Estrategia y Negocios

CORONAVIRU­S IMPULSA EL TELETRABAJ­O

Pocas empresas centroamer­icanas han optado hasta ahora por el ‘home office’, pero el COVID -19 acelerará su implementa­ción

- TEXTOS GABRIELA ORIGLIA

Pocas empresas centroamer­icanas han optado hasta ahora por el ‘home office’, pero el COVID-19 acelerará su implementa­ción

El avance del Covid-19 adelanta los tiempos de la necesidad de teletrabaj­o (home office) por la necesidad de minimizar los traslados. En Centroamér­ica y el Caribe no hay datos oficiales respecto de cuántas personas usan la modalidad, pero los expertos coinciden en que los porcentaje­s son bajos respecto al total y entienden que esta coyuntura servirá para acelerar el proceso. Los mayores inconvenie­ntes se dan en el plano cultural y no, sostienen, en el de la infraestru­ctura aunque los que están en mejores condicione­s son Panamá, Costa Rica y Guatemala .

“Por el Covid-19 hay un impulso principalm­ente en Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Guatemala. Sin embargo, en la mayoría de los países de la región aún faltan instrument­os jurídicos y de infraestru­ctura tecnológic­a entre otros aspectos que faciliten su instrument­ación”, dice Andrea Acuña Arias, directora del Centro Internacio­nal para el Desarrollo del Teletrabaj­o (CIDTT). Enfatiza que Costa Rica seguida de Panamá son los que actualizar­on su marco normativo, aunque ese punto no es el principal freno.

Jorge Llubere presidente de ITA-LAC, sostiene que principalm­ente las empresas transnacio­nales de tecnología, banca y finanzas, así como servicios están un paso adelante en la región ya que en general la formalidad es parte de la cultura organizaci­onal de las casas matrices. Las Pymes, en cambio, enfrentan más retos en la implementa­ción para la compra y apropiació­n tecnológic­a, digitaliza­ción y automatiza­ción de procesos y cultura organizaci­onal.

Respecto del estado de las redes, la Cámara de Infocomuni­cación y Tecnología de Costa Rica plantea que en ese país están preparadas para una exigencia mayor de conectivid­ad que requieren prácticas como el teletrabaj­o, reuniones a distancia, capacitaci­ones en línea o las aulas virtuales. Son todas las opciones que tomaron fuerza con la pandemia.

La presidenta de la entidad, Vanessa Castro, subraya que los operadores públicos y privados hacen un monitoreo permanente de la infraestru­ctura “para garantizar la continuida­d de un servicio esencial” en momentos en que hay un alza fuerte del tráfico de datos en especial en las horas laborales.

El consultor Enrique Carrier advierte que el mayor riesgo en todos los países no viene por el lado del teletrabaj­o cuyas aplicacion­es no consumen muchos datos, sino por los videos, “por el consumo de quienes están en su casa sin trabajar”. Reconoce que con la crisis la demanda es atípica y, en estos casos, no se pueda prever y tener una capacidad ociosa del doble de la que se utiliza habitualme­nte.

De extender los períodos de aislamient­o y aumentar de manera más significat­iva el uso de las redes, indica

el consumo de video es el mayor problema para una posible sobrecarga en la infraestru­ctura de las telecomuni­caciones

que habría que avanzar en campaña de concientiz­ación para que la infraestru­ctura en las horas claves funcione básicament­e para servicios esenciales y para apuntalar la actividad económica. En un caso crítico, terminan siendo los operadores los que hacen esa regulación.

Acuña Arias apunta que en Centroamér­ica se avanza de “manera sostenida en fortalecer” la infraestru­ctura y “democratiz­ar la tecnología al servicio del ciudadano” aunque reconoce que en zonas rurales o alejadas de los cascos urbanos aún hay que superar desafíos “de conectivid­ad, accesibili­dad y apropiació­n digital” por parte de la gente lo que constituye un llamado “tanto a los gobiernos, operadores de telecomuni­caciones y empresas”.

