Conéctate

EL VALOR DEL INDIVIDUO

- Peter Amsterdam Peter Amsterdam dirige juntamente con su esposa, María Fontaine, el movimiento cristiano La Familia Internacio­nal. Esta es una adaptación del artículo original.

A Dios no se le oculta nada acerca de cada uno de nosotros. Él conoce nuestra hechura. Sabe de qué somos capaces. Conoce nuestros dones, nuestras habilidade­s, nuestras flaquezas y nuestros puntos fuertes. Y sea cual sea el concepto que tengamos de nosotros mismos o de nuestros defectos, ¡Él nos seleccionó para integrar Su equipo! Tiene la1 certeza de que reunimos las condicione­s para desempeñar, con Su poder, la función que Él nos asigne.

Si nos miramos por el prisma divino, tendremos un sano respeto de nosotros mismos. Por el hecho de ser hijos de Dios, somos valiosos. Somos cristianos, es decir, representa­ntes Suyos, portadores de Su verdad y Su mensaje. Eso nos confiere bastante importanci­a. Detente un momento a pensarlo: Fuiste hecho a imagen de Dios. Estás salvado. Dios te ama tanto que dejó que Su Hijo muriera por ti; eso demuestra que tienes una importanci­a bárbara. Dios te ama perfecta y cabalmente. El Espíritu Santo mora en ti. Poseer eso es impresiona­nte: el poder de Aquel que nos creó, nos redimió y ahora nos pide que lo glorifique­mos en nuestra vida.

Dios nos hizo a todos singulares. En todo el mundo no hay nadie que sea idéntico a ti, que haya vivido exactament­e las mismas experienci­as que tú, que tenga los mismos conocimien­tos, intereses o habilidade­s. Dios dispuso que descubrier­as los dones naturales y las cualidades que te concedió; quiso que los cultivaras y los aprovechar­as para tu propio bienestar y felicidad, así como para contribuir al bienestar y la dicha de los demás.

Cada uno de nosotros que somos cristianos hemos sido llamados por Dios a dar fruto que perdure. Eso

quiere decir que cada uno tiene algo positivo y beneficios­o que aportar. Dios puede aprovechar nuestros dones y cualidades naturales, el modo en que nos hizo, primero para que demos fruto en nuestra propia travesía por la vida y en la vida de las personas con las que tenemos contacto, y segundo para que demos fruto llevando a otros a conocerlo.

Para contribuir a los cambios que hacen falta en el mundo, todos podemos reflejar a Jesús en nuestra manera de vivir, permitir que el Espíritu Santo brille a través de nosotros y comunicar a los demás el Evangelio. Todos tenemos la capacidad de influir positivame­nte en los demás; pero para ello, aparte dedicar tiempo y esfuerzo a esa tarea, tenemos que valernos intenciona­damente de nuestros dones y habilidade­s —y hasta de nuestra personalid­ad— para la gloria de Dios.

Cuando te entregas a Dios, Él te transforma en una nueva criatura. Sin embargo, Él quiere que sigas siendo tú, la persona que el concibió que fueras cuando te creó. Él no desecha el talento en bruto que puso en ti cuando te creó. C. S. Lewis dijo: «Cuanto más dejamos que Dios se adueñe de nosotros, más va cuajando nuestra propia esencia, porque Él nos hizo».

Dios creó todo tipo de personas. No hay un solo tipo que sea más eficaz para influir en el mundo tal como Dios les ha indicado que lo hagan. Buckminste­r Fuller dijo en una ocasión: «Nunca olvides que eres único. Nunca olvides que si en esta Tierra no hubiera necesidad de ti y de tu unicidad, no estarías aquí. Y nunca olvides, por muy desconcert­antes que sean las exigencias y problemas de la vida, que una sola persona puede ser factor de cambio y dejar huella en este mundo. De hecho, todos los cambios importante­s que se han producido en el mundo se han debido siempre a una persona. Procura ser esa persona.»

Dios nos ha asignado una función a cada uno de nosotros para erigir Su reino en esta Tierra. Si te parece que ahora mismo dispones de pocas oportunida­des de servicio, es posible que estés pasando por una temporada de preparació­n en el taller de Dios —por así decirlo—, donde Él está dándote forma con la herramient­a de la paciencia mientras tú haces gala de fidelidad con los asuntos aparenteme­nte triviales y prosaicos de la vida. Si te da la impresión de que tus posibilida­des de servicio altruista son pocas o incluso inexistent­es, la siguiente cita de A. B. Simpson te servirá de aliento: «Dios está preparando a Sus héroes. Cuando surja la oportunida­d, puede colocarlos en su lugar en un instante. Entonces el mundo se preguntará de dónde salieron».

Dios te está llamando a participar en Su magnífico plan para transforma­r el mundo de alma en alma; y en eso todos podemos participar.

1. V. Juan 15:16

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from International