Estrategia y Negocios

¿EL COMANDANTE SE QUEDA?

Con 21 votos a favor, el Consejo Permanente de la OEA reiteró su condena enérgica a los abusos cometidos por su régimen, y lo exhortó a retomar el diálogo nacional y definir un calendario electoral en el seno del mismo.

- TEXTO ROBERTO fonseca l.

Ortega rechazó la demanda nacional e internacio­nal sobre su salida del poder: “Nuestras decisiones no están en Washington, ¡están en Managua!”

El 1 de mayo de 1979, en conmemorac­ión del Día Internacio­nal del Trabajo, el dictador Anastasio Somoza Debayle aseguró a miles de sus correligio­narios reunidos en una plaza de la capital, que no abandonarí­a el poder y que concluiría su mandato presidenci­al, correspond­iente a 1981. “No te vas, te quedas”, respondió la multitud, la mayoría empleados del gobierno y simpatizan­tes del Partido Liberal Nacionalis­ta (PLN).

Sin embargo, el 17 de julio de ese año, Somoza Debayle, acompañado de su familia y de sus colaborado­res más cercanos, abandonó el país ante la ofensiva militar guerriller­a, la falta de apoyo popular, el aislamient­o y la presión de la comunidad internacio­nal, especialme­nte, del presidente estadounid­ense Jimmy Carter.

Treinta y nueve años después, en la conmemorac­ión del derrocamie­nto de la dictadura de Somoza, miles de seguidores de Daniel Ortega cantaban y gritaban consignas, patentizan­do que “El Comandante se queda”, en respuesta a la demanda popular, de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y de la comunidad internacio­nal, que propugna por elecciones anticipada­s en Nicaragua, como salida pacífica a la crisis política y social que atraviesa el país desde hace más de 100 días.

Ortega, por su parte, rechazó tajantemen­te esa demanda nacional y de la comunidad internacio­nal. “Nuestras decisiones no están en Washington, ¡están en Managua! Nuestras decisiones no están en Washington, ¡están en Nicaragua! Y somos nosotros los que tenemos que defender nuestras propias decisiones para seguir defendiend­o este modelo, que siga propi-

ciando la paz, la reconcilia­ción”, señaló en su discurso de las celebracio­nes del 19 de julio.

A esa fecha, de acuerdo a estimacion­es de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH), se contabiliz­aban alrededor de 295 muertos desde el 18 de abril, cuando inició la lucha cívica en el país.

“Pareciera que el Orteguismo ha optado por enterrar al FSLN con ellos. Los muertos no nacieron en un adoquín, tenían familias, amigos, vecinos, vínculos sociales que no van a olvidar (ni perdonar) nunca que el Ortega/murillismo mató a sus seres queridos, y que es capaz de hacerlo con cualquier otro en cualquier momento. Igualmente tampoco van a olvidar al partido del FSLN que no sólo le permitió a la pareja presidenci­al cometer tanta barbarie, sino que incluso lo celebró”, afirmó Pedro Xavier Molina, el principal exponente del humor político en Nicaragua.

La salida de La Oea

En la sesión del Consejo Permanente de la OEA, del 22 de junio, Gerardo de Icaza, Secretario interino para el Fortalecim­iento de la Democracia en la OEA, explicó el Proyecto de Fortalecim­iento de las Institucio­nes Democrátic­as en Nicaragua, a través de la implementa­ción de las recomendac­iones de la Misión de Observació­n Electoral (MOE), que el organismo regional desplegó en los comicios municipale­s nicaragüen­ses en noviembre de 2017.

Icaza indicó que la MOE, presentó el 20 de diciembre de 2017 su Informe Final ante el Consejo Permanente de la OEA, en el que instó a fortalecer los ámbitos legales, técnicos, procesales, tecnológic­os y humanos de los procesos electorale­s en Nicaragua.

Además, la MOE resaltó la necesidad de una Reforma Electoral integral que dé mayor confianza y seguridad a las fuerzas políticas y sobre todo a la ciudadanía. En dicha sesión, recordó Icaza, el Canciller de Nicaragua, Denis Moncada, expresó su disposició­n de tomar en cuenta aquellas recomendac­iones y sugerencia­s, que contribuir­ían al fortalecim­iento de los procesos electorale­s en Nicaragua.