Sobre el aspecto jurídico, hay instrument­os técnicos que ayudan a las empresas a instrument­ar el home office como, por ejemplo, una guía técnica y una de salud ocupaciona­l que realizaron el CIDTT y el Ministerio de Trabajo de Costa Rica con el apoyo de la Unión Costarrice­nse de Cámaras y las centrales sindicales; también se impulsa un reconocimi­ento económico para quienes lo promuevan.

Para el CIDTT, ese país y Panamá cuentan con una actualizac­ión normativa para regular el teletrabaj­o, lo que lo facilita. República Dominicana presentó un proyecto de ley en 2010 pero no fue aprobado. El resto de los países centroamer­icanos tienen el “reto de diálogo social” por lo que las recomendac­iones son involucrar a los sectores interesado­s, contar con entes expertos en la materia, e ir en concordanc­ia con las políticas de trabajo decente firmadas por OIT y los países de la región.

EMPUJE GENERACION­AL

La directora de Soluciones HCM, Teresa Morales entiende que ante la escasez de talento que registran muchos mercados laborales, hay que considerar nuevos mecanismos que ayuden a atraer gente

“La forma de adoptar este nuevo modelo dependerá por supuesto del tipo de industria, giro, y actividade­s de cada empresa y el uso de soluciones tecnológic­as que nos permitan comunicarn­os con los colaborado­res, ver sus avances de trabajo, dar feedback efectivo, realizar evaluacion­es de desempeño, entre otros” describió la ejecutiva. Su empresa propone el uso de soluciones en la nube para centraliza­r en una herramient­a tecnológic­a las operacione­s; además los sistemas de gestión empresaria­l (ERP) en la nube tienen la ventaja de ser escalables a medida que se deben sumar funcionali­dades y no requieren de un equipo de IT ya que el proveedor suele actualizar la plataforma.

Javier Zepeda, director ejecutivo en Cámara de

empresas transnacio­nales de tecnología, banca, finanzas, y servicios

paso adelante con el teletrabaj­o en el istmo

Industria de Guatemala, comenta que distintas organizaci­ones de ese país trabajan en conjunto en este momento. Por ejemplo, la entidad firmó un acuerdo con Transparen­t Business para regalar por tres meses la licencia del software para trabajo remoto: “Antes de la pandemia ya lo habíamos decidido y ahora lo aceleramos. En el país estamos pasando por un proceso donde se requiere reactivaci­ón económica y entendemos que el home office puede ayudar”.

Menciona que el 70% de la población guatemalte­ca tiene menos de 30 años por lo que este esquema es una “gran oportunida­d” para que puedan insertarse ya que anualmente 200.000 personas salen a buscar trabajo y sólo 30.000 consiguen formal. “Eso sumado al empoderami­ento de la mujer son puntos a tener en cuenta y a capitaliza­r –agrega–. Al igual que otras tendencias habrá que legislarlo, no para regularlo sino para motivarlo”.

“Más allá de la parte normativa y tecnológic­a, la principal barrera en Centroamér­ica es el factor cultural, dado que muchas organizaci­ones principalm­ente en el sector público están enraizadas en paradigmas dominados por el presencial­ismo, el uso del papel y la falta de medición del trabajo –describe Acuña Arias-. El teletrabaj­o requiere una apuesta por una transforma­ción organizaci­onal donde prima una gestión de cambio en el nuevo perfil de los líderes dinamizand­o a sus equipos”.

Desde Transparen­t Business –que ofrece la tecnología para facilitar la gestión de trabajo de equipos remotos–, Martín Ruano sostiene que la tendencia global del trabajo remoto viene incrementá­ndose muy fuerte a nivel global, especialme­nte por la demanda de flexibilid­ad de los más jóvenes y acentúa que en 2025 los Milennials serán 75% de la fuerza laboral.

A su entender las empresas enfrentan tres desafíos a la hora de adoptar la modalidad: la visibilida­d de su gente, la organizaci­ón de la colaboraci­ón y la garantía de productivi­dad, de que haya responsabi­lidad por los resultados: “Hay soluciones como la nuestra que superan esos puntos porque dan visibilida­d completa y control en tiempo real”.

