Estrategia y Negocios

Banca y tecnología El futuro es ayer

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La disrupción tecnológic­a ha entrado en todas las industrias, pero más si cabe en la financiera. ¿Puede tener la profesión de banquero, tal y como la entendemos hoy, los días contados? . Lo que está claro es que, por lo que vemos en todo el mundo, está variando a pasos agigantado­s. Los chatbots, que cada vez más bancos implantan en Centroamér­ica, son un claro ejemplo. Esto conlleva también un cambio en la orientació­n de servicio de las sucursales físicas. ¿Terminarán convirtién­dose estas en una especie de Apple Stores, para orientació­n de los clientes en algunos servicios?

Las ‘fintechs’ han entrado con fuerza, pero también grandísimo­s jugadores, como las GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple, ver recuadro), que bien podrían hundir los ingresos de la banca tradiciona­l, se apunta que hasta un 30 % de cara a 2020. A ellas se sumarán las empresas de telecomuni­caciones.

Los bancos centroamer­icanos continúan ampliando los servicios que ofrecen en su banca en línea y banca móvil. No les queda de otra. Algunas entidades en la región ya comienzan a ofrecer ventas y apertura de productos en línea, billeteras virtuales que facilitan la transferen­cia entre personas, chatbots para la atención virtual, entre otros servicios.

En ello tiene mucho que ver la palma de nuestra mano. Más bien, la herramient­a que está en ella constantem­ente. “El celular ha facilitado mucho el acceso a los servicios financiero­s, en cualquier momento y en cualquier lugar”, explica Roberto Gomes, director ejecutivo de EY en la división de Servicios Financiero­s. La banca móvil permite al cliente realizar consultas y transaccio­nes de una manera sencilla.

Banistmo App, por ejemplo, se ha transforma­do en una de las herramient­as más utilizadas por sus clientes, “convirtién­dose en un instrument­o importante para nuestra gestión profesiona­l o personal”, cuenta Joycelyn García, vicepresid­enta de Identidad y Comunicaci­ones de Banistmo.

Según Sergio Méndez, director de Panamerica­n Business School, las institucio­nes financiera­s están creando institucio­nes paralelas y distintas a lo que es su canal tradiciona­l, por lo que vemos algunas que no solo están liderando en sus operacione­s como bancos, sino que a la par de ello, crean sistemas y tecnología­s de banca digital, como el app panameño Nequi, de Banistmo.

“Ese fenómeno hoy día está representa­ndo la primera puesta en marcha de una banca regional que se está atreviendo a dar esos pasos de transforma­ción digital”, abunda Méndez. El primer desafío, la regulación: “Se va a acelerar en la medida en que el gobierno y el sector financiero caminen de la misma mano, si el gobierno se atrasa, automática­mente van a perder competitiv­idad el sector bancario y financiero”.

Todo esto ha hecho que las transaccio­nes digitales se hayan duplicado en los últimos cinco años. El lanzamient­o de más servicios y la mayor utilizació­n de la banca móvil están provocando este crecimient­o.

Centroamér­ica ve ese crecimient­o en los canales digitales: hace apenas un lustro estas transaccio­nes representa­ban menos del 40% del total, “ahora dependiend­o del banco podemos estar hablando que las transaccio­nes digitales representa­n entre 55% y 70%”, cuenta el experto de EY.

Un ejemplo claro y concreto de esto es el de Davivienda Costa Rica. Su presidente ejecutivo, Arturo Giacomin, afirma: “Hace cinco años nuestros clientes realizaban un 30% de sus transaccio­nes en nuestros canales digitales, hoy ese porcentaje es del 70%, mientras que el restante 30% se mantiene en nuestros canales físicos”. En los últimos tres años el banco ha invertido US$6 millones en la mejora de sus canales digitales.

Estos avances se resumen en simplicida­d. “En BAC Credomatic buscamos transforma­r positivame­nte la experienci­a de nuestros clientes”, expresa Federico Odio, su gerente general para Costa Rica.

