Dionisio Gutiérrez
Análisis crítico de las economías regionales
EN EL SALVADOR, LA izquierda LLEVA casi Diez AÑOS EN EL PODER YNOHA SIDO capaz DE SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS más PROFUNDOS.
Centroamérica debe cambiar drásticamente la forma en que se gobierna o seguirá siendo pobre y mediocre el resto del Siglo XXI.
GUATEMALA
Con un crecimiento por debajo del 3% en la economía y un aumento en la población de casi el 2%, Guatemala está atrapada en un rompecabezas de incertidumbre política y con bajas substanciales en la inversión y el consumo. La alta conflictividad en el interior amenaza inversiones agrícolas, mineras e hidroeléctricas. Ciertos fallos de las cortes han creado incertidumbre jurídica para algunas inversiones y la modificación en la Ley de Zonas Francas excluyó 25 sectores económicos y provocó que algunas empresas salieran de Guatemala.
La infraestructura está en muy mal estado y aumenta el desempleo; la apreciación del tipo de cambio, el contrabando y la falta de ejecución presupuestaria del Gobierno han provocado que Guatemala pierda competitividad frente a Honduras, Nicaragua y México.
La ausencia de política económica de los tres últimos gobiernos limitó incentivos a la inversión. No ha sido la lucha contra la corrupción como algunos han argumentado. En todo caso, esta lucha imprescindible es la mejor inversión que ha hecho Guatemala en un siglo.
EL SALVADOR
Tiene la peor situación económica de Centroamérica. El crecimiento entre 2010 y 2017 fue de 2,5% en promedio; el más bajo de la región. La Inversión Extranjera Directa (IED) se redujo sustancialmente en la última década. En 2007 reportó US$1.550 millones y llegó a sólo US$345 millones en 2016. Tiene graves problemas de deuda pública, que pasó del 39% del PIB en 2008 a 59% en el año 2017. Y va para el 70%. Al menos, ha reducido el déficit fiscal a 2,3% del PIB.
No tiene una estrategia para salir del estancamiento en que está. Si bien la violencia ha bajado, en el 2017 se registraron 60 homicidios por cada
100 mil habitantes, la segunda cifra más alta de América Latina, después de Venezuela.
HONDURAS.
Entre 2010 y 2017, Honduras cre- ció 3,7% en promedio. Sin embargo, en el 2017 alcanzó un crecimiento de 4,8%. Atrajo $1.186 millones de inversión, poco más que Guatemala con una economía más pequeña. Impulsa una zona industrial en el norte del país, utilizando la zona de Puerto Cortés como centro logístico y de exportación.
Es considerado un país inseguro. Fue el cuarto más violento de América Latina en 2017, con una tasa de 42,8 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Tiene niveles de deuda pública preocupantes. En el 2017 alcanzó el 48% del PIB. El déficit fiscal fue de 3%. Sin embargo, se estima que un tercio de la recaudación tributaria es destinada al servicio de la deuda pública, lo cual pone en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas. Tiene una inflación razonable de 4,9% y el tipo de cambio solo tuvo 3% de depreciación en los últimos años. La falta de legitimidad que afronta el actual gobierno podría provocar una nueva crisis política.
COSTA RICA .
Entre 2010 y 2017 registró un déficit fiscal promedio de 5,3%; el tercero más alto de América Latina. Si el congreso no logra aprobar una reforma fiscal y el gobierno no realiza un ajuste significativo en el gasto público, el FMI estima que el déficit fiscal sería mayor a 6% en los próximos cinco años y la deuda pública llegaría a 62% del PIB para el año 2021.
Las calificadoras de riesgo han degradado la nota de la deuda soberana al grado de inversión especulativa. A pesar de la crisis, la IED fue de $3.007 millones en 2017; la cifra más alta en la historia. El crecimiento económico fue de 3,2% con tendencia a la baja.
NICARAGUA
Los números de Nicaragua comparan bien contra su propia estadística porque vienen de muy abajo. Pero es una dictadura y eso hace muy discutible su futuro. El mundo va en otra dirección. Los pueblos quieren libertad y democracia