Exámenes de admisión VALOR CIVIL
PARA INGRESAR A UNIVERSIDADES
Para ingresar a las escuelas de nivel medio superior y carreras universitarias o politécnicas, se ha establecido el perverso mecanismo de los exámenes de admisión, mediante los cuales, los aspirantes son obligados a someterse a un concurso por el cual, supuestamente quienes tienen mejores calificaciones logran inscribirse en el plantel de su preferencia. Un verdadero acto de crueldad que raya en la tortura.
De que sirve que un alumno haya cursado su educación preescolar (2 o 3 años), primaria y secundaria (9 años), si no tiene ningún valor y debe hacer un examen elaborado por sujetos carentes de capacidad pedagógica, de tal suerte que este instrumento marca quienes serán los que podrán apuntarse en determinados centros educativos. No pasar el examen implica que el aspirante será enviado a una escuela que no es de su agrado, ello en el mejor de los casos, pero generalmente ante su fracaso, tienden a ser alumnos de escuelas “patito”, aquellas que sin más ofrecen y otorgan títulos sin calidad, originando profesionistas mediocres, ineptos e incapaces.
El artículo 3° constitucional es claro: todos tienen derecho a estudiar y no se les debe negar ese privilegio, obligándoseles a que se inscriban en instituciones que no son de su interés.
Entendamos de una vez por todas que la educación en México pasa por un momento crítico, donde los avances han sido mínimos, por ello se debe dar al traste con los exámenes de admisión. Es indispensable darle valor a los estudios que previamente ha desempeñado y obtenido notas, para que sean el fundamento de inscripción para niveles superiores.
No a los exámenes de admisión, tortura y perversidad pedagógica.