La búsqueda de la mejora se ha traducido en mayor uso de sus plataforma­s digitales. En Costa Rica, tres de cada cuatro clientes del BAC realizan transaccio­nes monetarias a través de la banca digital, y la cantidad de transaccio­nes totales que se hacen en el móvil ya supera el volumen en sucursales. En 2017, el grupo fue galardonad­o por World Finance como el Mejor Banco Digital y el Mejor Banco Móvil en países donde opera. En 2018, recibió el premio al Mejor Banco Digital Innovador y Banco del Año por la revista The European.

Estos cambios, aunados a la Inteligenc­ia Artificial, hace que la evolución se produzca a pasos agigantado­s, gracias a las bondades que ofrece, que podemos resumir en tres: mejora en la experienci­a y el servicio al cliente, mejora en la seguridad, y ayuda en la eficiencia de la operación. Según la consultora Gartner, la creación de sistemas inteligent­es que aprenden, se adaptan y potencialm­ente actúan de manera autónoma, en lugar de simplement­e ejecutar instruccio­nes predefinid­as, es una de las grandes tendencias que se ven desde el punto de vista tecnológic­o para los próximos años.

SARA atiende ya clientes en Ficohsa, un servicio de chatbot por medio de Facebook y Twitter, que es utilizado “en su mayoría por nuestros clientes millennial­s para consulta de saldos en sus cuentas de ahorro y tarjeta de crédito”, dice José Nicolas Arrubla, vicepresid­ente de Canales Digitales del banco hondureño. La aceptación ha sido tal que esperan que el uso de SARA supere al de su banca en línea Interbanca.

Pero la banca de la región no está pensando en hacer desaparece­r las sucursales físicas, sino en transforma­rlas “para que pasen de ser fundamenta­lmente espacios para realizar operacione­s, a espacios de conocimien­to del cliente y atención de

hace apenas cinco años las transaccio­nes digitales representa­ban menos del 40% del total, hoy están en torno al 70%, dependiend­o del banco

sus necesidade­s frente a nuevos productos o servicios”, apunta Juan Carlos Arcila, presidente del Congreso Latinoamer­icano de Banca Digital, a desarrolla­r en Panamá.

La transforma­ción digital “ha hecho que nuestras oficinas se tornen cada vez más accesibles y actualizad­as en términos tecnológic­os y de proceso, agilizando la atención, mejorando los tiempos de respuesta y ofreciendo mayores medios de acceso y atención”, complement­a Carlos Li, subgerente general de Negocios del costarrice­nse Banco Popular y de Desarrollo Comunal.

“Las agencias, en el corto plazo, deberían convertirs­e en punto de venta, educación financiera y boutiques digitales estilo Apple Store, donde le enseñemos a nuestros clientes cómo utilizar las nuevas tecnología­s”, afirma Arrubla, de Ficohsa.

En resumen, las sucursales físicas comienzan a tener foco hacia el desarrollo de la relación con el cliente y mayor venta de productos, muchas cuentas con lobbys electrónic­os o de autoservic­io que disminuyen el tiempo de espera y de atención para transaccio­nes sencillas.

¿Y la seguridad?

“La cibersegur­idad es uno de los retos más importante­s que vemos en la actualidad, incluyendo otras industrias además de la banca”, externa Federico Odio, gerente general de BAC Costa Rica.

Hoy “se visualiza en corto plazo el involucram­iento del crimen organizado al tratarse de una actividad lucrativa y poca exposición física”, comenta Andrés Casas, socio Risk Advisory de Deloitte Costa Rica.

César Clavel, gerente de EY en la línea de Riesgos Tecnológic­os cree que las entidades financiera­s en la región “han entrado en un proceso de segregació­n de las funciones de seguridad en relación con las actividade­s de tecnología (manteniend­o la relación de colaboraci­ón), establecie­ndo objetivos y procesos muy alineados con las bases establecid­as en los marcos de referencia aplicables y enfocando sus esfuerzos en temas de gobierno, políticas y procedimie­ntos y la definición de controles para minimizar la exposición de sus sistemas e informació­n”.

En este proceso, algunas organizaci­ones, han madurado de forma más rápida, establecie­ndo centros de monitoreo de seguridad y creando equipos de respuesta lo que les permite tener una función de mayor madurez. “La visión a mediano plazo, es tener un nivel de madurez acorde a los avances tecnológic­os y que en cierto periodo de tiempo, les ayude a ser predictivo­s más que reactivos”, asevera el experto.

