CRECER ESPIRITUALMENTE
Respuestas a tus interrogantes
PMuchos de mis amigos se hacen buenos propósitos de Año Nuevo, la mayoría para cambiar en algún aspecto físico, bajar de peso o superar un mal hábito. Aunque eso viene bien, yo quisiera proponerme crecer espiritualmente este año. ¿Tienen alguna recomendación en ese sentido?
RDesde la perspectiva divina, todos somos una obra en curso. El Señor desea vernos progresar al máximo y nos ayuda tanto como se lo permitimos. «Yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes — afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza » 1. A continuación, cinco consejos para crecer y madurar espiritualmente: 1. Incluye a Dios en la toma de decisiones. De niños aprendemos por medio de la instrucción que nos dan nuestros padres. De igual modo, crecemos espiritualmente en la medida en que aprendemos a seguir las indicaciones de Dios, acudimos a Él en oración y aplicamos los principios espirituales de Su Palabra a nuestras decisiones. 2. Ejercita tu fe. Así como la experiencia enseña mucho — pues sufrimos las consecuencias de nuestras decisiones erróneas y vemos premiadas las acertadas—, nuestro crecimiento espiritual se acelera cuando nuestra fe es puesta a prueba y tomamos conciencia de que en ella se encuentra la solución a los problemas de la vida. 3. Entrégate a los demás. Al concentrarnos en satisfacer las necesidades de los demás y hacerlos felices, nos convertimos en conductos del amor de Dios. Así, en la medida en que nos entregamos al prójimo, Dios nos reabastece. «Da con generosidad y serás más rico; sé tacaño y lo perderás todo. El generoso prosperará, y el que reanima a otros será reanimado» 2. 4. Reconoce tus puntos flacos y esfuérzate por superarlos. Todos tenemos aspectos en que podemos mejorar. «Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios» 3. Reconocer nuestras flaquezas nos resulta embarazoso, aunque lo hagamos en privado o a solas con Dios. Pero cuando somos capaces de admitirlas humildemente ante los demás y nos mostramos dispuestos a aceptar su ayuda — en forma de consejos, recordatorios y oraciones—, tomamos la vía más rápida para crecer espiritualmente. 5. Acomete nuevas empresas. Cuando nos negamos a considerar nuevos datos y nuevas ideas, dejamos de crecer intelectualmente. Si nos aislamos de los demás, dejamos de crecer emocionalmente. Y cuando nos mostramos poco dispuestos a acometer nuevas empresas, dejamos de crecer intelectual, emocional y espiritualmente. Para crecer tenemos que seguir haciendo progresos y afrontando nuevos desafíos.