A NUESTROS AMIGOS Una decisión trascendental
Un fabricante de zapatos envió hace muchos años a uno de sus representantes a una apartada región de África. Poco después el enviado telegrafió a la casa matriz: «Es inútil vender zapatos en esta parte del mundo. Aquí todos andan descalzos». Y regresó a su país. El empresario mandó a otro representante. Este pidió remesa tras remesa de zapatos, señalando: « Aquí todos necesitan zapatos».
Los dos representantes, en la misma situación, obtuvieron resultados muy dispares por tener una perspectiva y una actitud distinta.
Quizás esa anécdota sea apócrifa, pero viene como anillo al dedo para presentar este número de Conéctate.
Acosados por presiones de índole personal y profesional, nos cuesta tener una actitud positiva todo el tiempo. Creo que la mayoría nos consideramos optimistas y animosos, por lo menos en líneas generales. Sin embargo, ¿dirían lo mismo de nosotros un buen amigo o nuestro cónyuge si les pidiéramos su opinión?
La Biblia enseña que una buena actitud no es un don innato. Una actitud sana, orientada a ver el lado bueno de las situaciones, debe cultivarse desde dentro. No se compra. No se fabrica. No depende de influencias externas, es decir, de amigos, profesores, jefes, colegas o los medios de difusión. Es consecuencia de una decisión que la Palabra de Dios nos invita a hacer:
«Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad» 1.
Determinemos tener todos los días una actitud de fe, alegría, convicción y compasión.
Gabriel García V. Director
1. Filipenses 4: 8