A NUESTROS AMIGOS
Numerosos pasajes de la Biblia ofrecen respuestas a los grandes interrogantes de la vida y nos aclaran nuestra razón de ser. El rey Salomón — descrito en el Libro Sagrado como el hombre más sabio de su época1— descubrió la absurda vanidad de llevar una vida intrascendente. El libro de Eclesiastés termina con esta afirmación suya: «Respeta a Dios y guarda Sus mandamientos, pues en eso consiste ser persona » 2.
El autor del Salmo 73, un hombre llamado Asaf, relata su búsqueda de sentido tras haber observado a gente mala que gozaba de la vida tan campante y sin el menor escrúpulo. Al final llega a la conclusión de que ser amigo de Dios es lo más beneficioso y remata diciendo: «Yo me acercaré a Dios, pues para mí eso es lo mejor » 3. Esa, no obstante, no es sino una de las caras de la moneda. Sor Noella, monja benedictina que tiene un doctorado en microbiología molecular y celular y obtuvo una beca Fulbright para estudiar los quesos franceses, dicta charlas motivacionales en las que compara el proceso de elaboración del queso con su vida espiritual. Si bien parte de nuestro desarrollo como cristianos es fruto de la oración y el estudio de la Palabra de Dios, la hermana Noella explica que para crecer también hay que ensuciarse las manos y hacer la obra de Dios, concepto que ella asocia con el lema de la orden benedictina: ora et labora, es decir, ora y trabaja.
Sin restar importancia a la faceta espiritual —nuestro compromiso permanente de acercarnos a Dios, dedicar bastante tiempo a la lectura de Su Palabra y estrechar nuestra relación con Él—, este número de Conéctate se centrará en algunos de los aspectos prácticos de vivir el cristianismo.
Termino con esta frase de Albert Barnes: « A falta de otros medios de hacer el bien — si somos pobres, incultos y desconocidos—, todavía podemos hacer el bien con nuestra vida. Ningún cristiano sincero y humilde vive en vano. A medianoche, hasta la luz más tenue resulta útil».