el desarrollo de vivienda y comercial retorna a la ciudad
Guatemala vive un boom de desarrollos verticales, muy atractivos para un mercado que, huyendo del tráfico, está volviendo a vivir -y a consumir- dentro de la ciudad.
El sector construcción en Guatemala se mueve a ritmo desigual: un sector privado que se mantiene dinámico, en contraste con un sector público cuya inversión se desplomó en la última década. El crecimiento del sector, por el orden de 3,4% en 2015, cayó al 1,8% en 2016 debido a regulaciones que complicaron la aprobación de permisos, y muestra una tendencia a reactivarse en 2017, cuando proyecta crecimientos del 3,6% según la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC).
En 2016, el número de licencias de construcción de viviendas autorizadas fue de 3.645, (más de 988.000 metros cuadrados de construcción). En el estudio “La Huella Económica del sector construcción”, Paulo de León director ejecutivo del Central America Business Intelligence (CABI) destaca que en 2015, la huella del sector en la economía fue de US$6.270 millones, equivalente al 9,1% del PIB. De acuerdo al estudio, un 85% de las ventas del sector construcción provienen del sector privado, y solo 15% las generó el sector público.
Otro dato relevante: 30% de lo facturado por el sector construcción se da en la zona metropolitana, y el 70% en otras ciudades y municipios del país, lo que muestra un creciente fenómeno de urbanización.
En el país, el déficit habitacional alcanza a 1,5 millones de familias, estima el viceministro de Vivienda Carlos Estuardo Barillas Estrada. Más de 50.000 familias se suman cada año a ese déficit. El funcionario advierte en el estudio “Situación actual de la vivienda en Guatemala” que el sector de la construcción se ha enfocado en generar vivienda para clases medias y altas. “El Estado debe generar las condiciones para que el sector privado invierta en vivienda de interés social, y para que los posibles compradores tengan mecanismos de acceso a créditos y distintas opciones”, sostiene.
La inversión del sector constructor privado sigue aumentando en Guatemala, enfocada en desarrollo de vivienda y comercial “pensamos que viene una etapa de crecimiento que va a ser fundamental para el país, pero están frenando el desarrollo la falta de inversión pública y el déficit de vivienda social”, afirmó José René González Campo, presidente de la Cámara Guatemalteca de la Construcción.
Juan Pablo Estrada, Presidente de la Asociación Nacional de Constructores de
Vivienda, (Anacovi), informó que en la feria ExpoCasa, celebrada en junio de 2017, se presentaron 76 de los más de 100 proyectos que están ejecutándose en el área metropolitana. “Hubo un incremento del 40% en ventas respecto a años anteriores”, informó.
“Si bien tenemos buena demanda, los trámites son cada vez más complicados. Poner en marcha un proyecto, desde el momento de la selección del terreno hasta el inicio de la primera piedra lleva entre año y medio y dos años”, expuso Estrada.
RETORNO A LA CIUDAD
En los últimos años Guatemala se desarrolló hacia las afueras, creando nuevos polos de vivienda y comercio en zonas como carretera a El Salvador y El Naranjo, en el municipio de Mixco. Pero esa tendencia cambió: la gente está regresando a vivir dentro de la ciudad, priorizando la calidad de vida, coinciden los expertos.
Eso ha detonado un boom en el desarrollo de edificios de apartamentos. “El 90% de los proyectos de apartamentos que están en desarrollo en 2017 llevan índices de venta muy altos y los que se están terminando, en su mayoría están totalmente vendidos”, aseguró Diego Flores, presidente de la Cámara de Corredores de Bienes Raíces.
En la zona metropolitana de Guatemala, el 53% de los proyectos que se promueven son vivienda vertical y el 47% vivienda horizontal, un cambio significativo en la oferta que hasta hace tres era un 35% vertical contra 65% horizontal. “Ya no hay tierra para seguir haciendo proyectos de gran extensión de vivienda horizontal, a menos que estén lejos de la ciudad. Con los problemas de tráfico y de infraestructura vial que tiene el área metropolitana eso es insostenible, la única solución de vivienda que se le puede dar a la gente es vivienda vertical”, indicó.
La mayoría de edificios ofrecen apartamentos de 100 metros cuadrados. El rango de precios oscila entre US$1.300 hasta US$2.000 el m2, expuso Flores.
Además, agregó, el mercado está desarrollando proyectos de apartamentos más grandes para familias que están retornando de zonas como carretera a El Salvador a sectores premium dentro de la ciudad, como las zonas 10, 14 o 15. Para estos compradores, hay desarrolladores que ofrecen apartamentos grandes, de arriba de 200 metros cuadrados, explicó el presidente de la Cámara de Corredores de Bienes Raíces.
Dentro de esos proyectos verticales, hay desarrollos de usos mixtos. “En la medida que la gente regrese a la ciudad, esa tendencia se va a seguir multiplicando. La gente quiere tener mucho más cerca los servicios, y el desarrollo mixto es el futuro”, previó el presidente de la Cámara de la Construcción.
CENTROS COMERCIALES: A LA BAJA
En la capital guatemalteca, la construcción de grandes centros comerciales han entrado en un impasse, después de años de mucha inversión. En 2017 no se observan grandes proyectos comerciales, observó el presidente de la Cámara de la Construcción.
Lo que si crece son los pequeños comerciales de conveniencia. “Es una tendencia que acompaña el regreso de la gente a vivir a la ciudad. Si, ya no voy a recorrer 30 kilómetros para llegar a mi casa, donde tengo opción de parar en cinco diferentes centros comerciales, sino que voy a recorrer diez cuadras, en esas cuadras tiene que haber servicios, (el banco, la lavandería, el supermercado). Además la municipalidad de Guatemala incentiva los usos mixtos, entonces muchos desarrolladores escogen tener un local comercial en el primer nivel de los edificios, con eso se logra comunidad y se favorece cierta convivencia de los vecinos del edificio donde está el local y de los aledaños”, explicó León.
En cuanto a proyectos de edificios de oficinas, también se observa un crecimiento moderado. “En el mundo lo que se ve es que las oficinas se comprimen, una empresa no necesita 500 metros de oficina sino 200 m2, con un uso eficiente del espacio, mucha gente trabaja en casa. Eso deriva en que estemos viendo un achicamiento de los espacios de oficina, no hay en la ciudad grandes proyectos corporativos importantes”, dijo el director de CABI.