Empieza la batalla por el alma, y futuro, del país vinícola de Napa
Un nuevo libro enfatiza el conflicto entre el mundo de los grandes negocios, el medioambiente y una obstinada comunidad local.
En febrero, un juez de la Corte Suprema del condado de Napa dio un fallo provisional a favor de un controvertido proyecto de viñedos en Atlas Peak, Walt Ranch, que talaría 14 mil árboles maduros, algunos de hasta 300 años. Los locales han estado preocupados por la erosión, tráfico e irrigación que necesita un viñedo de 84 hectáreas en una ya sensible cuenca. También temieron que los viticultores tras él, propietarios de Hall Wines LLC en St. Helena, California, planearan agregar un complejo residencial. Los nativos llevan años luchando contra el proyecto con manifestaciones, demandas, cartas y testimonios ante la
Junta de Supervisores. En una audiencia, un hombre dijo que Kathryn Hall, copropietaria de Hall Wines, era el diablo.
Así son las exaltadas batallas en el libro “Napa at Last Light: America’s Eden in an Age of Calamity” de James Conaway. El tercero de una apasionada trilogía, deja en claro los riesgos en juego, entre ellos el destino de los comercios y la comunidad, y el futuro de los recursos naturales de la región, que el desarrollo podría dañar irreversiblemente.
Desde su primer libro en 1990, Conaway ha narrado la transformación de Napa de un idílico valle rural, al centro de bodegas lujosas que producen caros cabernets. “El peligro”, dice en una entrevista, “es que Napa se convierta en una atracción de paso, un complejo de entretenimiento de vinos. Ése es el lado oscuro del éxito de Napa”.
Para los foráneos, Napa parece el paraíso: un manantial de riqueza natural que alimenta el hedonismo humano. Pero el libro describe un lugar al frente de las guerras de expansión que atraviesa Estados Unidos. El angosto valle de 40 kilómetros de largo, alberga más de 400 bodegas (unas 60 más esperan aprobación) y, en 2016, 3.5 millones de visitantes han gastado ahí unos 1.9 mil millones de dólares. Cada vez más, los residentes y viticultores preocupados por el medio ambiente se encuentran luchando contra la industria vinícola de Napa.
Gran parte del libro está dedicado a conflictos específicos contados en las historias entretejidas de los coloridos personajes de Napa, útilmente enlistados al frente. Aunque Conaway no los identifica como héroes o villanos, pronto distingues quién es quién en sus ojos. Pero toma precaución: algunas de las luchas se muestran más sutiles de lo que quisiera Conaway. En una anécdota emblemática, Andy Beckstoffer, propietario de más de 400 hectáreas de vinos Napa, entre ellos el histórico viñedo To Kalon, se enfrenta con el flamboyante burgundio Jean-Charles Boisset, propietario del viñedo Raymond, quien es famoso por su colección de zapatos Christian Louboutin. Beckstoffer vive cerca de Raymond, quien se expande con elegantes sitios para fiesta, una tienda de regalos con escupideras de oro e incluso un hotel de perros que atrae a cientos de turistas. Beckstoffer demandó ante la Junta de Supervisores por el aumento de aguas residuales, ruido y tráfico, pero la mayoría votó en contra de tomar acción bajo el argumento de “ésta es la agricultura del siglo XXI”.
Con el ejemplo más irritante, el enólogo Randy Dunn conserva mil 200 hectáreas de naturaleza frágil como una reserva de tierras solo para verlas amenazadas por el acaudalado aspirante a viticultor Mike Davis. Este último planea plantar un viñedo cerca, a pesar de las súplicas de algunas de las personalidades famosas del valle. Preocupados de que los vertidos y terraformación (extracción de rocas y tala de árboles enormes) del viñedo destruyan la paz de la reserva y contamine la presa del agua potable de St. Helena, Dunn y otros se reúnen para planear una estrategia en sus porches. Las objeciones presentadas al Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California y una carta al ingeniero municipal, resultaron en la retención de la aprobación para que David tale árboles por ahora, pero una demanda podría estar en puerta.
Los supervillanos del libro son los extremadamente ricos Kathryn y Craig Hall, y el proyecto Walt Ranch. Craig, un exitoso desarrollador de bienes inmobiliarios ya en decadencia, alguna vez fue copropietario de los Vaqueros de Dallas. Pero de nuevo, nada es tan claro; en persona, ambos son de perfil bajo y encantadores, y pueden señalar varias “iniciativas verdes” en sus viñedos orgánicos y la bodega Hall, que tiene certificación dorada del Leadership in Energy and Environmental Design. El proyecto Walt Ranch espera la aprobación final.
Irónicamente, en 2018 se celebra el aniversario 50 de la Reserva Agrícola del Valle de Napa, la primera del país, fundada bajo la creencia de que “el más elevado y mejor uso” de la tierra es la agricultura. Su objetivo era proteger al valle del desarrollo. “La agricultura en Napa ahora no es lo mismo de lo que era la agricultura en 1968”, dice Conaway. “Ahora la agricultura es una cuestión inmobiliaria. Se acabó la inocencia del Edén”.