À LA FRANÇAISE
Mucho más que una tienda, el nuevo concept store de Sarah Lavoine es un espacio para sentirse como en casa.
Según la diseñadora de interiores francesa, no existen reglas para dar vida a un espacio. Lo importante es crear atmósferas únicas repletas de calidez y energía. A través de cada nuevo proyecto, Sarah Lavoine cuenta una historia. Desde 2002, concibió con su equipo basado en París elegantes proyectos privados y públicos cuya estética es atemporal. La interiorista siempre empieza por observar la luz y los volúmenes, pensando en lo que puede ser transformado, renovado o mejorado. Luego juega con la paleta de colores para estructurar el espacio.
Aplicó estos principios en su nueva concept store de 400 metros cuadrados —el tercero en la capital francesa—, que abrió sus puertas en diciembre pasado, en el segundo arrondissement de París. En esta boutique inspiradora, la mezcla de piezas de mobiliario diseñadas por Sarah Lavoine y de accesorios exóticos que le encantan revela la pasión de la francesa tanto por su país como por influencias de otras culturas. Cada vez que viaja, nutre su creatividad de los sitios que descubre, de los museos y hoteles que visita y de los objetos que encuentra.
En esta tienda que da hacia dos plazas reales (Place des Victoires y Place des Petits Pères), los visitantes se sienten bien, como en casa. Sarah Lavoine quiso que fuera un lugar donde tener nuevas ideas y comprar todo lo necesario para estar a gusto en su propio hogar. La concept store fue concebida como un espacio de vida abier-
“Pensamos este concepto como un nuevo espacio de vida inspirador, abierto, acogedor y en movimiento constante”, Sarah Lavoine.
ta y acogedora que cambia constantemente. Decorada como una vivienda, cuenta con una cocina y un comedor —donde hay cerámicas de Robert Picault y servilletas creadas en Burkina Faso, entre otros objetos— en el primer piso. Una escalera que permite apreciar la arquitectura del edificio que data del siglo XVIII lleva al segundo nivel, en donde se aloja la sala amueblada con coffee tables, un sofá Yasmine y sillones Noa de Sarah Lavoine, tapetes y espejos. En la biblioteca se desprende una atmósfera íntima. En el cuarto, la obra l’instant Supendu adorna la pared sobre la cama.
Además de muebles y objetos de decoración, se puede comprar ropa. Aquí todo fue hecho para sentirse a gusto y olvidar que estamos en una tienda. Se organizan clases de yoga y de tai chi y se puede tomar un café delicioso 100% orgánico. Gracias a este concepto global, Sarah Lavoine da todas las claves para entender y abrazar mejor el art de vivre francés.