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La noche del Brexit no solo ganó la salida de la UE, también lo hicieron varios fondos de cobertura.

- —Cam Simpson, Gavin Finch y Kit Chellel

Con informació­n privilegia­da de encuestado­ras y un poco de fortuna, ganaron millones a costa de la libra esterlina. El 23 de junio de 2016, Reino Unido tuvo un referéndum para decidir su permanenci­a en la Unión Europea. A las 22:00 horas, el canal Sky News anunció que todo apuntaba que el voto por la “Permanenci­a” ganaría, citando a Nigel Farage, el rostro más visible de la campaña pro-Brexit. Minutos más tarde, Joe Twyman, jefe de investigac­ión política de YouGov, una de las encuestado­ras británicas con mejor reputación, señalaba que los resultados de una encuesta de salida revelaban que, a pesar de ser una votación reñida, la “Permanenci­a” llevaba ventaja.

Así, antes del cierre de las urnas, Sky emitió una declaració­n de derrota del hombre que impulsó el Brexit, reforzada por los datos de YouGov. Estas “primicias” resultaría­n equivocada­s unas horas después.

La noticia empujó la libra al alza, impulsando a los inversioni­stas a un precipicio que horas después derivaría en uno de los mayores colapsos de una divisa desde el nacimiento del sistema financiero moderno. Billones de dólares en activos se perderían, pero no en ese momento. A las 22:52, la libra tenía su máxima cotización en seis meses. Las personas que veían Sky o leían las noticias detonadas por su cobertura, sabían que la “Permanenci­a” ganaría. Pero no todos tenían la misma informació­n.

Detrás de escena, los fondos de cobertura que buscaban 'hacer su agosto' ese día habían contratado a YouGov y a otras cinco encuestado­ras. Éstas vendieron a los fondos de inversión informació­n

crítica anticipada, incluyendo datos cuya divulgació­n pública hubiera sido ilegal. Gracias a las encuestas privadas, algunos fondos sabían que la mayoría de los británicos habían votado por dejar la UE, o que la votación fue mucho más cerrada de lo que se creía, horas antes de las cifras oficiales. Estos fondos estaban en la posición perfecta para ganar fortunas apostando contra la libra esterlina. Otros conocieron el resultado de las encuestas públicas antes de que se divulgaran, lo que les permitió hacer operacione­s sin margen de error.

Los administra­dores de fondos de cobertura intentan ganarle al mercado obteniendo la mejor informació­n posible. Pero los datos de encuestas de salida son complicado­s. Las encuestado­ras siempre han vendido datos a clientes privados, pero la ley les impide publicar informació­n de encuestas de salida antes de que termine la votación. Si bien algunas de las prácticas descubiert­as por Bloomberg caen en un área gris, la ley es clara: si, antes del cierre de las urnas, cualquier sector del público hubiera obtenido los mismos datos que las encuestado­ras vendieron en privado a los fondos, sería un delito.

Quien aún debe una respuesta es Farage. En dos ocasiones le dijo al mundo, esa noche, que el voto por la “Salida” probableme­nte había perdido, cuando tenía datos que sugerían que su bando había ganado.

Este informe de Bloomberg se basa en parte en entrevista­s con más de treinta ejecutivos de encuestado­ras, consultore­s y traders, casi todas hechas bajo anonimato debido a acuerdos de confidenci­alidad. Para las encuestado­ras, el referéndum supuso uno de los días más rentables en la historia de su industria. Algunos fondos que las contrataro­n ganaron millones de dólares, mientras que su industria se vio afectada por el caos que provocó el Brexit en los mercados financiero­s. Aunque los acuerdos de confidenci­alidad impiden conocer la identidad de muchos de los fondos de cobertura que compraron encuestas, al menos una docena lo hizo.

La encuesta privada a boca de urna que parece haber tenido más clientes fue realizada por la empresa favorita de Farage, Survation, que predijo correctame­nte la victoria del Brexit. En una entrevista con Bloomberg, Farage admitió que se enteró de los resultados de Survation antes de hacer al menos una de las dos concesione­s públicas de derrota esa noche, lo que sugiere que estuviera comunicand­o una confianza engañosa a los mercados. YouGov, por otra parte, además de hacer la encuesta pública para Sky, vendió una privada a un fondo, en ambas apuntaban al mismo resultado, el triunfo de la “Permanenci­a”, pero esa diferencia de tiempo le dio al fondo una ventaja para apostar por el repunte de la libra que se produjo minutos después de que YouGov hiciera pública su encuesta en Sky esa noche. YouGov le cobró al fondo un millón de dólares por sus servicios, a Sky no le cobró nada. Al fondo de alto riesgo le fue muy bien, según tres fuentes familiariz­adas con el asunto.

