“¡MANDÓ AL NIÑO A SU CASA A MORIR!”
Sólo le recetaron ibuprofeno y árnica cuando iba sin color y con vómito intenso
CIUDAD DE MÉXICO.- Los gritos desgarradores se escuchaban afuera del área de urgencias médicas del Hospital Pediátrico Legaria, ubicado sobre Calzada Legaria núm. 371, en la colonia México Nuevo, alcaldía Miguel Hidalgo.
“¡Tranquilízate, por favor, tranquilízate!”, decía una femenina, mientras veía como la abuelita del pequeño Roberto, se jalaba el cabello y caminaba de un lado a otro desesperada.
Los gritos y el sufrimiento que expresaba la pobre mujer, no eran para menos, pues minutos antes, su pequeño nieto perdió la vida por negligencia médica, en dicho hospital.
“¡No puede ser posible, su muerte se pudo haber evitado!”, decía entre sollozos.
Betito, como le decían de cariño sus familiares, se convirtió en una estrellita en el cielo cuando tenía tan solo un año y 6 meses de edad. En entrevista a Diario BASTA!, Eduardo Jiménez, padre del menor, dijo que alrededor de las 5 de la tarde, su esposa arribó al área de urgencias, después de que el niño sufrió una caída en su do
Los padres de Betito ya presentaron la denuncia correspondiente ante la FGJ- CDMX micilio, sin embargo, testigos denunciaron que fue atendido una hora y media después.
“Abigaíl, (madre de Betito) me llamó y me dijo que lo único que hicieron fue revisarlo, le tocaron la cabeza y le dijeron que el niño estaba bien y se lo podía llevar a la casa; le recetaron medicamentos estúpidos que no saben en realidad para qué sirven y ante su dictamen médico mi esposa se lo llevó a nuestra vivienda”, dijo el padre de familia con dolor, pues el bebé no dejaba de vomitar y no tenía color en la piel.
Lamentablemente, unas horas después de que la madre llegó a su domicilio, se percató que el bebé no mejoraba y regresó al nosocomio.
“Recibieron a mi hijo, lo tuvieron en urgencias por 20 minutos y ni siquiera le brindaron la atención que debería de ser, se supone que es una urgencia médica. Había más de 15 personas allá adentro y nadie lo pudo atender, ¡Es increíble!”, añadió el padre de familia, indignado.
NEGLIGENCIA
“Lo lamentamos mucho, pero ya no podemos hacer nada”, dijo una enfermera a los padres de Roberto, los cuales sumidos en una tristeza profunda y en estado de shock tuvieron que salir del lugar.
Abigaíl Martínez, madre de Betito, dijo con el corazón hecho pedazos que cuando llegó una de las mujeres que la atendió, le dijo que el niño necesitaba una placa de su cabeza para ver la gravedad del golpe, pues de acuerdo con información que brindaron ambos padres, el niño se cayó de la cama.
“La doctora nada más lo pasó y me dijo que no tenía nada, nada más le mandó ibuprofeno y árnica para que se le quitara el dolor y lo hinchjado; me dijo que lo dejara dormir toda la noche”, expuso. Segundos después, añadió que Betito tenía los ojos desorientados mientras los médicos le aseguraban que no tenía nada.