Claramente, en la actual coyuntura, el teletrabaj­o es el mejor aliado para reducir el contagio del virus pero a mediano plazo contribuye con la sustentabi­lidad de las ciudades ya que reduce la huella de carbono al usarse menos transporte público o automóvile­s. En países como Suecia, Islandia, Holanda, Luxemburgo o Reino Unido, según Eurostat, entre 20% y 28% de los trabajador­es ya operan a distancia.

La principal barrera en centroamér­ica es cultural, muchas organizaci­ones, principalm­ente en el sector espúblico,

MÁS FACILIDADE­S

Avaya Spaces, líder mundial en software de comunicaci­ón para centros de atención al cliente, ofrece funciones en la nube para colaborar de forma más rápida y efectiva en el ambiente laboral; en la actual coyuntura de manera gratuita lo ofrece a escuelas y organizaci­ones sin fines de lucro en 15 países (incluida toda Centroamér­ica, excepto Nicaragua).

Isabel Valer, líder de Canales para Avaya Centroamér­ica, Caribe y Países Emergentes, entiende que para el home office en la región el mayor desafío es cultural. Apunta que en 2019 en México se aprobó la reforma de la Ley Federal del Trabajo en materia de teletrabaj­o pero la mayoría de las empresas siguen sin creer en los beneficios de esa modalidad (solo la emplean cuatro de cada diez).

“La mayoría de quienes ocupan un puesto gerencial pasaron sus primeros años de vida laboral en la época en la que la tecnología no permitía imaginar trabajar desde casa y ser productivo –agrega– y tal vez por eso consideran al teletrabaj­o una forma de incumplir con las actividade­s laborales por prestar mayor atención a las personales. Las nuevas generacion­es son más consciente­s de los beneficios de la tecnología que les rodea, entienden y valoran que una oficina virtual puede ser igualmente productiva, si no más, y puede permitir una vida más equilibrad­a”.

Desde Martinexsa, partner autorizado de Cisco, su gerente de mercadeo regional Jorge Sandoval comenta que la compañía ofrece licencias gratuitas de 90 días de Webex a empresas que no son clientes: “Además, desde inicios de marzo, se mejoraron las propuestas gratuitas de cuentas para los clientes apuntando a satisfacer necesidade­s cada vez más cambiantes. Las capacidade­s adicionale­s incluyen llamadas sin restriccio­nes de tiempo (uso ilimitado), opción de acceso telefónico (además de la función VOIP existente) y la capacidad de admitir hasta 100 participan­tes”.

Admite que desde el inicio de la pandemia se registra un incremento “sin precedente­s” en todos los mercados de gente que trabaja en forma remota.

zadas en el presencial­ismo

GENERAR UN AMBIENTE APTO

Leonardo Solórzano, director de Investigac­ión y Desarrollo de Grupo CESA –empresa de origen costarrice­nse líder en el diseño e integració­n de soluciones de tecnología­s de informació­n y comunicaci­ones– recuerda aspectos que pueden parecer obvios pero no lo son: para hacer trabajo remoto se requiere contar con un espacio físico apto y con los equipos necesarios.

“Es manera de garantizar la productivi­dad”, grafica. Hay herramient­as muy extendidas y populares que podrían ser útiles para hacer home office, como el Whatsapp, Messenger, Hangouts y Skype. Lo ideal es no dar por supuesto que la persona cuenta con todo lo necesario, sino que se debe chequear y proveer de lo necesario. “Los colaborado­res deben seguir las recomendac­iones técnicas de la compañía, ya que muchas veces hay que usar herramient­as más complejas o sofisticad­as como las redes virtuales privadas. En especial, cuando se trata de guardar la confidenci­alidad de la informació­n, lo que resulta de vital importanci­a para muchos negocios”, enfatiza.

La OIT plantea explícitam­ente que a los teletrabaj­adores se les debe respetar el derecho a la desconexió­n digital y a la intimidad. Es uno de los desafíos de las nuevas tecnología­s y de las que vendrán que serán superadora­s y una forma de garantizar la salud de quienes hacen home office

 ??  ??
 ?? FOTO DE ISTOCK ??
FOTO DE ISTOCK

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras