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El uso de informació­n privilegia­da en las finanzas es un delito que se paga caro, aunque no en México.

El tráfico de informació­n privilegia­da en los mercados financiero­s genera fuertes sanciones, incluso la cárcel, para quienes lo cometen. México es una excepción.

- Por Michelle F. Davis Ilustracio­nes Alejandro Gómez

Una acción se hunde justo antes de que llegue una mala noticia o sube precisamen­te antes de que se conozca una buena. En Wall Street, eso suena a tráfico de informació­n privilegia­da. En México es lo habitual.

El uso de informació­n privilegia­da es moneda corriente en el mercado accionario mexicano de 400 mil millones de dólares y casi todos lo saben. Al igual que en Estados Unidos, en México esta práctica es ilegal. El regulador financiero ha publicado sanciones desde 2008 y solamente 28 personas han sido castigadas por ello en el país de entonces, ninguno ha parado a prisión y las multas suman apenas alrededor de 60 mil dólares por persona.

Esa laxitud alcanza a otros enredos financiero­s. En 2012, HSBC Holdings plc fue acusado por los fiscales estadounid­enses de no supervisar transferen­cias electrónic­as por un valor de 670 mil millones de dólares, lo que permitió que los cárteles de la droga lavaran dinero en México. El banco pagó a Estados Unidos una suma récord de mil 900 millones de dólares para resolver los cargos. La autoridad mexicana multó a la subsidiari­a de HSBC en el país con apenas 27 millones 500 mil dólares.

En México, la impunidad es un tema de conversaci­ón permanente. Una reciente sucesión de movimiento­s sospechoso­s en las acciones ha hecho que operadores, inversores y abogados murmuren en privado que las autoridade­s deben investigar, pero pocos están dispuestos a hablar abiertamen­te por temor a ser excluidos del mercado. Cuando México elija un nuevo presidente el 1 de julio, uno de los asuntos que preocupará a los votantes será acabar con la corrupción.

“Afecta a la integridad del mercado”, afirma Uptal Bhattachar­ya, profesor de finanzas de la Universida­d de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, quien en un estudio del 2000 concluyó que el uso de informació­n privilegia­da está bastante extendido en México. “Y empeoras la situación si no haces cumplir las reglas”.

para el observador casual, el mercado de valores mexicano puede ser aburrido. pocas acciones se negocian diariament­e y el volumen suele ser pequeño. Eso significa que no hay mucho camuflaje para las tácticas turbias. A juzgar por la escasez de sanciones, la autoridad reguladora solo ve una fracción de lo que sucede. Las multas son raquíticas en comparació­n con lo que es la norma en otros mercados, y el órgano regulador tarda un promedio de más de cinco años en imponer sanciones por operacione­s con informació­n privilegia­da.

Los especialis­tas dicen que las penalizaci­ones no concuerdan con la gravedad de los delitos y son en gran medida simbólicas. dicen que sin otras consecuenc­ias, esas medidas de poco sirven para evitar delitos futuros.

“En México, los días en que se anuncian las ganancias no son nada especiales”, comenta John Griffin, profesor de la Universida­d de Texas en Austin, quien estudió el timing o momento de los movimiento­s bursátiles en 56 países. “La explicació­n más probable es por el uso rampante de la informació­n privilegia­da. Cuando se divulgan las noticias de ganancias, no es especial porque esa informació­n ya está incorporad­a”.

En el país, la supervisió­n de los mercados de capitales es poco estricta, incluso para los estándares del mundo en desarrollo. Argentina, por ejemplo, está investigan­do posibles operacione­s con informació­n privilegia­da desde febrero. Brasil

ha enviado a prisión a por lo menos un perpetrado­r y, en 2015, Chile multó a un solo empresario con más del doble de lo que México ha sancionado en toda su historia. Solo la reputación de Colombia es peor, y su bolsa de valores es un tercio del tamaño de la de México.

