ALIMENTO PARA EL ALMA
La Palabra de Dios es la verdad más poderosa del mundo. Contiene el espíritu y la vida misma de Dios1. Es la chispa espiritual de Dios que nos enciende con Su vida, Su luz y Su poder. Para afianzar nuestra relación con Él, una de las cosas más importantes que podemos hacer es leer, asimilar y cumplir Su Palabra. Es lo que nos mantiene sintonizados con Él y evita que nos apartemos de Su camino. Si escuchamos a Dios y Su Palabra y obedecemos Su verdad, seremos felices y fructíferos2.
Jesús dijo: «Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida » 3. Su Palabra es la vida misma de Dios. Es lo que nos proporciona vida, alimento, sustento, fortaleza y salud espirituales. Por ello, una dieta sana y equilibrada de la Palabra de Dios es esencial para quien desee desarrollarse bien y permanecer cerca de Él.
A Jesús mismo se le llama en la Biblia el Verbo, la Palabra4. Jesús es la Palabra, el Espíritu y la vida. Por eso, si quieres crecer y mantenerte espiritualmente sano necesitas tomar una ración de Él cada día, darte un buen banquete comiendo y bebiendo Su Palabra. Del mismo modo que tenemos que comer para estar fuertes físicamente, también debemos alimentarnos de la Palabra y beber de ella para robustecernos espiritualmente.
«Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis» 5. Cuando uno está espiritualmente débil, con frecuencia es porque no se ha dado un festín de la Palabra, no se ha llenado y fortalecido con la buena, saludable, nutritiva, alentadora y alimenticia verdad de la Palabra de Dios. No puedes ocuparte tanto en otras cosas que descuides tu inspiración, el alimento y sustento espiritual que necesitas y que viene de la Palabra. Hubo veces en que me hubiera desanimado terriblemente de no haber bebido en abundancia la Palabra de Dios.
Si la lees con avidez, buscando sinceramente al Señor, Él te hablará por medio de ella. Y cuanto más
entrañablemente empieces a amarla y más la estudies y te apacientes de ella, más crecerás en espíritu y más te darás cuenta de que Dios puede hablarte clara y directamente por medio de Su Palabra escrita.
A veces el Espíritu Santo nos llama la atención sobre un pasaje o un versículo y lo aplica a nuestra situación, con lo que la Palabra cobra vida. Estamos leyendo la Palabra, y el Señor le infunde vida, nos habla personalmente, nos da soluciones para nuestros problemas y responde a nuestras oraciones. En el momento en que Él nos ayuda a aplicarla a nuestra situación, de repente cobra vida. La Biblia deja de ser entonces meras palabras, palabras que nos entran en la cabeza; de pronto nos habla al corazón y la entendemos de verdad. «La enseñanza de Tu palabra da luz, de modo que hasta los simples pueden entender » 6.
El profeta Jeremías exclamó: «Hallé Tus palabras, y yo las comí. Tu Palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón» 7. Job declaró: «En lo más profundo de mi ser he atesorado las palabras de Su boca » 8.
Jesús dijo: «Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará » 9. ¿Cuál es esa «sola cosa » que descubrió María? Se sentó a los pies de Jesús a escuchar Sus palabras. Reposar en el Señor, sentarse a Sus pies, escucharlo y oír Su Palabra es muy necesario. Ya ves lo importante que es la Palabra de Dios.