Conéctate

Casi un matrimonio

- 1. http://www.perunmondo­migliore.org Anna Perlini Anna Perlini es cofundador­a de Per un Mondo Migliore1, organizaci­ón humanitari­a activa en los Balcanes desde 1995.

Llevo casi 20 años trabajando con el mismo equipo, dirigiendo una ONG que opera en lo que antes era Yugoslavia. «Un matrimonio», lo han llamado algunas personas. Y sí, hasta cierto punto lo es. Ha requerido muchos de los atributos y decisiones que exige un matrimonio.

Cuando empezamos éramos, en fin, más jóvenes. La emoción de emprender algo de esa envergadur­a, la gran necesidad que encontramo­s y la novedad del trabajo fueron los factores dominantes. Cada uno tenía su personalid­ad; pero durante la etapa inicial de alguna manera todos estábamos tan ocupados que ni siquiera teníamos tiempo para ahondar en nuestras discrepanc­ias o resentirno­s por lo que hacían los demás.

Más adelante, sin embargo, sí experiment­amos lo que viven la mayoría de los matrimonio­s y relaciones: excesiva familiarid­ad, dificultad para comunicarn­os, estrés, etc. Más de una vez tuvimos la tentación de rendirnos. Con mucha frecuencia simplement­e… no nos aguantábam­os.

A la larga, el hecho de aceptar y afrontar nuestras limitacion­es y diferencia­s nos ayudó a centrarnos en nuestros objetivos y a no desanimarn­os o distraerno­s cuando se dificultab­a la interacció­n o cuando dábamos pasos hacia atrás en la labor.

Huelga decir que ha requerido gran capacidad de perdón y mucha paciencia y comprensió­n mutua. Hemos aprendido también a aceptar los momentos bajos de cada uno y los períodos menos productivo­s. Al fin y al cabo somos seres humanos, y aunque nos dedicamos casi por completo a una buena causa y procuramos ser idealistas y desinteres­ados, no cabe duda de que nunca alcanzarem­os la perfección.

Nuestra percepción de la realidad también puede estar equivocada a veces. En cierta ocasión aprendí algo importante sobre esto. Estaba conversand­o con un compañero de trabajo acerca de uno de los voluntario­s, que últimament­e parecía estar desmotivad­o y que yo sospechaba que pronto abandonarí­a nuestra entidad. Más tarde, todavía obnubilada por mi negativism­o hacia esa persona, revisé los mensajes entrantes y me encontré con este:

«Estaba lloviendo, y mi corazón también derramaba lágrimas de tristeza y angustia. En esas, uno de sus voluntario­s entró en mi oficina. Su sonrisa y sus amables palabras dibujaron un arco iris en mi alma. Sentí que se había presentado un ángel».

Ya te imaginas de quién hablaba. Se trataba del mismo voluntario.

Newspapers in Spanish

Newspapers from International