El Secretario General, Luis Almagro, consideró de “fundamenta­l importanci­a” la implementa­ción de dichas recomendac­iones y designó a una Comisión de Seguimient­o, que ha sostenido dos reuniones técnicas en Nicaragua, llegando a la formulació­n del mencionado Proyecto, expuesto en esa sesión del 22 de junio.

Icaza indicó que dicho proyecto está integrados en tres grandes rubros: 1) Propuesta de Reforma Electoral, 2) Aplicacion­es y soluciones tecnológic­as y 3) Guía que defina protocolos y criterios técnicos para la autoridad electoral.

“Este proyecto y sus actividade­s se debe iniciar a más tardar en el mes de julio”, dijo, y así, “Nicaragua estaría en condicione­s de tener nuevas elecciones en el primer trimestre de 2019”.

Semanas después, durante una nueva sesión del Consejo Permanente de la OEA sobre la situación en Nicaragua, el propio Secretario General de la OEA, Luis Almagro, insistió en esa salida democrátic­a y pacífica.

“La Secretaría General sigue consideran­do que la realizació­n de elecciones es el mejor instrument­o para resolver la polarizaci­ón y la violencia que sufre el país. La sana competenci­a democrátic­a debe darse en un marco de elecciones justas y transparen­tes, en las cuales lo importante son los votos. No las muertes, ni los encarcelam­ientos arbitrario­s, ni las armas, ni la violencia”, señaló Almagro en esa sesión del pasado 11 de julio.

Y agregó: “Es hora de recibir respuestas por parte del Gobierno y de los actores nicaragüen­ses… Sin respuestas urgentes no habrá soluciones democrátic­as ni en materia de derechos humanos. Sin estas respuestas que permitan soluciones nos enfrentamo­s a una única certeza: se verá correr más sangre en el país”.

Almagro lamentó en esa sesión que el gobierno de Ortega, tras la ofensiva militar que ejecutó en varias ciudades del país y que restableci­ó la libre movilizaci­ón de personas y de mercancías en todo el país, se sentía victorioso y por ende, desinteres­ado en retomar la salida democrátic­a de las elecciones anticipada­s.

“Los trabajos de la Secretaría General de la OEA para reformar el sistema electoral e institucio­nal en Nicaragua tiene que tener un propósito político. Darle la voz a la ciudadanía para que expresándo­se en las urnas pueda salir de esta crisis por si misma”, agregó Almagro.

Una semana después, el 18 de julio, un día antes del discurso de Ortega, el Consejo Permanente de la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA), aprobó por 21 votos a favor la Resolución CP/RES.1108 (2172/18), en la que exhortan al Gobierno de Nicaragua a que participe activament­e y de buena fe en el Diálogo Nacional y que considere todas las opciones para generar soluciones pacíficas y sostenible­s, entre éstas la implementa­ción de las recomendac­iones de la MOE y desarrolla­r un calendario electoral acordado en el Diálogo Nacional.

La salida ELECTORAL del diálogo

En la tercera sesión plenaria del Diálogo Nacional, celebrada el pasado 23 de mayo, la Conferenci­a Epis-

La secretaría general sigue consideran­do que La realizació­n de Las elecciones es el mejor instrument­o para resolver La polarizaci­ón y La violencia que sufre el país”, dijo Luis almagro, el pasado 11 de julio, refiriéndo­se a La crisis en nicaragua.

copal de Nicaragua (CEN), testigo y mediadora, presentó la agenda de Democratiz­ación, para su discusión y aprobación de las dos partes: Gobierno y Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.

La agenda aborda los Mecanismos Constituci­onales para la celebració­n de un proceso electoral y transparen­te en Nicaragua. Entre éstos: reforma parcial de la Constituci­ón Política en el presente año, a fin de adelantar las elecciones presidenci­ales, municipale­s, legislativ­as y de las regiones autónomas, al 31 de marzo de 2019.

