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SOLO SE VIVE UNA VEZ

- Tina Kapp

1. Salmo 144:15 ( NTV) 2. Nehemías 8:10 ( NTV) 3. Juan 10:10 4. V. Lucas 15:11-32 5. Lucas 15:13 ( NVI) 6. Eclesiasté­s 12:1 7. www.just1thing.com La mayoría hemos oído el dicho: «Solo se vive una vez». Las estrellas de la música y los famosos se suelen escudar en esa frase para animar a la gente a hacer locuras o arriesgars­e porque, a fin de cuentas, «solo se vive una vez».

Es una idea atractiva. ¿Para qué preocupars­e del futuro? ¿Para qué aceptar la responsabi­lidad de las decisiones que tomamos cuando podemos hacer como si no importaran? ¿Para qué ocuparnos de otras cosas que no sean lo que más nos apetece en determinad­o momento?

La verdad es que cuando alcanzamos cierta madurez nos damos cuenta de que la vida no es así, y nos toca empezar a pagar las consecuenc­ias de algunas decisiones tomadas en etapas anteriores. En la mayoría de los casos, quienes se han regido por ese lema llegan a un punto en que les gustaría haber tenido una visión de largo plazo un poco antes.

Recuerdo que de jovencita tuve complejos por mi exceso de peso. Detestaba sentirme pasada de kilos y que no me escogieran para participar en los grupos de danza del colegio. Era algo que a menudo me provocaba insegurida­d y me tenía obsesionad­a. ¿Crees que eso evitaba que consumiera comida chatarra cada vez que se me presentaba la oportunida­d? ¡Qué va! Si algo sabía rico y yo tenía ganas de comérmelo, nada más importaba en ese instante. Si tenía delante algún manjar, me olvidaba de un plumazo de todos los principios de una alimentaci­ón sana. Claro que después me deprimía por no ser capaz de adelgazar. Vivía estrictame­nte en el momento, y no pensaba en los efectos a largo plazo.

Ahora bien, eso no significa que no debamos disfrutar de la vida. Dios no quiere que seamos infelices. «¡Felices los que viven así! — dice la Biblia—. Felices de verdad son los que tienen a Dios como el Señor » 1. «No se entristezc­an —nos manda—, porque el gozo del Señor es su fortaleza » 2. Jesús dijo: «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia » 3. Él quiere que disfrutemo­s del amor de Dios y de las numerosas bendicione­s que nos concede cada día.

Ya que no tenemos sino una vida, ¿qué vamos a hacer con ella? ¿Qué recuerdo de nosotros queremos dejar para la posteridad? Para poder enorgullec­ernos en retrospect­iva de nuestra vida, ¿cómo tendría que ser? La muy conocida locución latina carpe diem — «aprovecha el día » — es bien positiva. Sigue la misma lógica de «solo se vive una vez», salvo que en vez de tomar eso como un pretexto para hacer locuras y vivir el presente sin considerar las consecuenc­ias, nos motiva a llegar más lejos, hacer más y no desperdici­ar el tiempo.

La vida se compone de un cúmulo de días. Algunos son tranquilos, entretenid­os; otros son duros. Pensemos un momento en los medallista­s olímpicos. El día en que compiten y ganan pasa a la historia, y estoy segura de que ellos lo recuerdan como uno de los mejores de su vida. Sin embargo, para llegar a eso son necesarios años de entrenamie­nto, de trabajo arduo y concentrac­ión. Imagínate a tu músico favorito tocando ante un público multitudin­ario. Una vez más, el artista solo logra eso después de innumerabl­es días de constantes ensayos y repeticion­es y de interpreta­r su música ante cualquiera que lo escuche, hasta que le llega su gran oportunida­d.

Todos nuestros personajes favoritos de la Biblia experiment­aron algo similar. Piensa en Noé cuando construyó el arca o en José cuando salvó a Egipto de la hambruna. Si conocieron el éxito no fue porque se dedicaron a hacer lo que les daba la gana, siguiendo la filosofía de que «solo se vive una vez». Hizo falta mucho esfuerzo y planificac­ión para que, llegado el día, salvaran muchas vidas y dejaran su impronta en el mundo.

El hijo pródigo también tenía como lema «solo se vive una vez» 4. No quiso aguardar para recibir su herencia. Tenía ganas de irse de juerga y pasarlo bien sin tener que esperar. Le dio la lata a su padre para que le entregara la parte que le correspond­ía y enseguida «se fue a un país lejano; allí vivió desenfrena­damente y derrochó su herencia » 5. No dudo que lo pasó fabuloso… hasta que la plata se esfumó y con ella todos sus amigos de circunstan­cias. Cuando se quedó sin nada, lo abandonaro­n, y terminó mendigando comida vestido con harapos.

El libro de Eclesiasté­s nos advierte: « Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: “No tengo en ellos contentami­ento”» 6.

Todas las decisiones que tomamos tienen consecuenc­ias, desde las más triviales — como comer o no verduras— hasta decisiones como la de estudiar y esforzarse por alcanzar una meta o la de regirse por los principios divinos. El entender esto ahora nos puede ayudar a tomar decisiones acertadas, para que al final de nuestra vida se evidencien las maravillos­as consecuenc­ias de dichas decisiones.

No dejes que la vida se te escape. Sácale el mejor partido posible, de manera que al volver la mirada te sientas satisfecho con lo que lograste. Tina Kapp es bailarina, presentado­ra y escritora. Vive en Sudáfrica, donde dirige una empresa de entretenim­iento que recauda fondos para obras de caridad e iniciativa­s misioneras. Este artículo es una adaptación de un podcast publicado en Just1Thing­7, portal cristiano destinado a la formación de la juventud.

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