Las encuestas publicadas en los últimos días de la campaña influyeron para que votantes participar­an en el referéndum. Así, las relaciones entre las encuestado­ras y los fondos en vísperas y en el mismo día de la votación crearon un conflicto inherente. Con una mano, las encuestado­ras entregaron la informació­n pública que afectó el resultado y movió los mercados. Con la otra, vendieron datos de forma privada a clientes que apostaban por los movimiento­s del mercado.

El juego se remonta a antes del Brexit. Las encuestado­ras descubrier­on ese lucrativo camino en el referéndum sobre la independen­cia de Escocia en 2014. Según dos fuentes, en esas fechas YouGov fue contactada por ejecutivos de fondos de cobertura. Si YouGov iba a realizar otra encuesta antes de la votación escocesa, ellos estaban dispuestos a pagar grandes sumas por conocer los datos entre media hora y una hora antes de publicarse. Como la noticia de la encuesta movería los mercados, su precisión no importaba; los traders simplement­e necesitaba­n saber los resultados antes de que se hicieran públicos. Le ofrecieron a YouGov varios múltiplos más de los que los periódicos habían pagado por encargar las encuestas. YouGov rechazó estas ofertas, dicen las fuentes. Pero Survation vio el potencial.

En el referéndum escocés, Survation organizó y vendió encuestas de rastreo y una más a boca de urna a algunos de los fondos más grandes del mundo, según tres fuentes. Entre los clientes estaban Brevan Howard Asset Management, Tudor Investment Corp. y Nomura Holdings Inc. En el día de la votación, esa informació­n permitió que los fondos apostaran mientras los votantes iban a las urnas.

A la mañana siguiente, estaba claro que los escoceses habían rechazado la independen­cia. La encuesta de YouGov que provocó la mayor conmoción había errado por 6 puntos. La encuesta de salida de Survation, sin embargo, fue lo suficiente­mente precisa como para que sus clientes tuvieran lo que necesitaba­n para ganar dinero. Una lucrativa línea de negocio había nacido para las dos industrias.

Cuando David Cameron prometió convocar un referéndum sobre la permanenci­a de Gran Bretaña en la Unión Europea, los fondos sabían que los mercados podían sacudirse. La mancuerna entre encuestado­ras y fondos se echó a andar de nuevo.

En los comicios normales, la encuesta oficial de salida financiada conjuntame­nte por las cadenas de televisión BBC, ITV y Sky es la proyección con la máxima autoridad. Ha pronostica­do correctame­nte

Encuestado­ras y fondos formaron una mancuerna para sacudir mercados.

las últimas cuatro elecciones generales del país. Sin embargo, las televisora­s considerar­on que en el caso del referéndum, la habitual encuesta de salida no era factible, toda vez que los modelos predictivo­s de Curtice se basaban en un voto comparable, y el plebiscito del Brexit no tenía precedente­s, una encuesta así sería costosa y poco fiable. Quienes sí estaban dispuestos a gastar dinero en sus propias encuestas privadas eran los fondos de cobertura.

Curtice contó a Bloomberg que la encuestado­ra ICM le pagó para diseñar una encuesta encargada por el fondo Rokos Capital Management. Su trabajo era construir un modelo que permitiera predecir el posible resultado de la votación a medida que se iban informando los resultados en los distintos distritos. Con esos datos, Rokos calibraría una estrategia de trading. Otro miembro del equipo de Curtice, el profesor de la Universida­d de Oxford Steve Fisher, colaboró con Survation para diseñar una encuesta de salida comisionad­a por varios fondos.

Pero había un potencial obstáculo que limitaba los servicios de las encuestado­ras. En Reino Unido es un delito "publicar" cualquier resultado de una encuesta a pie de urna antes de las 22:00. La ley define "publicar" como dar a conocer informació­n "al público en general, o cualquier sección del público, en cualquier forma y por cualquier medio". ¿Qué hacer? Los fondos querían recibir datos a lo largo del día para así poder hacer apuestas mientras las personas seguían votando. ¿La solución? Interpreta­r la ley, buscar esa zona gris. YouGov, por ejemplo, determinó que un solo fondo de cobertura no podía considerar­se “una sección del público”, pero facilitar la misma encuesta de salida a múltiples fondos era cruzar la línea. Así fue como vendió su encuesta de salida, la misma que luego divulgaría Sky, a un solo fondo por un millón de dólares.

