EN TORNO A LA FUNCIÓN
UNA ARQUITECTURA MODERNA QUE SE INTEGRA AL PAISAJE DEL BOSQUE DE LA CIUDAD DE MÉXICO.
El Club de Golf Santa Fe se caracteriza por la vasta naturaleza que lo rodea, siempre majestuosa y abundante, por lo que resultó el sitio perfecto para la construcción de una residencia con una personalidad muy particular, en donde se conjuga la sobriedad y la elegancia del estilo clásico con detalles contemporáneos llenos de creatividad y lujo extremo. Al comenzar a desarrollar el proyecto, el despacho de arquitectos se enfrentó a dos elementos importantes que limitaron el diseño. El primero fue el terreno desigual, que los obligó a generar un plano complejo con varios desniveles que se adaptaron a la inclinación del sitio. La segunda limitante fue el estricto reglamento de construcción del fraccionamiento; sin embargo, el proyecto respeta las indicaciones constructivas de manera precisa sin perder su esencia y su concepto de diseño. El objetivo de Enrique Bardasano al plantear obras residenciales es crear viviendas con un carácter propio y, en este caso, buscaba un refugio enclavado en la naturaleza para sus clientes. “Es una casa real, no un museo. Un espacio en donde sus habitantes se sienten acogidos e identificados, en donde se percibe un orden pero, al mismo tiempo, se puede caminar con libertad y no cuidando cada paso; porque hay proyectos muy complejos y con tantos recovecos que no permiten vivir a gusto”.
Para integrar la edificación al entorno boscoso, se creó un concepto basado en la transparencia, sobre todo en la estancia que se abre al paisaje con enormes ventanales produciendo una sensación de amplitud y apertura hacia los jardines. El arquitecto Bardasano evitó una casa llena de salones cerrados para garantizar la fluidez de los espacios y una convivencia constante entre los habitantes. Como en todos sus proyectos, se buscó un concepto 100 por ciento funcional que hiciera la vida de sus moradores mucho más sencilla, placentera y confortable: “Se trata de un proyecto abierto que gira en torno al patio central, el cual cuenta con una fuente y una gran entrada de luz que ilumina y conecta los espacios interiores. Posee una estética muy bella y detallada pero, principalmente, es funcional, pues la función siempre nos va a dar la forma. En el despacho decimos que el diseño de una casa es como hacer un maniquí a la medida, y dependiendo del gusto del cliente lo vamos vistiendo y agregando los accesorios”, aseguró el director de Bardasano Arquitectos. El hilo conductor para lograr armonía y equilibrio en cada uno de los espacios interiores de la residencia se encuentra en la selección de una paleta de colores neutros en diferentes tonalidades y combinaciones, en un mobiliario clásico y moderno a la vez que resulta atemporal y sofisticado, así como en la elección de materiales en su mayoría naturales, acabados finos y texturas cálidas que arropan al usuario en una sutil intimidad.
“LA FUNCIÓN SIEMPRE NOS VA A DAR LA FORMA PARA CREAR CUALQUIER ESPACIO”, ENRIQUE BARDASANO.