A NUESTROS AMIGOS Conocer a Dios
Pobre Dios. Tiene un problema.
Mucha gente afirma creer en Dios, pero en realidad no lo conoce.
Para muchos niños, Dios es una mezcla de superhéroe y de mago benévolo de largas barbas blancas, una combinación de Superman y Albus Dumbledore. A medida que vamos creciendo, Dios parece convertirse en un adusto director de colegio, siempre vigilante, siempre pendiente de la hora a la que volvemos a casa y de los libros que estamos leyendo. Es un Dios que mete miedo, que esgrime Su vara castigadora, demasiado inclinado a la paliza y al azote fácil.
Luego adquirimos más mundo y nos vemos expuestos a otras filosofías y cosmovisiones. Muchos pasamos entonces por etapas en que lo apartamos de nuestra realidad, aduciendo que no podemos vivir de acuerdo a Sus reglas, o que preferimos no hacerlo.
La cierto es que si Dios lleva la cuenta de nuestros aciertos y desaciertos, no vamos a salir muy bien parados. Por fortuna, nuestro Dios es amoroso, un Ser santo y bueno, un Dios fuera de serie que quiere acercarse a nosotros y enseñarnos el camino que nos llevará a la vida eterna con Él. « A todos los que creyeron en Él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios» 1.
Dios no nos exige perfección. Nunca ha esperado que seamos perfectos. De lo contrario, no habría venido a la Tierra a morir por nosotros. Sin embargo, lo hizo, y quiere relacionarse estrechamente con cada ser humano: «Ustedes ahora son Mis amigos, porque les he contado todo lo que el Padre me dijo» 2. ¡Sigamos leyendo, y así llegaremos a conocerlo mejor! Gabriel García V. Director