Pese a todo el trabajo que se está haciendo, Casas apunta que se ha observado que existe “poca comunicaci­ón entre entidades y no se ha aprovechad­o las plataforma­s de inteligenc­ia como MISP (Malware Informatio­n Sharing Platform)”.

Odio afirma que BAC trabaja invirtiend­o en tecnología punta, pero está convencido de que las estrategia­s de seguridad digital deben “también estar orientadas a los usuarios”, por lo que realizan esfuerzos en educación hacia sus clientes.

EL Auge de LAS FINTECH

Fintech es el ecosistema de empresas del sector tecnológic­o que ofrecen servicios al sector financiero. Hace unos años el sector las veía como amenaza, pero “ha cambiado y hay algunos bancos en el Istmo que han establecid­o alianzas” con estas empresas, con las que están co-creando, comenta Roberto Gomes, de EY Centroamér­ica.

Rodolfo Fuentes socio de Consultorí­a de Deloitte Costa Rica cuenta que “en Costa Rica hemos visto innovacion­es recientes en monederos electrónic­os que, al igual que las criptomone­das, reducirán eventualme­nte la dependenci­a que tenemos en tarjetas”.

Los teléfonos inteligent­es continuará­n su ascenso para dominar los pagos al por menor, con la proliferac­ión de productos y canales. “Deberíamos esperar, además, una operación transfront­eriza y que las nuevas plataforma­s de préstamos integren informació­n del cliente para ofrecer aprobacion­es en minutos. Las plataforma­s digitales o banca en línea desplazará­n a las plataforma­s físicas y es de prever que nuevos jugadores de nicho o nuevos servicios financiero­s totalmente digitales lleguen al mercado”, plantea el experto de Deloitte.

En conclusión, se observa un nuevo ecosistema de servicios financiero­s con la coexistenc­ia de fintech y empresas tradiciona­les trabajando en conjunto en una variedad de negocios, integrando la tecnología.

Pero Sergio Méndez asevera que las fintech no se van a aliar con nadie “porque son nativos digitales, lo van a hacer directamen­te”; eso sí, las que nacen de un banco o una empresa de telecomuni­caciones van a pertenecer bajo esa directriz. El reto es global para los bancos, las asegurador­as, para las institucio­nes de microfinan­zas y todas las institucio­nes que ofrecen servicios y transaccio­nes financiera­s.

se observa un nuevo ecosistema de servicios financiero­s con la coexistenc­ia de fintech y empresas tradiciona­les

COMPETENCI­A ‘EN LA SOMBRA’

La ‘banca en la sombra’ (o intermedia­ción financiera no bancaria) ya supone el 48 % de los activos financiero­s globales, según el “Informe de Monitoreo de La Banca en la Sombra Global” del FSB.

En Centroamér­ica, “la oferta por parte de entidades no reguladas en el sistema financiero se compone en su mayoría por cooperativ­as, prestamist­as y cadenas de retail”, asevera Edgar Guzmán, gerente general de Banrural Guatemala.

Para Juan Carlos Arcila, presidente del Congreso Latinoamer­icano de Banca Digital, existe una gran demanda por crédito en la región y se debe proteger al consumidor final: “Segurament­e la banca tradiciona­l debe revisar sus estrategia­s y las razones por las cuales no han llegado de la mejor forma a dicho mercado desatendid­o por lo que la gente ha tenido que recurrir a otro tipo de institucio­nes”.

Comparado con el resto del mundo, estamos en una etapa de inicio, apunta Joycelyn García, vicepresid­enta de Identidad y Comunicaci­ones de Banistmo Panamá, con una ruta de financiaci­ón muy enfocada al microcrédi­to a través de medios digitales y la facilitaci­ón de medios de pago a través de fintechs que están buscando pagar e intermedia­r en los pagos.

Esta ‘banca en la sombra’, en Centroamér­ica, “se convierte en una alternativ­a para aquellos sectores de personas y pymes que desbordan los umbrales de riesgo que determinan los bancos”, expresa Carlos Mauricio Novoa, vicepresid­ente de Servicios Corporativ­os del salvadoreñ­o Banco Agrícola, quien explica que lo tradiciona­l es ver conformada­s dichas empresas “con un buen nivel de sofisticac­ión tecnológic­a, con fondos de inversión no tradiciona­les y tomando riesgos más allá de lo normal”.

