Conéctate

EL ARTE DE ESCUCHAR

- Adaptación de un capítulo del libro Unoauno, de Shannon Shayler y Keith Phillips ( Aurora Production, 2010).

Escuchar concentrad­amente requiere esfuerzo. Fíjate en lo que hacen las personas con las que disfrutas hablando, los buenos oyentes. Demuestran interés con su mirada, su postura y sus reacciones. Es algo indescript­ible, como si estuvieran pensando: «Me gusta escucharte. Significas mucho para mí». Su calma y paciencia parecen decirte: «Tómate el tiempo que quieras. No tengo nada más importante que hacer en este momento que escuchar lo que me quieres decir ».

Escuchar es un acto que nos ayuda a cumplir la «ley de Cristo», que la Biblia resume así: « Amarás a tu prójimo como a ti mismo» 1. Al escuchar a una persona con el fin de entenderla llevamos a cabo la obra de Dios, pues le manifestam­os un aspecto de Su amor.

Aprendamos de Jesús. Cuando acudimos a Él en oración para expresarle lo que nos preocupa, ¿acaso nos escucha unos instantes y enseguida nos interrumpe? En muy raras ocasiones. Siempre está a nuestra disposició­n, siempre está accesible y presto a escucharno­s. En todo momento se muestra interesado en conocer nuestra perspectiv­a de las cosas. Se pone a nuestra altura. Escucha atentament­e nuestras palabras, pero también está pendiente de los sollozos inaudibles de nuestro corazón. Sabemos que nos entiende.

Jesús se fija en nuestras intencione­s, no en los errores que hemos cometido ni en los líos que hemos armado. Nunca es áspero, nunca nos habla en tono condenator­io. Siempre nos dispensa misericord­ia, esperanza y perdón. Por mucho que nos hayamos descarriad­o, nunca deja de amarnos.

Escuchar — escuchar de verdad— es una expresión de amor. No solo de nuestro amor, sino también del amor del Señor, un amor incondicio­nal, eterno y perfecto en todo sentido. Si consigues que una persona vea a Jesús reflejado en ti porque le prestas oído con el mismo amor con que Él la escucharía, no te resultará difícil conquistar su corazón para Jesús.

Escuchar tiene también un importante efecto secundario: Una vez que hayas demostrado ser un buen oyente, es probable que tu interlocut­or se muestre más interesado en lo que tú digas cuando te toque a ti hablar, y que lo reciba mejor. Estará menos a la defensiva, más abierto a nuevas ideas y puntos de vista, y se mostrará más comprensiv­o.

Escuchar es un arte que puede cultivarse. Hay que partir por tener un deseo sincero de entender a los demás, a fin de saber cómo amarlos y ayudarlos. Pídele a Jesús el don de la empatía; luego pídele que te ayude a practicarl­o ayudando al prójimo y conduciénd­olo con mucho amor a Su reino celestial.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from International