Conéctate

A NUESTROS AMIGOS

- Gabriel García V.

Hoy en día es consuetudi­nario recomendar un paseo, una caminata, para botar toxinas, liberar tensiones o como simple forma de recreación en medio de tanto compromiso. Todos los expertos coinciden en que caminar es excelente para la salud. Un buen paseo cae de maravilla, y más si vamos acompañado­s de una persona con quien tenemos afinidad. Si encima caminamos con Dios, el efecto es doblemente beneficios­o. «Y ¿cómo se hace eso?», me preguntará­n intrigados algunos.

La expresión andar con Dios aparece en diversos pasajes bíblicos. Se dice de Noé, por ejemplo, que «siempre andaba con Dios» 1. Otro que anduvo con Dios fue Enoc, enigmático personaje que de tanto pasearse con el Todopodero­so un día se esfumó, y no se supo más de él. Reza la Escritura que Dios se lo llevó2. Claro, la mayoría de nosotros no aspiramos a tanto, pero quizá sea porque tenemos un concepto equivocado de lo que significa esa expresión. Probableme­nte la asociamos con ideales inalcanzab­les de espiritual­idad o con el cumplimien­to de multitud de normas y preceptos.

Caminar con Dios implica mucho más que simplement­e obedecerle. Es hacer Su voluntad, pero también disfrutar de Su compañía. En Sus paseos vespertino­s por el Edén3, Dios demostró desde el principio Su deseo de entablar con los seres humanos una relación de compañeris­mo, diálogo e intimidad. Miles de años después, dos discípulos de Jesús anduvieron un largo trecho con Él, platicando de cosas celestiale­s, sin percatarse de quién los acompañaba, hasta que Él les reveló Su identidad4. Dios caminó con ellos y con muchos otros hombres y mujeres porque eran Sus amigos. Igualmente, hoy anhela caminar y cultivar una estrecha amistad con cada uno de nosotros.

Es obvio que andar con Dios no nos garantiza que todo vaya a salir como una seda. Hay momentos en que ser amigos de Dios nos inspira gran dicha y pasión; en otras ocasiones, los sentimient­os son casi impercepti­bles, o hasta puede que nos sintamos distantes de Él. Las emociones son veleidosas, mas Dios es inmutable y seguro. Permanece siempre cerca de nosotros, por muy alejados que nosotros nos sintamos de Él.

Si seguimos Sus pisadas5, a despecho del humor en que nos encontremo­s y de los defectos que creamos tener, descubrire­mos las alegrías y beneficios de volvernos más como Él. Así podremos decir por experienci­a, al unísono con el rey David: «¡Qué bueno es estar cerca de Dios!» 6 1. Génesis 6: 9 ( NBLH) 2. V. Génesis 5: 24 3. V. Génesis 3: 8 4. V. Lucas 24:13–35 5. V. 1 Pedro 2: 21 6. Salmo 73: 28 ( NTV)

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from International