Mercaditos en Centroamérica
Cambian las modalidades en cada país, desde toldos hasta lugares bajo árboles, pero el propósito es conectarlos con clientes con poder adquisitivo.
Jaime “El Churro” Ibarra regresó a Nicaragua a finales del año pasado, después de concluir sus estudios de gastronomía en el Instituto Paul Bocuse, en Lima, Perú. Su llegada coincidió con la apertura de un nuevo mercadito de emprendedores en Managua, llamado Green Market, donde encontró la oportunidad de abrir su negocio de cebiche al estilo peruano, La Chalaquita.
“Yo buscaba un espacio para mostrar la cocina peruana, con una inversión baja y funcional. Y escogí establecerme ahí (en Green Market), porque me dio buena vibra y porque tiene todas las condiciones para un negocio de comida: atrapa grasa, piso de concreto, entrada de agua y de energía eléctrica, y una buena organización”, comentó a E&N.
Además, refirió que es un lugar amigable con mascotas, dispone además de un área de juegos para niñas y niños y es libre de tabaco en el área comunal.
En su calidad de emprendedor, valoró que estos mercados gastronómicos representan una baja inversión, ya que para establecer un restaurante, por muy pequeño que sea, estimó que hay que desembolsar al menos US$25.000, además cumplir con toda la tramitología. En cambio, una barra fría tipo La Chalaquita representa una inversión diez veces menos.
“Servimos el pescado al estilo peruano, es decir, muy fresco, crudo, marinado dos o tres minutos únicamente en limón y en leche de tigre. Tengo clientela muy fiel, que llegó desde la apertura y sigue visitándome. Es variada, muchos vienen de los residenciales cercanos, del target socioeconómico A y B, clase alta y media”, señaló.
Otros emprendedores ahí operando son Rotsen López y Ramón Potosme, propietarios del vivero Nambume, nombre de origen Chorotega, fundado hace seis años. Se dedican a la producción y venta de plantas me
dicinales, comestibles, ornamentales y frutales. En su micro empresa laboran cuatro personas de forma permanente y dos más en temporadas de mayor demanda. Su negocio en el mercadito ocupa un espacio de 3x3 metros, no requieren de energía eléctrica, así que solo pagan renta del local.
Se establecieron en diciembre del año pasado, poco después de la apertura oficial, por varias razones: ubicación céntrica, lugar con condiciones para recrearse en familia, seguridad, y atractivo para clientes con poder adquisitivo y de todas las edades. Además, tiene sombra natural por la abundancia de árboles y hay una gran variedad de productos: artesanía, frutas y vegetales, y amplia oferta gastronómica.
“Resulta atractivo para una gran cantidad de pobladores de esa zona. Las familias que habitan cerca, quieren cada vez más salir a zonas exclusivas y no tan concurridas. Ellos son nuestro público meta, porque muchos de nuestros clientes quieren cultivar en casa, consumir orgánico y tener plantas de fácil cuido”, indicaron.
“Nambume es una marca que camina hace rato en la mente de los nicaragüenses. Nuestro vivero está en el municipio El Rosario, a 43 kilómetros de la capital, así que no todos nuestros clientes pueden viajar allá. Entonces, formamos parte de estos locales como un plus de cercanía para el cliente y también nos gusta hacer comunidad con empresas que tienen políticas verdes afines a nuestros estatutos, como Green Market”, agregaron.
HABLAN LOS DESARROLLADORES
Gilberto Guzmán y Karla Terán son los representantes de Green Market y explican que surgió con el propósito de ofrecer a la población un espacio acogedor, de compras y diversión al aire libre, que al mismo tiempo promueve la responsabilidad social en dos ejes: apoyo a emprendedores y cuido del medio ambiente.
“Esta orientado a toda la familia, pero principalmente aquellas con niños pequeños, que buscan salir, hacer sus compras y divertirse sanamente”, señalaron. Está desarrollado alrededor de 40 árboles frondosos, que favorecen un ambiente natural y un micro clima agradable a toda hora del día. Dispone de un amplio parqueo de 100 plazas y hay una amplia gama de negocios, ordenados por tipo de oferta.
Para los emprendedores, aseguraron, representa una propuesta de valor única y atractiva, garantizando que tengan alta afluencia de visitantes que les genera negocios a los emprendedores y así puedan prosperar. Además, agregaron que invierten en redes sociales para tener una interacción constante con el público meta, invitándolos a salir de la rutina y divertirse en un ambiente seguro.
