¿Quieres enviar algo al espacio? Checa esto
Estos son los nuevos cohetes que harán más fácil y barato llegar al espacio.
La humanidad ha lanzado al espacio equipos científicos, satélites e, incluso, seres vivos durante más de 50 años, a menudo por enormes montos de dinero que solo los gobiernos podían pagar. Ahora, el negocio de lanzamiento de cohetes ha madurado hasta convertirse en uno en el que docenas de compañías privadas del mundo compiten por ver cuán barato pueden enviar material al espacio.
Para algunos, eso significa desarrollar cohetes más pequeños que están diseñados para transportar solo unos pocos cientos de kilogramos en la órbita terrestre baja (LEO, por sus siglas en inglés), generalmente altitudes de 2 mil 400 kilómetros o menos, a un costo de tan solo 250 mil dólares. Si eres un operador de microsatélites que no puede esperar a que un cohete de mayor tamaño llene todo su espacio con otros clientes, esto es un cambio de paradigma.
En el otro extremo del espectro de carga útil de la industria, las empresas trabajan para lograr economías de escala con cohetes más pesados. Entre los 10 más lanzados, los más asequibles por kilogramo son el Falcon 9 de SpaceX y el Proton M de Roscosmos, ambos capaces de llevar 20 mil kilogramos o más, según la Administración Federal de Aviación. El más rentable en términos generales es el Falcon Heavy de 63 mil 800 kilogramos de capacidad, que se lanzó con éxito a principios de este año.
Estas innovaciones para vehículos de carga útil muy pequeños y muy grandes han llevado a costos más bajos para la industria del lanzamiento espacial en general. Carissa Christensen, quien es fundadora y directora ejecutiva de la consultora Bryce Space and Technology, explica que ha habido una reducción del 10 al 15 por ciento en los costos de lanzamiento en términos reales desde 2010, impulsada en parte por SpaceX.
La compañía “ha bajado los precios de lanzamiento en aproximadamente un 25 por ciento”, detalla Christensen, ahorrando a los clientes entre 10 y 20 millones dólares, y presionando a sus rivales.
Entre las misiones de transferencia geoestacionaria o geosincrónica (GTO, por sus siglas en inglés), que necesitan alcanzar una órbita específica de alrededor de 36 mil kilómetros y por lo tanto son más adecuadas para comparaciones directas, los costos promedio de lanzamiento han bajado aproximadamente un 20 por ciento desde hace cinco años, según Carolyn Belle, una analista en la consultora espacial Northern Sky Research. Aquí, nuevamente, el Falcon 9 lidera el sector.
A pesar de los mayores costos de lanzamiento por kilogramo de carga útil de Delta IV y Atlas V de la empresa ULA, ambos cohetes han sido uno de los pilares de los contratos de lanzamiento del gobierno de Estados Unidos. ULA tuvo el monopolio de los despegues espaciales militares de ese país durante más de una década, hasta 2016, cuando SpaceX ganó un contrato de la Fuerza Aérea norteamericana.
Mientras que el Atlas V se utilizó para reabastecer la Estación Espacial Internacional tan recientemente como el año pasado, la mayor competencia también ha llevado a la NASA a utilizar el cohete Antares de Orbital ATK, el Falcon 9 de SpaceX y cohetes Soyuz de fabricación rusa.
Sin embargo, eso no significa que obtenga los mismos ahorros de costos que disfrutan los clientes comerciales. Según Northern Sky Research, el gobierno de Estados Unidos tradicionalmente paga aproximadamente el doble que el promedio comercial para lanzamientos de GTO, debido a la mayor sensibilidad de lo que está enviando y las especificaciones y costos adicionales que requiere.
Ya sea que se trate de una compañía de geolocalización con sede en Estados Unidos que contrata SpaceX para lanzar satélites o científicos europeos que hacen experimentos con cohetes Roscosmos, el costo real se negocia según la carga útil, el sitio de SpaceX disrumpe la industria del lanzamiento lanzamiento (más cerca del ecuador es mejor), el ángulo de lanzamiento y otros factores. Sin embargo, estos problemas técnicos de gran valor se ven cada vez más afectados por los cambios en la economía y la nueva generación de titanes comerciales que están transformando rápidamente la industria de los lanzamientos espaciales.