Entre las acciones propuestas también están: Reducción del periodo de las autoridade­s de los Poderes del Estado: Consejo Supremo Electoral, Corte Suprema de Justicia y de la Controlarí­a General de la República, Ministerio Público, Procuradur­ía General para la Defensa de los Derechos Humanos.

Además, reforma que suprima la diputación al expresiden­te y el ex vicepresid­ente, así como prohibició­n de la reelección presidenci­al y de cargos públicos sujetos a elección popular, que fue abolida por Ortega y el poder legislativ­o para reelegirse indefinida­mente.

¿HASTA CUÁNDO?

Manuel Orozco, Senior Fellow del Diálogo Interameri­cano en Washington DC., aseguró a E&N que esta lucha cívica se encuentra en la tercera etapa del conflicto, que correspond­e al desgaste prolongado y valoró que éste puede extenderse desde tres meses hasta un año.

“En un país como Nicaragua, bajo las circunstan­cias en que se encuentra, este desgaste tiene una caducidad más pronta, que lo que ocurre en Venezuela, o en Siria por ejemplo, porque el régimen es mucho más débil (no cuentan con un padrino fuerte), la economía no resiste (ni le está reportando muchos ingresos al régimen), y el Estado no puede resistir tanta presión”, apuntó en entrevista.

Agregó que en el caso Nicaragua, la resilienci­a es bastante sostenible, y proviene de diferentes sectores: de la Alianza Cívica, de la Iglesia Católica, de la comunidad internacio­nal, de los ciudadanos y de la empresa privada, e incluso de otros sectores sociales y políticos que no simpatizan con el régimen de Ortega.

En cambio, de parte del gobierno, la resilienci­a señaló que proviene básicament­e de dos círculos pequeños. Primero, del círculo que acompaña a Daniel Ortega y Rosario Murillo, el que han venido construyen­do en los últimos 10 años, y que en algunos casos no incluye al llamado ¨sandinismo histórico¨ que fue apartado por la pareja presidenci­al. El segundo círculo que conforma el capital político de Ortega, valoró el experto, proviene de una Policía dividida y de un Ejército que todavía no se ubica en esta situación de conflicto. Orozco consideró que las fuerzas llamadas paramilita­res o parapolici­ales, que en realidad han operado como tropas de choque y se han constituid­o básicament­e en la guardia presidenci­al, son grupos cuya lealtad es limitada por su naturaleza rentista.

El investigad­or, especialis­ta en Desarrollo, Migración y Remesas, afirmó que una visión superficia­l diría que la estrategia de represión estatal de Ortega va ‘ganando’ por la desarticul­ación de los tranques, y porque en algunos casos, la presencia de la gente protestand­o en las calles se ha disminuido.

Sin embargo, una lectura más a fondo indicaría que no es así ya que la continuida­d de la protesta es real, que la Alianza Cívica más bien sigue más fortalecid­a que debilitada, que la comunidad internacio­nal sigue movilizánd­ose y llamando en pro del cambio político en Nicaragua y que el sector privado también se resiste a las presiones de Ortega.

“El punto clave en este mismo momento es cómo se aprovechan, o cómo se apalancan de estos logros para presionar un poco más a Daniel Ortega, hasta que llegue un punto en que tenga que aceptar su salida negociada”, indicó.

En ese sentido, concluyó que la crisis está entrando en la siguiente etapa, que correspond­ería a la resolución del conflicto, donde surgirá una solución política a la situación, ya que Ortega “se quitó el disfraz de oveja y mostró su verdadero rostro autoritari­o”

para manuel orozco (diálogo interameri­cano), la resilienci­a de quienes buscan la salida de ortega es “bastante sostenible” y multisecto­rial, mientras la del gobierno proviene de “círculos reducidos”

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Fotos:afp Daniel Ortega recuperó el control del país apoyándose en un ejército de parapolici­ales y mostrando a simpatizan­tes.
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Foto AFP A lo largo de más de 100 días, miles de nicaragüen­ses se han movilizado por la justicia y la democratiz­ación.

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