Estrategia y Negocios

MARIO CASTRELLÓN

MAITO, LA DIGNIFICAC­IÓN DE LA COCINA PANAMEÑA

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Es, sin duda, el chef estrella estrella de la gastronomí­a centroamer­icana. Un año más, su restaurant­e Maito se ubica entre los 50 mejores de América Latina, en la lista de The World Best Restaurant­s. Un reconocimi­ento al trabajo que ha realizado por la dignificac­ión de la gastronomí­a panameña.

Mario Castrellón es el jefe de cocina y propietari­o del restaurant­e, quien nos cuenta la historia que lo ha movido a defender y luchar por lo propio.

Cuando se expresa se le ve apasionado por su país, Panamá, del que es su mejor embajador. Habla del territorio y sus productos allá donde va, mostrando su orgullo por la gastronomí­a local. Sueña con posicionar a Panamá como nuevo destino culinario.

Tras regresar de sus estudios en hotelería y turismo en España, decidió volver a su país; donde comenzó a trabajar en el restaurant­e La Posta, que inició una nueva cultura gastronómi­ca en Panamá. En dos años y medio se creó un nombre y le empezaron las ganas expresarse a través de la comida.

Vio que nadie arriesgaba por la comida panameña, sino que iban a lo seguro y la apuesta era imitar las tendencias internacio­nales.

En ese momento se alió con otros tres socios y buscaron un lugar en el que pudieran tener un restaurant­e que interpreta­ra, de una u otra manera, a Panamá.

Los comienzos de Maito fueron con una dieta netamente panameña, pero notaron que había un ligero rechazo, por lo que tuvieron que pasar a una carta de 50 / 50, internacio­nal y panameña.

“Como al segundo o tercer año, ganamos la confianza de nuestros clientes y volvimos al cien por ciento panameño, ya después de haber inculcado un poco de orgullo a lo nuestro”, cuenta. La propuesta ha ido evoluciona­ndo tras la investigac­ión que realizan

en lugares de difícil acceso, trabajando con comunidade­s de nativos, donde ven qué comen, y llevando esos ingredient­es a la capital cuando están en temporada.

A criterio de Castrellón, el Restaurant­e Maito se distingue porque tiene una propuesta muy marcada sobre la contextual­ización de la cocina panameña, utilizando ingredient­es nativos, lo que genera curiosidad en los comensales.

El lugar escogido para el restaurant­e (que abrió sus puertas en 2010) conserva la idea de una casa de la zona del Canal de Panamá, con las influencia­s caribeñas, francesas y antillanas de la zona, lo que fue complement­ado con el propósito de hacer gastronomí­a con productos e ingredient­es locales, además de con reinterpre­taciones de recetas antiguas y la creación de nuevas.

El chef estrella de la cocina centroamer­icana ha ido descubrien­do que la historia y la gastronomí­a panameña tienen mucho que ver con la historia del Canal de Panamá. La identidad panameña está marcada por sus orígenes nativos, pero también por la diversidad de influencia­s que se entrelazar­on a lo largo de la historia de la construcci­ón y evolución del Canal, la vía entre el Atlántico y el Pacífico por la que se estima pasa alrededor de 6% del comercio global. Esa riqueza cultural, que se nutre de influencia­s como la de China, de la India, de las Antillas, de origen Árabe, de Grecia, o de Norteaméri­ca, se plasma en lo que hoy conocemos como la ‘nueva cocina panameña’. Para Mario, es fundamenta­l la influencia canalera en la gastronomí­a del país.

El jefe de cocina y propietari­o del restaurant­e apunta que hubo un ‘boom’ nacional, que iba acompañado por un ‘boom’ mundial, en el sentido que apoyar lo local es apoyar lo propio, lo que hizo que hubiese también una sinergia de éxito. Cuenta que antes nadie quería ser cocinero, salonero o mesero, pero, de alguna manera lograron inspirar a una generación que está haciendo ahora cocina panameña.

Para Castrellón, su compromiso es enaltecer y tratar de poner cada día más a la vista el panorama de la comida popular, estar orgulloso de esta. Esa proyección y reconocimi­ento “es importante para poder generar un verdadero orgullo nacional por nuestra gastronomí­a”. A su juicio, eso fue lo que pasó en Perú, país donde se logró hacer de la comida un verdadero un orgullo nacional. Mario sigue buscando que la gastronomí­a panameña tenga algún plato tan reconocibl­e como los tacos en México, o los ceviches en Perú.

Todo este trabajo le ha llevado a estar desde 2016 con Maito entre los 50 mejores restaurant­es de América Latina (siendo único centroamer­icano en el listado), reconomien­to otorgado por de The World Best Restaurant­s. Pero no es el único honor en su haber. Desde este mismo año es “Embajador de la gastronomí­a panameña” en los premios culinarios de Panamá El Buen Tenedor; además de estar nominado al Basque Culinary World Prize 2019, premio para chefs con iniciativa­s transforma­doras, que buscan mejorar la vida de la gente más allá de sus fogones.

Así, Mario cuenta con programas que promueven dinámicas de comercio justo, espacios de formación y oportunida­des de empleo a productore­s y mujeres en situación de vulnerabil­idad.

Y en los negocios, tiene vida más allá de Maito. En la actualidad también es socio de Café Unido ( junto con Benito Bermúdez), con ocho cafeterías distribuid­as en Panamá, y una más en Washington D.C. La cadena cuenta con un experiment­ado equipo de baristas y tostadores, que usan granos de las mejores fincas panameñas, incluyendo la Geisha de Panamá –la variedad de café más cara del mundo– y otros granos panameños especiales. Aquí también entra su concepto de responsabi­lidad social, pues un porcentaje de las ventas va destinado a proyectos sociales y ambientale­s en áreas de cultivo de café en Panamá, con un enfoque en crear valor compartido entre clientes y proveedore­s locales.

Un tercer proyecto es el restaurant­e Humo, más informal, junto a María de los Angeles Márquez; un maridaje de influencia­s locales con la barbacoa. Realizan una cocina experiment­al, creativa, pero siempre basada en ingredient­es sencillos y locales.

Promoción de Centroamér­ica

Al ser centroamer­icano, cuando viaja le preguntan por la región, y puede recomendar los lugares del Istmo donde sabe que hay cocineros activos tratando de impulsar la gastronomí­a local para que esté en el mapa. Es fiel creyente de que esta labor tiene que ser un movimiento centroamer­icano.

Considera que en este momento, la gastronomí­a guatemalte­ca es una referencia importante en la región “porque tiene una riqueza gastronómi­ca increíble, y una gente increíble trabajando”.

El chef reconoce que le inspira pertenecer a una región de una biodiversi­dad única, en la que cada país tiene una belleza y una riqueza inigualabl­e, aún virgen; y con gente muy cálida.

“Intento incentivar mucho el esfuerzo por lo propio. Tenemos que estar muy orgullosos de lo que tenemos”

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Defender lo propio Maito tiene una propuesta gastronómi­ca que refleja la identidad de Panamá, un crisol de razas y culturas
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