¿PORQUÉ NOS INSPIRA?
TODOS VUELVEN A LA TIERRA EN QUE
NACIERON ...
Su música ha sido calificada como la “salsa intelectual, salsa consciente” y para ser consecuente con ella, Blades siempre ha estado muy pendiente de su país de origen. Defensor de la igualdad y los derechos humanos, su próximo paso lo hizo regresar a Panamá. Blades se lanzó a la política en 1994 como candidato presidencial. Entre siete candidatos obtuvo el 20% de los votos. No alcanzó la Presidencia, pero diez años después apoyó a Martín Torrijos en su búsqueda por la silla presidencial. Torrijos ganó y Blades asumió como ministro de Turismo (2004-2009).
“Durante los cinco años que estuve en la función pública me retiré de la música, ni siquiera tenía una guitarra en la casa, no hice cine, no hice giras, no hice discos”, contó Blades al programa Encuentro. Sólo una vez se presentó en Europa a propósito de una campaña para atraer turistas hacia Panamá. Su participación en el gobierno le dejó la enseñanza de que, si se quieren cambiar las cosas, cambiar a personas corruptas y mediocres, hay que involucrarse y sustituirlas. No es vano uno de sus amigos afirmó que Blades es “intensamente panameño”.
LA HERENCIA
El documental “Yo no me llamo Rubén Blades” es parte del legado que el cantautor desea dejar. El director del documental es el panameño Abner Benaim. Cuando Blades era ministro de Turismo el director llegó a su oficina a mostrarle otro documental y entre una conversación y otra, Benaim empezó a preguntarle detalles sobre su vida y se dio cuenta de inmediato que ahí había otra historia que contar. El filme se ha presentado en 15 festivales y ha ganado al menos cuatro premios.