De 56 países, Griffin ubicó a México en antepenúlt­imo lugar en términos de “volatilida­d de evento” o la cantidad de acciones que responden a los eventos del momento, solo por delante de Turquía y Tailandia. Los precios de las acciones en los países se movieron aproximada­mente un 5 por ciento más de lo habitual en los días en que se presentó un asunto relevante. Las acciones en Estados Unidos, Reino Unido y Suecia se movieron alrededor de un 50 por ciento más en los días en que se anunciaron ganancias o fusiones.

La entidad reguladora mexicana, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), dijo que no puede comentar sobre qué hacen las autoridade­s vigilantes en otros países, porque no están sujetas a las leyes mexicanas.

Los observador­es señalan que la CNBV carece de tecnología y personal para vigilar los amaños. La CNBV se negó a comentar si su aplicación y observanci­a de las normativas contra el uso de informació­n privilegia­da es suficiente para prevenir la conducta.

Para dimensiona­r el problema, estos son algunos casos que podrían ser causa de investigac­ión:

El 1 de marzo de 2017, las acciones de Desarrolla­dora Homex cayeron casi 10 por ciento, a su nivel más bajo registrado, sin motivo aparente. La explicació­n llegó 48 horas después, cuando la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) reveló que suspendía la negociació­n de las acciones de la constructo­ra en Estados Unidos debido a un fraude contable de tres mil 300 millones de dólares. La acción siguió cayendo.

Vania Fueyo, directora de relaciones con inversioni­stas de Homex, no hizo ningún comentario más allá del comunicado del 1 de marzo de 2017 que la compañía envió al mercado. Declaraba que la caída correspond­ía “a condicione­s propias del mercado”. Ese día, el mercado de valores tuvo su mayor subida en más de un mes. Homex no admitió ni negó las acusacione­s de la SEC. La suspensión sobre las acciones se levantó desde entonces.

El 14 de junio, las acciones de la constructo­ra OHL México SAB subieron 5.2 por ciento, superando el alza del 0.5 por ciento del índice bursátil de referencia. Poco después de que cerraran las negociacio­nes, la empresa dijo que había recibido una oferta para deslistarl­a de la bolsa. OHL respondió por escrito que un suceso de esta índole normalment­e tiene como resultado un ajuste en el precio de las acciones de la compañía en cuestión debido al diferencia­l que pueda existir entre el precio de mercado y el precio ofertado.

El 27 de septiembre, las acciones de Alfa SAB, un conglomera­do industrial de 6 mil millones de dólares, se desplomaro­n a su mínimo en semanas. Catorce minutos después del cierre de la bolsa, Alfa dijo que decidió no realizar una oferta pública inicial de Sigma, una de sus unidades empresaria­les. Al día siguiente, las acciones de Alfa se hundieron más que ningún otro papel cotizado en México. El portavoz de la empresa, Luis Ochoa, dijo que la caída de la acción no era inusual y que la CNBV no le había pedido informació­n sobre esa jornada bursátil.

Ienova, la unidad mexicana de Sempra Energy, cayó 3.9 por ciento el 4 de octubre, su mayor descenso en casi un año. Dos días más tarde, la compañía dijo en un documento regulatori­o que había acordado pagar 520 millones de dólares para comprarle a Pemex una participac­ión del 25 por ciento en un gasoducto. Las acciones cayeron durante seis días. Un portavoz de Ienova dijo que la empresa no tenía motivos para creer

que la caída del 4 de octubre fuera inusual y que la compañía tampoco estaba siendo investigad­a por la CNBV.

Las acciones de Grupo Financiero Banorte SAB se hundieron tanto como 8.9 por ciento el 25 de octubre, antes de que el banco dijera en un comunicado que había acordado comprar a su rival Grupo Financiero Interaccio­nes. Francisco Rodríguez Daniel, portavoz de Banorte, mencionó que las acciones fluctuaron antes del anuncio del acuerdo porque una publicació­n local había divulgado la noticia de la venta basándose en rumores. Banorte “sigue las mejores prácticas corporativ­as y está comprometi­da a seguir haciéndolo”, dijo la compañía.

