Diagnosticar patrones y con ellos tomar decisiones, la Inteligencia Artificial nos puede ayudar en políticas públicas, no solo a las empresas
La apuesta de Microsoft por la inteligencia artificial llegó a Centroamérica primero como chatbot que atiende a clientes, con detección de imagen y de sonido para validar productos en una góndola.
Erick Sosa, Business Group Cloud Lead de Microsoft, cuenta que las aplicaciones de Inteligencia Artificial (IA) pueden llegar a predecir escenarios económicos negativos que impulsan la migración en Centroamérica, como el efecto de la roya en las poblaciones. “La IA se usa para prever qué impacto tendrán los desastres naturales. Lo que se busca es cómo detectamos patrones, cómo un fenómeno natural impacta la migración. En Guatemala, lo vivimos hace poco: la roya apareció e impactó el café, el patrón fue: se disparó la migración. El hecho es diagnosticar patrones y tomar decisiones”, aseguró Sosa. ¿Cuál es la pregunta más recurrente en un empresario que quiere usar IA?
La principal es: ¿cómo arranco? El hecho de tener funcionalidad en los productos te abre la mente. Te hace preguntar cómo hago para usarlos en mis productos, cómo hago para lanzarlo en una solución que es mía. La respuesta casi siempre es la misma: analizar cómo usas tu aplicación, qué procesos quieres cambiar y con algunos modelos ver cómo estos servicios empiezan a calzar en tu aplicación y cómo empiezan a calzarte en nuevos productos. Una vez tengas claro a dónde quieres ir en tu aplicación, es más fácil.
¿Qué procesos quieren cambiar las empresas en Centroamérica?
La gente ve mucho la atención al público. Eso es lo primero. Los chatbots vienen a abrir la mente sobre qué cosas quieres reemplazar y designar con la inteligencia artificial. Lo primero que las empresas quieren cambiar es atender a mejor escala al público. Segundo, procesos: qué datos adicionales puede dar la IA, que puedo cambiar y analizar con ella, ya sea en el público o proceso interno.
¿Qué cambios pasan una vez las empresas empiezan a utilizar la IA?
Uno, escalabilidad. Muchas cosas antes requerían intervención humana que se pueden meter preguntas respuestas y hoy lo hace un chatbot, lo que libera recursos. Dos, provee datos adicionales, si tengo la disciplina adecuada, permite ir hacia adentro, detectar patrones y ofrecer nuevos beneficios. Por ejemplo, si un chatbot atiende a compañías de seguros y la pregunta más frecuente es ‘si mi hijo tiene un accidente en automóvil, ¿qué hago?’ Si la pregunta es recurrente, puedo crear un nuevo producto con base en la data. Si analizo esos datos de forma correcta, es otra de las ventajas. Tres, si tengo claro a dónde quiero ir con los procesos, la IA puede probar más rápido y ver si mi proceso funciona, crear simulacros. Es crear un laboratorio virtual que me permita probar las cosas antes de sacarlas al mercado.
¿Lo cognitivo incluye la parte de scan visual de cómo un consumidor ve un producto? Exacto. Lo cognitivo se basa en dos cosas: cómo percibimos el mundo con base en el habla y la visión; y cómo interiorizamos, cómo vemos el mundo, cómo aprendemos. Mediante servicios en la nube hay capacidades del ser humano y analizan datos. Analizan caras, y esa data no la tenías. Hoy vas a la góndola y sabes si una camisa roja con lobo tuvo 70% de aceptación, versus la amarilla que logró 20% y solo 3% la compraron. O tomar una decisión en la góndola: veo que te gusta y si la compras en este momento obtienes 5% extra. Eso es algo que el ser humano no puede hacer y la IA puede ayudar.
¿Qué servicios veremos de la IA antes de 2020?
Hay muchísimo: chatbots es el modelo de atención al público, pero también de ayuda interna. El 30% de las consultas de chatbots es de gente interna de la compañía, para aprender de sus propios procesos. Otro es la agricultura de precisión, con la unión entre el Internet de las Cosas, potenciado por IA. Los agricultores tienen en tiempo real información sobre el campo, en qué momento regar, en qué momento dejar de hacerlo... Y eso se va a ver en la agricultura, el uso eficiente del agua