, es evidente que se necesita tener innovación y tecnología. ¿Se puede aprender a ser un emprendedor? En primer lugar, ser un emprendedor no significa iniciar un negocio necesariamente. Se trata de una mentalidad. Se trata de las acciones que cada quien realiza.
Puedo ser emprendedor en una organización sin fines de lucro, puedo ser emprendedor en una gran corporación. Puedo identificar una situación, pensar en cuáles son mis talentos y hacer pequeños experimentos para resolver ese problema dentro de una organización. Así que ser un emprendedor no es solo iniciar un negocio, esa es la definición más estrecha.
El segundo aspecto es que en América Latina la gente suele trabajar por cuenta propia, probablemente desde hace años. También tienen pequeñas empresas, pero nunca piensan en el hecho de que pueden ser emprendedores, adoptar una mentalidad empresarial y ver cómo hacen crecer y expandir esos negocios. Parte de ello se debe a la falta de comprensión de esta mentalidad porque el espíritu empresarial se definió de manera muy estrecha anteriormente. Apenas el 22 % de las pymes en América Latina están en manos de mujeres ¿Es Es importante hablar de ellas porque no lo hemos hecho. Si piensas en la mayoría de lo que sabemos, las propuestas, los pasos en la mayoría de los libros de texto, todo proviene de investigaciones sobre hombres. Entonces, ¿cómo sabemos que es el enfoque correcto para todos los emprendedores? Tampoco se puede hablar solo de hombres empresarios cuando el 50% de la población es femenina. Tienes que considerarlos a ambos.