También, en línea con el cuido del medio ambiente, han dispuesto de 5 baterías de basureros de tres contenedores, hechos de plástico reciclado, para depositar: plástico, latas y basura orgánica. Han sido elaborados por una empresa emprendedora nicaragüense de reciclaje, Tableco, con la cual han suscrito un convenio para reciclar todo el aluminio y plástico que generan en el parque.
“Existe una demanda de espacios al aire libre donde las familias puedan comprar y divertirse. Esto no es exclusivo en Nicaragua, en otros países existen oferta y demanda de este tipo de espacios que tienen muchos años de existir. Por ejemplo, La Feria Verde en Costa Rica, de la cual aprendimos antes de abrir el Green Market, tiene mas de 10 años de existir. ¿De qué factores dependerá lo último? De que la propuesta de valor de cada espacio se mantenga vigente y relevante en el tiempo”, indicaron.
Cuentan con 30 módulos, completos a toda su capacidad, y con una lista de negocios en lista de espera, que quiere ser parte de esa comunidad. Refieren que cuando armaron el proyecto y definieron los precios, estimaron el tráfico de clientes que se requiere de viernes a domingo, para garantizarles suficiente negocio a los emprendedores para que puedan pagar la renta y tener
LAS MIPYMES REPRESENTAN MÁS DEL 95% DEL SECTOR PRODUCTIVO DE LA REGIÓN, SEGÚN ESTIMACIONES DE CENPROMYPE.
una ganancia. La clave, por tanto, está en que exista ese flujo de visitantes.
Lamentablemente, frente a la amenaza del coronavirus, los representantes de Green Market decidieron cerrar el local al público a lo largo del mes de marzo.
“Aunque esta decisión nos duele y afecta financieramente, el bienestar de nuestros clientes, colaboradores y público en general es nuestra máxima prioridad y estamos convencidos que esta decisión es la correcta”, apuntaron en un comunicado.
EL MERCADITO TICO
Ana Elena Rodríguez ha impulsado en el vecino país Costa Rica otro concepto. Inició años atrás como una feria en una casa, para mamás emprendedoras, y hoy sigue vigente. Desde entonces han aparecido muchos más muy similares, pero ella asegura que se diferencian en que sus ferias se realizan casi siempre en toldos, y su servicio al cliente previo, durante y post evento, es impecable. El target son familias, gente de edades variadas con ingresos medios/medios altos.
“Los consumidores nos encuentran usualmente en plazas gastronómicas, entonces además de lo que nosotros como Mercadito ofrecemos, pueden pasar un día lindo con actividades adicionales dentro del mismo Mercadito (muchas veces algo para los peques), restaurantes y cafés para almorzar, tomar café o cenar, y una oferta variada enorme de productos de marcas locales”, dijo Rodríguez.
Ofertan una gran variedad de productos y artículos en venta, no todos hechos en Costa Rica, entre éstos zapatos, bisutería, bolsos, ropa de ejercicio, juguetes, accesorios para pelo, ropa de hombre, medias, etc.
“Los emprendedores encuentran un lugar seguro donde exponer sus productos sin tener que pagar gastos fijos. Procuramos hacer publicidad y ofrecer dos días de tráfico para que el público vea lo que los expositores tienen y de ahí, ellos puedan agarrar ese momentum y crecer”, indicó.
La clave para sostenerse durante ocho años dijo que son tres: ser perseverantes -no darse por vencidos-, no tratar de abarcar a todo el público y, tercero, tener presencia en línea.
Rodríguez aseguró que en estos ocho años muchas cosas han cambiado, entre ellas la economía del país, sin embargo destacó que afortunadamente el Mercadito tiene clientes que no los abandonan, que saben cómo trabajan y los apoyan en todas las ferias. También dijo que hay oleadas de expositores frecuentes, que van y vienen, y dijo que le encanta ser parte de ese ciclo.
“Como Mercadito hemos tratado de diversificar
ciertos eventos, pero siempre volvemos a nuestro core, que es conectar a los microemprensarios y emprendedores con los consumidores. Hoy nuestros emprendedores sufren (como efecto del COVID-19), y sin ellos tampoco sobrevivimos nosotros”, señaló.
“Después de esta pandemia vamos a salir a un mundo diferente. Ojalá estos espacios perduraran para siempre, porque son una linda forma de dar a conocer a otros, de generar comunidad y dar una vitrina temporal a los que no pueden pagar un local. Ahora nos toca a todos re-inventarnos un poco”, concluyó Rodríguez
Los emprendedores encuentran en el mercadito, un Lugar seguro donde exponer sus productos sin tener que pagar gastos fijos.” Ana Elena Rodríguez Costa Rica.