Accionar de las empresas y la nueva realidad
La agenda de RSE no se ha visto transformada por la pandemia, sino que está definida por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una agenda global del 2015 al 2030 que se convierte a su vez en una agenda local en cada uno de nuestros países, con prioridades y focos específicos para nuestros sectores de actividad económica y nuestras empresas. Lo que sí sucedió es que se profundizaron mucho más las brechas ya existentes y se deben ajustar el accionar y las prioridades de nuestras empresas y organizaciones a esta nueva realidad, reflexiona Olga Sauma, directora de la AED Costa Rica.
“Importante también poner foco en las personas: comenzando por nuestros colaboradores y las distintas situaciones que se han presentado, virtualización de las operaciones, salud y seguridad en el lugar de trabajo para las empresas que tienen trabajo presencial, el transporte hacia el trabajo, el recargo de funciones de cuido y trabajo doméstico, particularmente en las mujeres, así como la supervisión de los procesos educativos de los niños y niñas por la suspensión del curso lectivo. También debemos tener consideraciones distintas para proveedores, servicios tercerizados, y todas las personas con que se relaciona la empresa”, añade.
Destacó la movilización de recursos, dinero y bienes, desde las empresas y sus colaboradores hacia iniciativas puntuales para apoyar a poblaciones vulnerables afectadas por la pandemia. “Aun cuando en los últimos años veníamos trabajando con las empresas para que fueran cada vez más estratégicas en cuanto a sus proyectos de inversión comunitaria, situaciones como la que se presentó durante el 2020 sí hacen necesario que se involucren en iniciativas de respuesta inmediata y en muchas ocasiones filantrópicas”, observa Sauma. La pandemia puso en evidencia “que no estábamos preparados, ni como empresas, ni como gobiernos, ni en términos de la capacidad global. Aunque la reacción ha sido más ágil que lo tradicional, no ha sido óptima y pone en evidencia los sistemas de salud e incluso la capacidad de llevar respuestas efectivas y rápidas a todas las personas, sin dejar a nadie atrás”.
“Lo que la pandemia nos evidenció es que todavía tenemos empresas, países y sectores de actividad económica que tienen mayor capacidad de resiliencia e incluso los recursos para dar respuesta a su población. Sin embargo, las respuestas no han sido consistentes ni han necesariamente considerado a las poblaciones más vulnerables”.
Olga Sauma. Directora ejecutiva de Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED).