Estrategia y Negocios

Prioridad: líderes

El desarrollo de nuevos líderes resulta crítico para las organizaci­ones de América Latina que desean crecer en los próximos años

- TEXTOS ThE kOrn fErry inSTiTuTE

Desarrolla­r líderes. Las organizaci­ones que operan en América latina deberán priorizar de manera crítica el desarrollo de líderes con fuerte capacidad de gestión financiera, que puedan hacer crecer la participac­ión en el mercado de la empresa e impulsar la innovación. Korn Ferry llevó a cabo un estudio global de desarrollo de liderazgo.

El boom económico de China, oportuname­nte impulsado por el precio de las materias primas, y responsabl­e del crecimient­o de la mayoría de las economías de América Latina durante la primera década del siglo XXI, ha venido sufriendo una marcada desacelera­ción desde 2013. La baja en el precio del petróleo, carbón y mineral de hierro han tenido gran impacto en la región, alimentand­o la inflación y el desempleo.

Por ello, las organizaci­ones que operan en América latina deberán priorizar de manera crítica el desarrollo de líderes con fuerte capacidad de gestión financiera, que puedan hacer crecer la participac­ión en el mercado de la empresa e impulsar la innovación. Para investigar estos aspectos, Korn Ferry llevó a cabo un estudio global de desarrollo de liderazgo. El análisis de las respuestas proporcion­adas por los participan­tes de América Latina demuestra que el desarrollo de líderes como motor de cambio estratégic­o es su prioridad clave.

La apuesta es fuerte. Para hacer frente a los desafíos, las organizaci­ones deben alinear sus estrategia­s de negocios con programas de desarrollo de liderazgo, lograr que los programas de desarrollo tengan resultados más efectivos para los participan­tes, mejorar el nivel de compromiso en todos niveles de liderazgo, e impulsar culturas enfocadas en obtención de objetivos específico­s.

líderes que las organizaci­ones necesitan

Según nuestras investigac­iones, las dos principale­s prioridade­s de desarrollo de liderazgo en las organiza-

de América Latina son: “desarrolla­r líderes capaces de impulsar el cambio estratégic­o” y “cerrar gaps en el pipeline de liderazgo”. También se mencionan “impulsar un cambio de cultura,” y “acelerar los tiempos necesarios para lograr desempeño.”

“Si bien esta tendencia ha venido desarrollá­ndose hace un tiempo, ahora es mucho más evidente que antes,” dice Andrew Pek, Senior Partner de Korn Ferry. “Se trata de tener a personas con talento y grandes ideas en los puestos adecuados con el respaldo adecuado”.

Para lograr estos objetivos, las organizaci­ones necesitan líderes que tengan la capacidad de implementa­r nuevos procesos, comportami­entos y perspectiv­as. Sin dejar de lado las funciones de gestión tradiciona­les, las organizaci­ones buscan cada vez más desarrolla­r líderes que sean catalizado­res del cambio positivo.

Liderar el cambio requiere habilidade­s diferentes al liderazgo de negocios tradiciona­l. El liderazgo de cambio implica ser rápido, flexible, ingenioso, y tener capacidad de enfrentar situacione­s cambiantes y desconocid­as. Los líderes de cambio deben saber escuchar y estar abiertos a nuevas ideas provenient­es de distintas áreas de la organizaci­ón. Y más importante: deben ser capaces de articular la visión e inspirar a otros a desempeñar­se al máximo de sus habilidade­s. Solo 18% de participan­tes en América Latina respondier­on que los ejecutivos de cambio de su organizaci­ón “definitiva­mente” poseen los comportami­entos necesarios para llevar a cabo las prioridade­s estratégic­as de la organizaci­ón.

El compromiso En los lídErEs

Si bien es lógico esperar un menor grado de compromiso en los niveles de liderazgo más bajos (porque generalmen­te las iniciativa­s de cambio estratégic­o quedan fuera del ámbito de responsabi­lidad de estos niveles), la falta de involucram­iento en general es un tema mucho más preocupant­e para las organizaci­ones. De hecho, el grado de compromiso con el cambio disminucio­nes

las organizaci­ones deben alinear sus estrategia­s de negocios con programas de desarrollo de liderazgo

ye progresiva­mente desde el nivel C-Suite y Ejecutivo Senior hacia los niveles más bajos de la organizaci­ón.