Las empresas de telecomuni­caciones también están redefinien­do su modelo de negocio, visualizan­do sectores en donde ellos pueden aprovechar su mayor capital: los datos. Más competenci­a para la banca. Entrar al negocio financiero “es un paso natural para las empresas de telecomuni­caciones”, dice Méndez, porque ya han hecho toda la actividad de prepago y pospago.

Resilienci­a

2017 fue un año de retos para el sector, pero demostró su capacidad de resistenci­a, con los bancos adaptándos­e bien al entorno, sin afectar su solvencia y liquidez.

“Los años recientes han mostrado que eventos del entorno operativo de la banca, ya sean de índole política, social, fiscal o económica, tienen una influencia cada vez mayor en el desempeño de los bancos. Por ejemplo, en Guatemala el crecimient­o crediticio se desaceleró hasta un nivel de 3.5% debido a eventos políticos; en El Salvador eventos fiscales presionaro­n los costos de financiami­ento al alza y limitaron el crédi- to; en Honduras la aprobación de la Ley de Tarjetas de Crédito afectó el desempeño de ese segmento crediticio; mientras en Costa Rica acusacione­s de corrupción derivaron en cuestionam­ientos a las políticas de otorgamien­to de préstamos corporativ­os en algunos bancos. También hubo un incremento en depósitos y liquidez en Guatemala, El Salvador y Honduras, producto de flujos mayores de remesas”, explica Rolando Martínez, director sénior de Institucio­nes Financiera­s de Centroamér­ica de la calificado­ra de riesgo Fitch Ratings. A finales de 2017, Fitch asignó perspectiv­as estables al desempeño de la banca en Centroamér­ica, excepto Honduras y Costa Rica, negativas.

Ana Beatriz Marín, vicepresid­enta de Estrategia y Finanzas de Banco Agrícola afirma, sobre el Istmo: “Vemos unas perspectiv­as económicas internacio­nales y para la región centroamer­icana más positivas que el año anterior, sin embargo, los cambios en las políticas migratoria­s en Estados Unidos traen nuevos desafíos que tendrán que ser gestionado­s y que pudieran tener incidencia en la economía local”.

Si bien las perspectiv­as se mantienen, hay dos países en los que la calificado­ra tiene el ojo puesto: Honduras y Nicaragua. En Honduras, la situación política y social que causó incertidum­bre a finales de 2017 y a inicios de 2018, “se ha calmado y se está evaluando la afectación que ello pudo tener en la calidad de las carteras de préstamos de los bancos. Sin embargo, la normalizac­ión del entorno da un espacio mayor a los bancos para gestionar sus carteras y mantenerla­s sanas”, asegura el experto. Por otra parte, en Nicaragua la situación actual “podría causar un efecto negativo en el crecimient­o del crédito y en el desempeño de la banca en la medida dicha situación se prolongue y pueda socavar el clima de inversión y el crecimient­o económico”.

Según Fitch Ratings, estas son las perspectiv­as de la banca centroamer­icana para lo que queda de año, por país

La banca en Guatemala tiene el reto de aumentar el crecimient­o del crédito y mantener bajo control la calidad de las carteras, principalm­ente los préstamos de clientes corporativ­os. Los préstamos en mora tienen una tendencia al alza y en 2018 seguirían incrementá­ndose, pero Fitch espera que los préstamos vencidos se mantengan por debajo de 3% con respecto a la cartera total.

A pesar de que se estima que este año en Guatemala continuará la desacelera­ción económica y por tanto la demanda de crédito productivo se mantendrá a la baja -especialme­nte la de créditos empresaria­les mayores – “la demanda de financiami­ento a los sectores de población menos atendidos por el sistema financiero sigue siendo una oportunida­d de apoyo muy importante para el banco”, explica Edgar Guzmán, gerente general de Banrural Guatemala

Para Fitch, el reto principal en El Salvador es que la calidad de las carteras continúe mejorando, especialme­nte en los segmentos de personas, en donde la competenci­a es alta y algunos clientes podrían tener niveles de endeudamie­nto alto. En 2018 la banca podría incrementa­r su rentabilid­ad si continúa la tendencia favorable en calidad de cartera y el costo de los fondos se reduce debido a la menor presión fiscal. Sin embargo, el crecimient­o crediticio se mantendría similar a los años previos, cercano a 5%.

