HAY QUE SER REALISTA
Si eres como la mayoría de la gente de hoy en día, seguramente te has acostumbrado a un ritmo intenso de trabajo y a obtener resultados rápidos. El inconveniente — o uno de los inconvenientes— de ese estilo de vida es que lo que ayer era suficiente, hoy en muchos casos da la impresión de que no lo es. El abrigar cada vez mayores expectativas acaba volviéndote más exigente con otras personas y con la vida misma.
Si bien te esmeras por seguir el ritmo general, no puedes evitar que algunas cosas tomen tiempo. La mayoría de las dificultades con las que te topas en el trabajo, de los trastornos de salud que sufres y de los conflictos que tienes con los demás no se resuelven con un clic del ratón ni apretando un botón.
A veces la vida es dura, y con frecuencia las situaciones desagradables tardan en resolverse. Es cierto que para cada dificultad siempre hay una solución si buscas Mi guía y Mi ayuda; no obstante, muchas veces me toma tiempo obrar en tu corazón y en tus pensamientos, o actuar en los pensamientos de otras personas. Si los problemas se alargan y sientes agotamiento mental o emocional, recuerda que Yo estoy a tu lado, dispuesto a renovar tu espíritu y darte la paciencia y la perseverancia que necesitas para aguantar mientras resolvemos juntos esos problemas.
No te prometo una vida sin apuros. No siempre agitaré una varita mágica para hacer desaparecer tus contratiempos y dificultades. Pero sí puedo darte recursos sobrenaturales para que seas capaz de resistir la adversidad, de erguir la cabeza en medio de la tormenta. Esas experiencias con el tiempo te fortalecerán, y así estarás en mejores condiciones para afrontar la siguiente prueba.