JP Morgan y Goldman Sachs preparan cambios en sus liderazgos, aunque nadie espera algo radical.
Los líderes de JP Morgan y Goldman Sachs preparan ya su retiro y sus sucesiones podrían marcar el futuro del mundo financiero global.
En otro universo podrían haber protagonizado una comedia sobre un par de neoyorquinos que se elevan a la fama y alcanzan la fortuna: Jamie Dimon, el hombre alfa voluble, a veces malhumorado de Queens; Lloyd Blankfein, más chaparro y calvo, el astuto compañero de Brooklyn.
Ahora, los hombres que están en la cima de los dos principales bancos del mundo –Dimon, de 62 años, en JPMorgan Chase & Co., y Blankfein, de 63, en Goldman Sachs Group Inc.– han anunciado planes para un retiro ordenado. Es parte de un momento de sucesión más amplio que abarca al mundo de las finanzas una década después de la crisis financiera.
Dimon y Blankfein tuvieron una buena trayectoria. Se convirtieron en directores generales de sus bancos con 6 meses de distancia entre sus nombramientos, con la manía global en los activos financieros acercándose a su punto máximo.
Emergieron de la crisis que pronto siguió con su reputación no solo intacta sino fortalecida, al menos entre sus colegas de Wall Street. En cada turbulencia sobrellevada vieron cómo sus rivales caían en un pobre desempeño o escándalo, desde Ken Lewis de Bank of America Corp. en 2009 hasta John Stumpf de Wells Fargo & Co. en 2016, consolidándose como los banqueros más poderosos del mundo.
Ahora, sus planes de sucesión indican a dónde se dirigen sus respectivas compañías y quién puede reclamar el título del último hombre de Wall Street en mantenerse en pie. La sucesión es un tema delicado. Es difícil, aunque necesario, para los ejecutivos que han pasado toda su carrera escalando la organización tener que planificar su propia partida. La historia de la banca está repleta de ejemplos de CEO que se quedaron más de lo esperado (Lewis, por ejemplo), en detrimento de la compañía y los accionistas. “Estos tipos están muy orientados al control, y quieren trabajar todo lo que puedan”, dijo Michael Karp, director de la firma de reclutamiento Options Group Inc., a Bloomberg en 2016.
Pero eventualmente se vuelve inevitable. En enero, JPMorgan dijo que Dimon será otros cinco años CEO y nombró a los jefes de los dos negocios más grandes del banco, Gordon Smith y Daniel Pinto, como copresidentes, lo que indica que si algo le sucede a Dimon en el corto o mediano plazo, alguno llenaría sus zapatos. Pero si Dimon toma la media década completa antes de retirarse, sus presuntos herederos también habrán rebasado los 60 años, lo que significa que un grupo más joven de subdirectores, como Marianne Lake, Mary Callahan Erdoes, y Doug Petno, serían opciones más claras para sucederlo.