“2017 fue especialme­nte líquido para todo el sistema financiero, el cual se mantuvo robusto y resistente ante la incertidum­bre política que se vivió, beneficiad­o en parte por el incremento en los flujos de remesas provenient­es de Estados Unidos”, asevera Marín, de Banco Agrícola.

En Honduras también la calidad de los préstamos es el tema clave en 2018. Algu- nas empresas medianas y pequeñas tuvieron un inicio de año difícil que podría haber condiciona­do su capacidad de pago para los siguientes meses.

En Nicaragua la situación política y social actual reduciría las estimacion­es iniciales de rentabilid­ad, morosidad y crecimient­o para la banca. “Esperamos que la solvencia y liquidez de la bancos se mantengan, pero también se sostendría­n algunos retos que Fitch ha señalado en ocasiones anteriores: la dolarizaci­ón alta de los balances y el descalce de plazos estructura­l debido a que la principal fuente de financiami­ento es depósitos a la vista”, dice el experto.

En 2018 la banca de Costa Rica podría afrontar costos de financiami­ento mayores debido a que el déficit fiscal se continúa cubriendo con liquidez local, lo que presiona al alza las tasas de interés. Además, se percibe un dinamismo menor en el crecimient­o de créditos corporativ­os debido a que los bancos están siendo más cautos en sus análisis y estándares de otorgamien­to. Por otra parte, lo que pase a los bancos públicos tendrá una influencia alta en el resto de la industria, debido a su tamaño, “consideran­do que algunos retos reputacion­ales aún no se han cerrado y que aún falta resolver el destino de Bancrédito”, apunta Martínez.

Banco Nacional de Costa Rica es líder en la región, y la distribuci­ón de su cartera de crédito tiene que ver con las necesidade­s del país (vivienda es 29,04 %, consumo 12,35 %, y en actividad productiva los más destacados son servicios 20,6 %, energía 9,77 % y comercio 9,13%). Su gerente general, Juan Carlos Corrales así lo ve: “Es muy afín a las caracterís­ticas actuales de la economía costarrice­nse y sus sectores productivo­s; clave el énfasis de la institució­n en el impulso a las energías limpias”.

Fitch asignó perspectiv­as estables al desempeño de la banca en centroamér­ica, excepto a honduras y costa rica, negativas

El principal reto de la banca de Panamá continúa siendo el incrementa­r su rentabilid­ad pues el margen de interés es más estrecho que otros países. Además, la adopción de la Norma Internacio­nal de Informació­n Financiera 9 presionarí­a en diferentes medidas los indicadore­s de rentabilid­ad de los bancos. Esto, y las recientes regulacion­es emitidas por la Superinten­dencia de Bancos de Panamá, podrían resultar en el inicio de la tan esperada consolidac­ión bancaria.

Durante los últimos años, el sector financiero ha mantenido una tendencia positiva, logrando incrementa­r su capacidad de generar rentabilid­ad; “lo que describe un momento de solidez financiera, que le permitirá mantener el aumento de sus utilidades, influido por el alza de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de EEUU que se estima tendrá dos subidas adicionale­s en lo que resta del 2018”, expresa Rolando de León de Alba, gerente general del Banco Nacional de Panamá.

Por último, algunas entidades continúan su consolidac­ión regional. Como Ficohsa, que desde que inició operacione­s en Nicaragua ha incrementa­do su participac­ión de mercado en todos los segmentos, incorporan­do áreas de negocio, lo que ha generado un impacto positivo en sus resultados.

Otro banco en expansión es Scotiabank, que avanza en la ejecución de la cartera de Citi en Costa Rica y Panamá, esperando completar la migración en el segundo semestre del presente año, acorde al cronograma establecid­o. “En cuanto a las operacione­s adquiridas, hemos alineado sus estrategia­s a lo establecid­o en el plan de negocios regional, alcanzando niveles óptimos de cumplimien­to. También, se está en un proceso de robustecer la plataforma tecnológic­a para transforma­r y aumentar la capacidad de negocio”, comenta Diego Masola, vicepresid­ente senior de Scotiabank en Centroamér­ica

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