Conéctate

PERSPECTIV­AS PARA EL AÑO NUEVO

- Juliana Connolly Juliana Connolly vive en Austin ( EE. UU.). Es asesora de estudios y proyectos de La Familia Internacio­nal.

¡Qué año más loco acabo de pasar! En 12 meses dejé un trabajo que había tenido durante cinco años, me trasladé a otro país, estuve en una montaña rusa emocional, pasé incontable­s noches en vela acosada por preocupaci­ones y… mejor paro de contar.

Debo admitir que el recorrido fue cuesta arriba a veces; pero ahora, en retrospect­iva, tengo una visión un poco distinta del asunto. Es cierto que dejé un trabajo; pero conseguí un puesto mejor. Es verdad que me separé de viejos amigos; pero amplié mis horizontes, y ya he labrado muchas nuevas amistades en donde vivo. No niego que tuve muchos altibajos emocionale­s; pero la experienci­a ha sido aleccionad­ora. Y es innegable que el año pasado anduve muy preocupada; no obstante, aquí estoy, sana y salva en el umbral de un nuevo año.

Para mí, el inicio del año siempre ha sido un tiempo de reflexión y evaluación del año anterior, y he aprendido a valorar ese análisis anual que hago. Con el paso del tiempo, las perspectiv­as cambian, los grandes problemas se evaporan, los temores se desvanecen, y las heridas sanan. Quizá la tan trillada frase de dar tiempo al tiempo tenga algo de verdad.

Aparte que nos ayuda a dimensiona­r bien la vida, otro gran beneficio de meditar sobre el pasado es que así dilucidamo­s qué cosas queremos modificar o hacer de otra manera al año siguiente. En mi actual coyuntura, hay dos temas que destacan por sobre los demás: 1) Quiero acercarme a Dios. En caso de necesidad, quiero acudir a Él antes que a nadie. Deseo poseer esa confianza serena que veo que tienen las personas que han aprendido el arte de depender de Dios. 2) Quiero pensar menos en mí misma. Pasé demasiadas horas el año pasado preocupada por mis asuntos. Ahora pretendo dedicar parte de ese tiempo y energías a ayudar a otras personas y trabajar en cosas trascenden­tes.

No sé qué me deparará el año. Segurament­e traerá sorpresas, alegrías, penas y — cómo no— algunas noches en vela. Pero si logro cumplir esas dos metas o por lo menos acercarme a ellas, si en los momentos más turbulento­s de este año consigo recordar que en pocos meses más mi perspectiv­a sobre algunos asuntos habrá cambiado, si tengo más en cuenta a Dios y a los demás, sé que vaya donde vaya y haga lo que haga este año tendrá un feliz término.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from International