24 Horas - El diario sin limites
Un año sin la promotora del arte de Diego Rivera
Guadalupe Rivera Marín fue una de las figuras más polifacéticas del siglo XX al destacarse como abogada, política, académica, historiadora, luchadora social, promotora y protectora del arte mexicano, es recordada a un año de su deceso por todo lo anterior pero también por su intenso sentido humanitario.
Nacida en la Ciudad de México, fue la primogénita del muralista guanajuatense Diego Rivera y de la modelo y escritora Guadalupe Lupe Marín, matrimonio del cual también nacería su hermana, la arquitecta Ruth Rivera Marín.
Su padre la inmortalizó a muy tempranaedadenobrascomopico e Inesita (1928), pues la llamaba “Picos” o “Piquitos”, y en Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947), mural de Rivera quedespertóenguadaluperivera su pasión por la historia, la política y las costumbres mexicanas.
Rivera Marín estudió Administración Pública en la Universidad
Nacional Autónoma de México, fue autora de libros como El Mercado del Trabajo: Relaciones Obrero-patronales (1955), La Propiedad Territorial en México: 1301-1810 (1983), Un Río, Dos Riveras (1989) Las Fiestas de Frida y Diego: Recetas y Recuerdos (1994), en el cual plasmó un panorama de la gastronomía mexicana, ligada a la vida cotidiana de ambos artistas, entre otros. Entre 1989 y 1998 fue directora del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm).
En su momento, gracias a un entrañable compromiso con el legado de su padre, presidió la Fundación Diego Rivera, creada con el propósito de conservar la obra del muralista.
Dedicó gran parte de su vida a preservar la vida y obra de Diego Rivera, así como de su madre, a través de múltiples testimonios difundidos gracias a entrevistas y publicaciones.
y