UNA VÍA DE ESCAPE
En un episodio de la serie original de Viaje a las estrellas que salió a la luz en 1968, la tripulación de la nave Enterprise se topa con una especie intergaláctica cuya vida transcurre a un ritmo mucho más rápido que la de sus equivalentes humanos. Pero eso tiene su precio.
— A ese paso se deterioran muy rápidamente — comenta el capitán Kirk—. Como si vivir acelerados los desgastara.
Cabe suponer que los creadores de aquella afamada serie de TV se proponían hacer una observación sobre las inevitables consecuencias del cada vez más intenso ritmo de la vida moderna. Puede que su diagnóstico fuera más acertado de lo que se imaginaban.
La Organización Mundial de la Salud predijo hace un tiempo que para el año 2020, a nivel mundial, la mitad de los 10 trastornos de salud más frecuentes tendrá su origen en el estrés. Otro estudio reciente arrojó que el 54% de los habitantes del orbe se quejan de estrés en el trabajo. En el Japón, la era moderna ha acuñado, entre otras palabras, estas dos: karoshi y karojisatsu, que significan respectivamente «muerte por exceso de trabajo» y «suicidio por exceso de trabajo».
El estrés es un problema muy real que nos afecta a todos en mayor o menor medida. Quizás el aspecto más preocupante es que se perpetúa: el solo hecho de ponernos a deliberar sobre cómo superarlo nos somete a más estrés.
Hay, sin embargo, una salida, una vía de escape segura y sencilla, tan sencilla que muchas personas la desestiman antes de probarla siquiera, y por ende continúan en su estado de agobio.
«Venid a Mí — dice Jesús—, y hallaréis descanso para vuestras almas; porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga » 1. Cuando te sientas agotado por las tensiones de esta vida, puedes volar hacia Dios en las alas de la oración y la fe, y hallar así el alivio que solo Él puede darte. Él sabe lo que más necesitas: descanso para tu cuerpo, tu mente y tu espíritu, comunión con Él, y el fortalecimiento espiritual que produce la lectura y asimilación de Su Palabra. Apenas unos momentos de quietud con Jesús pueden disipar la tensión, proporcionarte paz interior y poner en su debida perspectiva las situaciones que te estresan. ¿Será posible que sea así de sencillo? Mientras no lo intentes, nunca conocerás el alivio del que podrías gozar.
1. Mateo 11: 28–30