La innovación tecnológica podría ser una buena alternativa al muro de Donald Trump.
Los drones, sensores avanzados de movimiento y las alarmas inteligentes podrían ser una mejor opción al muro de Trump.
Tony Sedgwick conduce su camioneta hasta el borde de su vasto rancho de Arizona en el desierto de Sonora, abre una puerta de ganado y sigue hacia el sur por un camino de tierra hasta que llega a la frontera con México. Sale de su camioneta y sigue la línea ondulante de altísimas vigas verticales de acero, mientras el terreno se inclina hacia el lecho de un río seco. “Soy un hombre de 66 años, y no tengo problemas para pasar por esta valla”, se queja. “Puedes ver la insensatez de esto”.
Después de caminar durante media hora, Sedgwick ve una camioneta blanca y verde de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), saluda a los agentes a la distancia y ellos responden solo con un movimiento de cabeza. Explica que probablemente hallemos uno de los cientos de sensores enterrados en lugares secretos debajo de su rancho. Sedgwick señala otro punto en la cima de una colina a un kilómetro y medio de distancia. “¿Ves esa pequeña torre de allí?”, pregunta. Un edificio enrejado asoma en el cielo azul, antenas de radar y cámaras colocadas en la parte superior.
Esta es la frontera suroeste de Estados Unidos tal como existe hoy. Es una herida abierta para el presidente Trump y un importante contingente de sus seguidores. Estrictamente desde una perspectiva geográfica, es obvio por qué la línea divisoria entre México y EU enloquecería a un nativista. Ocupa 3 mil 144 kilómetros de desierto, montañas, ciudades y valles desde el Océano Pacífico hasta el Golfo de México. Un ejército de alrededor de 20 mil agentes de la Patrulla Fronteriza resguarda su longitud a pie y a caballo, en vehículos todo terreno y camiones, día y noche, los 365 días del año.
Capas desiguales en este enredo es un perímetro electrónico de torres de vigilancia, 12 mil sensores de movimiento subterráneos, cámaras que pueden detectar un conejo que salta a kilómetros de distancia, radares de largo alcance montados en torres distantes y aviones no tripulados Predator B, cuyo radar avanzado puede detectar huellas en la arena. En EU hay un consenso bipartidista para impulsar la vigilancia electrónica de la frontera, en vez del “gran y hermoso muro” que pretende Trump.