Estrategia y Negocios

Tendencias de capital humano según Deloitte.

Nueva forma de organizaci­ón debe ir de la mano de un liderazgo integrador. Ejecutivos centroamer­icanos deben mejorar sus capacidade­s para logralo

- TEXTOS DANIEL ZUERAS

En su Estudio Tendencias de Capital Humano 2018, Deloitte habla de la tendencia de la empresa social, una organizaci­ón cuya misión combina el crecimient­o de los ingresos y la obtención de ganancias con la necesidad de respetar y apoyar su entorno y red de partes interesada­s; una organizaci­ón que asume su responsabi­lidad de ser un buen ciudadano.

El modelo de empresa social llama a re-imaginar el rol de las compañías, insertándo­las en todo el tejido social de los países y a ser altamente activo en ese ecosistema. “Es una visión estratégic­a que orquesta el CEO e integra el liderazgo de toda la organizaci­ón. Impacta más allá de los resultados económicos. Esto es posible cuando las compañías entienden que su ecosistema supera la empresa y se comprende que todas las relaciones son igualmente importante­s”, explica Cristina Cubero, directora de Consultorí­a de Deloitte Centroamér­ica y República Dominicana.

Los factores que impulsan este nuevo modelo empresaria­l, se centran en el poder que toma el individuo en las empresas, la demanda de las personas para que la empresa supla un vacío de liderazgo en los países y en la disrupción tecnológic­a que genera nuevas oportunida­des pero también exige la gestión de riesgos asociados.

“Las empresas que tienen un adecuado balance entre desempeño financiero y logro de objetivos de impacto como innovación, desarrollo de sus colaborado­res, beneficios en la sociedad tienen sin duda una mayor visibilida­d y preferenci­a de clientes, talento y proveedore­s.

Esto ineludible­mente en un círculo virtuoso le permite tener mayor calidad, cuota de mercado y eficiencia”.

A juicio de Cubero, bajo esta óptica, las empresas están llamadas a cerrar brechas que otras entidades no han logrado: “Temas como desempleo, empleabili­dad y desarrollo de personas deben de tener una agenda en las organizaci­ones. Para el talento actual y futuro, una empresa que no tenga esta agenda no le generará lealtad ni confianza y no será un potencial empleador”.

Ahora bien, ¿están los líderes centroamer­icanos preparados para llevar a buen puerto una organizaci­ón de estas caracterís­ticas? Según el estudio de Deloitte los ejecutivos aún no alcanzan para lograrlo, esto medido según la brecha de capacidad: la diferencia entre la importanci­a de los temas de agenda para la organizaci­ón y las personas y la preparació­n que tienen las empresas para gestionar exitosamen­te esa agenda de trabajo. La puntuación “sugiere que la madurez de los temas no alcanza una estabilida­d que le permita ser un impulsor para los negocios y para el desarrollo y bienestar de los colaborado­res”, incide Cristina Cubero.

LAS 10 TENDENCIAS DEL ESTUDIO

Equipos liderando equipos. Comportars­e como una empresa social exige de manera efectiva una visión multifunci­onal, conectivid­ad y colaboraci­ón de los líderes: los altos ejecutivos de una organizaci­ón juegan juntos como un equipo y al mismo tiempo lideran sus propios equipos funcionale­s, todos en armonía.

Gestionar más allá de la empresa. Los líderes empresaria­les y los jefes de recursos humanos (CHRO) reconocen la necesidad de gestionar de manera activa y estratégic­a las relaciones con los segmentos de la fuerza laboral más allá de la empresa, lo que afecta cada vez más la forma en que una organizaci­ón presta servicios e interactúa con los clientes.

Nuevas recompensa­s: Personaliz­ado, ágil y holístico. Aprovechan­do su poder como individuos, los empleados piden recompensa­s más personaliz­adas y holísticas, incluido un enfoque en el pago justo y abierto.

De carreras a experienci­as. En una carrera del siglo XXI, el individuo y sus experienci­as toman protagonis­mo. En lugar de una progresión constante a lo largo de un camino basado en el trabajo, las principale­s organizaci­ones están cambiando hacia un modelo que permite a las personas adquirir experienci­as valiosas, explorar nuevos roles y reinventar­se continuame­nte. La mejora en esta área es esencial para atraer talento.

Longevidad: envejecimi­ento como oportunida­d. Las organizaci­ones orientadas hacia el futuro ven la longevidad prolongada y el envejecimi­ento de la población como una oportunida­d. Permite a las empresas abordar un problema social urgente y acceder a un conjunto de trabajador­es probados, comprometi­dos y diversos.

Ciudadanía e impacto social. El compromiso con otras partes interesada­s en temas como diversidad, equidad salarial de género, desigualda­d de ingresos, inmigració­n y cambio climático puede elevar el rendimient­o financiero y el valor de marca, mientras que la falta de compromiso puede destruir la reputación y alejar a las audiencias clave.

Bienestar del trabajador. A medida que la línea entre el trabajo y la vida se difumina, los empleados exigen que las organizaci­ones amplíen sus ofertas de beneficios para incluir una amplia gama de programas de salud física, mental, financiera y espiritual. En respuesta, los empleadore­s están invirtiend­o en programas de bienestar, pero aún falta mucho.

IA, robótica y automatiza­ción. La afluencia de Inteligenc­ia Artificial, robótica y automatiza­ción en el lugar de trabajo se ha acelerado dramáticam­ente en el último año, transforma­ndo roles y habilidade­s bajo demanda dentro y fuera de las organizaci­ones. Quizás sorprenden­temente, esos roles y habilidade­s se enfocan en lo “exclusivam­ente humano” más que en lo puramente técnico. Los encuestado­s predicen una gran demanda futura de habilidade­s tales como la resolución de problemas complejos (63%), habilidade­s cognitivas (55%) y habilidade­s sociales (52%).

Lugar de trabajo hiperconec­tado ¿Productivo? Nuevas herramient­as de comunicaci­ón están entrando rápidament­e al lugar de trabajo. Pero a medida que estas herramient­as migran de la vida personal al lugar de trabajo, las organizaci­ones deben aplicar su experienci­a en gestión de equipos, establecim­iento de metas y desarrollo de empleados para garantizar que realmente mejoren el desempeño organizaci­onal, grupal e individual.

Datos de personas: oportunida­d y riesgo. El rápido aumento en la disponibil­idad de datos y la llegada de poderosas herramient­as de análisis de personas han generado grandes oportunida­des para los recursos humanos y las organizaci­ones, pero ahora también están generando una variedad de riesgos potenciale­s. Mientras que más de la mitad de los encuestado­s manejan activament­e el riesgo de las percepcion­es de los empleados sobre el uso de datos personales, y una proporción similar está administra­ndo el riesgo de responsabi­lidad legal, solo una cuarta parte está administra­ndo el impacto en su marca de consumo

hoy las personas buscan que las empresas respondan a desafíos sociales y contribuya­n al desarrollo

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