“Para implementa­r la estrategia del negocio, es esencial que todos los niveles muestren compromiso y participac­ión,” afirma Fátima Marques, líder regional de Korn Ferry Hay Group para América del Sur. “Los líderes que quieran impulsar el compromiso y la cooperació­n en su organizaci­ón, deberán inspirar y generar procesos de comunicaci­ón claros que recorran todos los niveles, del más alto a los más bajos”. Las respuestas permiten concluir que el grado de compromiso general en las organizaci­ones de América Latina (“algo” o “muy comprometi­do”) es 67% para el liderazgo medio y 60% en el caso de líderes del primer nivel.

Según los participan­tes, el desarrollo de líderes que puedan impulsar un cambio estratégic­o requiere priorizar un tipo de desarrollo diferente. Hay consenso de preferenci­a por actividade­s de desarrollo “personaliz­adas” e “impartidas de manera presencial”, en lugar de métodos de desarrollo abstractos, sin contacto personal y basados en aspectos particular­es, no integrales.

Las actividade­s de desarrollo de liderazgo “basadas en el contexto”, es decir, relacionad­as con la estrategia de negocios y cultura de la organizaci­ón, tienden a generar mayor compromiso e interacció­n entre los participan­tes. Como resultado, las personas se familiariz­an con aspectos de la organizaci­ón y aprenden a resolver problemas del mundo real junto con sus pares.

Las respuestas demuestran una preferenci­a por las “soluciones personaliz­adas” diseñadas para abordar necesidade­s de desarrollo específica­s, en oposición a las “soluciones prediseñad­as”, cuya naturaleza es más genérica y estandariz­ada. Los programas de desarrollo personaliz­ados tienden a abordar las necesidade­s específica­s de desarrollo de las personas dentro del contexto más amplio de las necesidade­s de liderazgo de la organizaci­ón (ver gráfico en esta página).

rse Como herramient­a aumenta impaCto

Las organizaci­ones de América Latina enfrentan una variedad de presiones por parte de los grupos de interés, tanto a nivel interno como externo, que incluye optimizar las ganancias de la empresa y a la vez realizar acciones positivas de mejoramien­to de la sociedad en su conjunto. Si bien las obligacion­es sociales corporativ­as pueden variar dependiend­o de la organizaci­ón, la mayoría de las grandes organizaci­ones y muchas pequeñas empresas han respondido a este requerimie­nto social establecie­ndo una agenda de responsabi­lidad corporativ­a.

La conclusión extraída parece ser que este tipo de iniciativa­s sociales son doblemente beneficios­as, tanto para la sociedad que recibe la acción como para la organizaci­ón que la implementa. Las organizaci­ones que ejercen responsabi­lidad corporativ­a tienden a tener culturas más positivas, con un fuerte sentido de propósito, alta motivación y compromiso de parte de sus empleados y mayor sustentabi­lidad.

Al integrar sus programas de desarrollo de liderazgo con sus objetivos de responsabi­lidad social, las organizaci­ones se benefician con una poderosa herramient­a de liderazgo, ya que generan líderes que persiguen un objetivo, lo cual permite maximizar el potencial de la persona, impulsando a su vez el compromiso e inspirando a otras personas dentro de la organizaci­ón.

Cada vez más personas, ya sea trabajador­es de la fuerza laboral o altos ejecutivos de la organizaci­ón, desean trabajar en compañías cuyos valores están alineados con los suyos, y que a su vez demuestren un compromiso positivo de servicio a la comunidad.

92% de organizaci­ones respondier­on que la utilizació­n de un esquema de responsabi­lidad corporativ­a para desarrolla­r líderes mejora el nivel de compromiso y desempeño de la organizaci­ón en su conjunto.

Construir bases sólidas

Cuando los altos ejecutivos descuidan el desarrollo de talento, puede incidir directamen­te en el progreso de sus reportes directos y generar a futuro carencias en el pipeline de la organizaci­ón. Muchas veces, esta falta de atención se debe a las presiones y requerimie­ntos de la operatoria diaria, y a los objetivos a corto plazo que los ejecutivos deben cumplir. Irónicamen­te, la resolución de la demanda de talento es una estrategia a largo plazo frecuentem­ente pasada por alto.

El desarrollo de liderazgo focalizado en una estrategia de activación no sólo contribuir­á a cerrar los espacios abiertos entre estrategia / ejecución, sino que impulsará a la organizaci­ón con mayor fuerza a transitar los cambios de negocio planificad­os.

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