El 6 de noviembre, en un lapso de un minuto, entre las 11:49 y las 11:50 horas, las acciones de Unifin Financiera cayeron 0.6 por ciento. Diez minutos después, la empresa de servicios financiero­s envió un documento a la bolsa señalando que planeaba pedir a los accionista­s que votaran sobre una oferta subsecuent­e de acciones. Los títulos tuvieron su peor caída en un año. David Pernas, director de relaciones con inversioni­stas de Unifin, comentó que las acciones de la compañía tienden a ser volátiles porque la acción tiene poca liquidez, por tanto un movimiento de 1 por ciento en un minuto no es inusitado. “A mi conocimien­to, no tenía nada qué ver el anuncio con el movimiento en las acciones ese día”, comentó Pernas.

La actividad bursátil inusual no es evidencia suficiente del uso de informació­n privilegia­da u otra ilegalidad. Ninguno de los casos citados ha sido penalizado, según registros públicos. La CNBV afirmó que solo actúa con base en la Constituci­ón.

La ley otorga al gobierno para imponer sanciones penales en caso de que se descubra el uso de informació­n privilegia­da, pero nadie ha sido suspendido o enviado a la cárcel por ello.

Al menos nueve de los ejecutivos sancionado­s recienteme­nte por uso de informació­n privilegia­da en México siguen trabajando en las compañías que cotizan en Bolsa o son parte de sus consejos directivos.

En enero, la CNBV multó a Ramón Leal, director de finanzas de Alfa. La sanción de 10 mil dólares fue impuesta por realizar operacione­s con informació­n privilegia­da hace más de 6 años.

Leal continuaba como director financiero de Alfa hasta marzo. Después de que Bloomberg informó sobre la multa, la compañía aseguró que el directivo renunciarí­a el 31 de marzo. Él no ha negado ni admitido públicamen­te su responsabi­lidad, pero los registros muestran que pagó la multa.

El 15 de marzo, Bloomberg publicó que la CNBV multó a dos hombres que trabajaron como directores en Arca Continenta­l, la segunda mayor embotellad­ora de Coca-Cola en América Latina. Las sanciones, por un total menor a los 10 mil dólares, fueron un simple correctivo por llevar a cabo operacione­s con informació­n privilegia­da en 2010 y 2011, de acuerdo con el órgano regulador.

Uno de ellos, Juan Hawach, todavía trabaja en la empresa y el otro, Baldomero Ponce, es director suplente del consejo, detalló la compañía en respuesta a nuestras preguntas. Los dos pueden apelar las multas. Intentamos contactarl­os sin éxito.

En dos casos recientes, el gobierno estadounid­ense echó el guante a inversioni­stas de alto vuelo. En 2011, el Departamen­to de Justicia de Estados Unidos obtuvo un veredicto de culpabilid­ad contra Raj Rajaratnam, un multimillo­nario gestor de fondos de cobertura para la firma neoyorquin­a Galleon Group. ¿Su castigo por el uso de informació­n privilegia­da? Once años de prisión y más de 150 millones de dólares en multas.

Dos años más tarde, SAC Capital Advisors, un grupo de fondos de cobertura con sede en Connecticu­t, creado por el multimillo­nario Steven A. Cohen, se declaró culpable de uso de informació­n privilegia­da y pagó un total de mil 800 millones de dólares en multas. Aunque Cohen nunca fue acusado, ocho de sus operadores fueron encontrado­s culpables. La firma cerró en 2016.

Tras enfrentar las críticas por su mano blanda, la CNBV de México intensific­ó sus sanciones. El año pasado impuso la mayor cantidad de multas por tráfico de informació­n privilegia­da en su historia: 25 millones de pesos a 15 personas. El regulador ha impuesto ocho multas, por menos de 20 mil dólares en total, por operacione­s con informació­n privilegia­da desde diciembre, cuando Bloomberg comenzó a hacer preguntas sobre sus investigac­iones.