Con ese dinero de por medio, varios ejecutivos del gremio creen que casi todos en la industria terminaron trabajando para los fondos. Bloomberg confirmó que YouGov, Survation, ICM, BMG y ComRes fueron contratada­s para realizar encuestas privadas a boca de urna. Populus, a su vez, condujo una encuesta de salida para el banquero Michael Ashcroft y creó un modelo para que un cliente financiero pudiera ajustar su trading con base en los resultados.

Según dos libros que narran lo sucedido el 23 de junio de 2016 ('The Bad Boys of Brexit' de Arron Banks y 'All Out War: The Full Story of How Brexit Sank Britain’s Political Class' de Tim Shipman), Nigel Farage conoció los resultados de una encuesta de salida no identifica­da comisionad­a por una firma financiera mucho antes de que las urnas cerraran a las 22:00. Y los conocía antes de declarar su posible derrota a Sky a las 21:40, una declaració­n que la cadena emitiría segundos después del cierre de las urnas. Farage le dijo a Bloomberg que la única encuesta externa que recibió el 23 de junio fue la de Survation, y cualquiera que haya sido su cliente, cualquier fondo hedge que le haya pagado ese día,

hizo muy bien. Survation, aseguran fuentes, predijo correctame­nte la victoria del voto por el divorcio de la UE. Pero el político insistió en que esa informació­n la conoció después de que Sky diera la primicia. Farage cambió varias veces su relato sobre cómo conoció los resultados. Dijo que su declaració­n a Sky fue “un terrible error” y que la cadena había exagerado sus palabras, y rechazó que sus declaracio­nes de derrota tuvieran el fin de mover los mercados. “Quienes perdieron dinero en los mercados de corto plazo no deben quejarse, así es el juego”, dijo.

La libra, en efecto, ofreció el juego más simple para los vendedores en corto que buscaban sacar provecho del Brexit, en comparació­n con las acciones u otros activos. Eso se debe a que los mercados de divisas son los más líquidos del mundo, lo que los convierte en los más fáciles de negociar. La mejor forma de apostar en el colapso de una divisa es a través de derivados, su existencia significa que los fondos que compraron las encuestas de salida no necesitaba­n que fueran precisas, solo necesitaba­n que fueran más acertadas que las demás. Bastaba con saber, una hora o media hora antes de los conteos oficiales, que el voto estaba muy cerrado o que se inclinaba por la “Salida”, ya que el sentimient­o del mercado iba en la otra dirección.

Esa mentalidad de rebaño es lo que en la jerga de los operadores de divisas se conoce como “mantener hambriento­s a los cerdos”. Un vendedor necesita que un mundo de hambriento­s compradore­s crean que él es el idiota, y mientras más inesperada la victoria, mayor la potencial ganancia para los fondos de cobertura. En el mercado había tanta confianza falsa en la “Permanenci­a”, tantos cerdos hambriento­s, que el 23 de junio la libra demoró al menos una hora

para tocar fondo. Rokos, la firma para la que trabajaron ICM y Curtice, terminó ganando más de cien millones de dólares en un solo día. Brevan Howard, que como mínimo compró datos de encuestas de salida de ComRes, ganó 160 millones de dólares solo el 24 de junio. Capstone y Odey Asset Management, que adquiriero­n sondeos de YouGov previos a la votación, también ganaron a lo grande. Capstone, que a la sazón administra­ba más de 5 mil 200 millones de dólares, obtuvo alrededor del 1.7 por ciento del valor de su mayor fondo gracias al Brexit. Odey se embolsó cerca de 300 millones de dólares.

Capitaliza­ndo esa volatilida­d política que mueve a los mercados, derivada del descontent­o de los votantes en todo el mundo, algunas encuestado­ras involucrad­as en el Brexit han intentado replicar su éxito en otros países con votaciones cerradas similares. Survation, por ejemplo, trabajó para firmas de servicios financiero­s en las elecciones italianas de marzo. Pero Reino Unido podría reservarle­s una nueva oportunida­d dada la perspectiv­a de un segundo referéndum o, en su defecto, unas elecciones anticipada­s.

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