Estrategia y Negocios

Madelaine Caracas Enfrentand­o a un enemigo poderoso

Cobró relevancia nacional e internacio­nal, Cuando en una reunión frente a daniel ortega empezó a leer, a toda voz, los nombres y apellidos de sus Compañeros Caídos por el accionar de las fuerzas policiales y parapolici­ales nicaragüen­ses. desde entonces, l

- Texto: roberto fonseca

Madelaine Caracas, de 20 años, no ha regresado a casa desde el pasado 18 de abril, cuando en Nicaragua estallaron las protestas sociales en contra de una reforma a la Seguridad Social promulgada por el gobierno de Daniel Ortega y que afectaba seriamente a los jubilados, a los afiliados y a los empresario­s. Salió a protestar, como lo hizo en otras oportunida­des en contra de la violencia contra las mujeres, pero esta vez su mundo dio un vuelco.

La represión provocó un estallido social que se extendió como la pólvora. La lucha ya no era sólo estudianti­l: también de indígenas, campesinos, mujeres, y empresario­s. Nació así la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, a la cual pertenece la Coordinado­ra Universita­ria, donde está integrada Madelaine.

Esta joven, feminista y artista plástica, cobró relevancia nacional e internacio­nal, cuando en la sesión inaugural del Diálogo Nacional, del pasado 16 de mayo, el presidente Ortega demandó un listado de los jóvenes muertos en las protestas que iniciaron casi un mes atrás. Madelaine se levantó con aplomo, le asaltó la palabra y empezó a leer, a toda voz, los nombres y apellidos de todos sus compañeros caídos por el accionar de las fuerzas policiales y parapolici­ales. Fue un momento épico y estremeced­or.

Cuatro días después, el 20 de mayo, por razones de seguridad y por sus propias habilidade­s y capacidade­s, Madelaine se sumó a la Caravana Informativ­a por la Solidarida­d con Nicaragua, que recorre desde entonces varios países de la Unión Europea, en una labor casi profética, neutraliza­ndo el cerco mediático que ha impulsado en el exterior el gobierno de Ortega, apoyándose en el cuerpo diplomátic­o, en partidos comunistas y de izquierda, y en cadenas de televisión aliadas, como Telesur (de Venezuela) y RT (de Rusia).

En esta labor de divulgació­n y de cabildeo la acompañan Jessica Cisneros, de 25 años y fundadora del Movimiento Cívico de Juventudes y Yerling Aguilera, de 26 años, socióloga y docente en varias universida­des del país. “Los objetivos de la caravana son informar y denunciar las violacione­s a los derechos humanos que está cometiendo el gobierno de Ortega, la brutal represión y a la vez llevar nuestro propio testimonio sobre lo que está pasando. Hemos estado en más de 9 países”.

En cada país procuran reunirse con diputados del parlamento, con autoridade­s locales, con representa­ntes del Ministerio de Relaciones Exteriores, con organizaci­ones de derechos humanos, con partidos políticos, la prensa, y charlas. Mucha de esta logística la consiguen con organizaci­ones no gubernamen­tales aliadas, con asociacion­es de nicaragüen­ses autoconvoc­ados, amigos, etc. Han recorrido Dinamarca, Bélgica, Suecia, Francia, Alemania, Holanda, España, Inglaterra y Escocia.

Agresiones y Amenazas

“Con ayuda de organizaci­ones que han trabajado con Nicaragua, hemos podido gestionar boletos de aviones, también con la recaudació­n de fondos que hacen los nicaragüen­ses autoconvoc­ados en cada país. Nos quedamos en casas de nicaragüen­ses y quienes nos acompañan en los viajes son nicas que dejan sus trabajos para venir a las reuniones y nos guían”, refiere Caracas.

A los eventos públicos han asistido simpatizan­tes de Ortega en plan provocador, sobre todo, venezolano­s, bolivianos y chilenos, repitiendo las mismas acusacione­s y ejes que ha vertido el propio Ortega.

“Nos sentimos expuestas, en riesgo, porque tememos que esas amenazas y esos ataques pasen a otro plano. Nos preocupa porque eso puede ser la antesala de un delito al llegar a Nicaragua. Sobre todo ahora que sabemos que la estrategia del gobierno es la criminaliz­ación de la protesta”.

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mis compañeros de la Coordinado­ra universita­ria meeligiero­n a mí, para ser parte de la Caravana, por mis capacidade­s, pero también para protegerme porqueesta­ba siendo perseguida por elgobierno.hitos de vida:

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