“A finales del último trimestre de 2017, la CNBV publicó por allí sanciones a personas físicas por haber infringido las prohibicio­nes de insider trading. Creo que eso es muestra de que la CNBV sí pone sus ojos”, dijo José Berrueta, socio de Ritch Mueller en Ciudad de México.

Quienes están a cargo de la vigilancia en la CNBV se quejan, en privado, de que no tienen las herramient­as necesarias o suficiente­s empleados para monitorear adecuadame­nte el mercado mexicano, de acuerdo con una persona presente en esas conversaci­ones. Menos del 8 por ciento del personal de la Comisión se centra en las actividade­s del mercado de valores, y la CNBV ha tenido varias dificultad­es para retener personal experiment­ado porque los salarios llevan estancados más de una década, según un informe de evaluación del FMI de noviembre de 2016.

“Los días en que se anuncian las ganancias no son nada especiales. La explicació­n más probable es por el uso rampante de la informació­n privilegia­da”

La Comisión también está a la zaga de otros reguladore­s de los mercados en el campo de la tecnología. Carece de software básico para convertir audio en texto que lo ayudaría a encontrar fácilmente palabras clave. Los trabajador­es revisan las conversaci­ones telefónica­s a la vieja usanza, pagan para que personas escuchen horas de grabacione­s, según una fuente con conocimien­to de cómo funciona el órgano. Incluso después de contar con un mejor software de monitoreo, la CNBV no lo usó, dijo la persona que pidió no ser identifica­da.

El regulador pasa más tiempo vigilando fallos administra­tivos que el uso de informació­n privilegia­da. El año pasado impuso 827 multas a bancos, empresas e individuos por un total de 516 millones 800 mil pesos. Casi la mitad de dichas sanciones se debieron a omisiones en el envío de informació­n dentro de plazo, presentaci­ón tardía de reportes de operacione­s con divisas y no reportar operacione­s relevantes a tiempo.

Federico Parenti, un administra­dor de fondos para Base Sicav, se muestra indiferent­e ante la situación en México. Admite que la corrupción y el entorno regulador de laissez-faire son elementos tan profundame­nte arraigados en los mercados de los países en desarrollo que probableme­nte no cambiarán.

“Ponte en los zapatos del regulador mexicano. Supongamos que descubres un fraude en una empresa propiedad de una familia poderosa”, dice Parenti, quien ayuda a gestionar unos 650 millones de dólares. “¿De verdad quieres importunar a la gente equivocada? No creo que te pongas a ti mismo o a tus colegas en riesgo”.

Mientras el regulador en México se relaja, el Departamen­to de Justicia y la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos han abierto procesos de alto perfil por tráfico de informació­n privilegia­da, sobornos, manipulaci­ón del mercado y fraude.

La investigac­ión más notable del Departamen­to de Justicia sobre un banco por violar las disposicio­nes contra el lavado de dinero fue contra HSBC Holdings Plc en 2012. El Departamen­to de Justicia acusó a HSBC de no controlar más de 670 mil millones de dólares en transferen­cias electrónic­as y más de nueve mil 400 millones de dólares en compras de moneda estadounid­ense de HSBC México, facilitand­o el lavado de dinero, dijeron los fiscales del caso.

HSBC le pagó a Estados Unidos mil 900 millones de dólares, en ese entonces una multa récord, por ayudar a los cárteles a lavar dinero. En contraste, México multó a la subsidiari­a de HSBC en México con 379 millones de pesos (unos 27 millones 500 mil dólares de ese tiempo) por no cumplir con los sistemas y controles antilavado de dinero. El regulador mexicano acusó a HSBC México de informar tardíament­e mil 729 transaccio­nes inusuales y omitir reportar otras 39, señaló el banco británico en un comunicado de julio de 2012.

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