Lindo comercial, Nike, aunque tus broncas de género siguen
○A pesar de despedir a 11 gerentes, la compañía enfrenta demandas por políticas laborales contra las mujeres.
Hasta hace poco, las quejas de acoso sexual en Nike Inc. seguían un itinerario familiar en la era de #MeToo. Es decir, las mujeres que trabajaban en la empresa compartían información sobre el abuso que enfrentaban en el trabajo y, poco después, rodaban cabezas en la compañía.
Pero ahora, cuatro exempleadas de Nike están demandando en los tribunales al gigante de la ropa deportiva no por acoso sexual, sino por discriminación salarial y oportunidades limitadas para que las mujeres obtengan ascensos en la empresa.
Las demandantes piden una indemnización y el fin de las presuntas políticas discriminatorias de Nike. Si la demanda supera el difícil obstáculo para obtener el estatus de acción colectiva, se espera que se unan al menos otras 500 mujeres, afirma una abogada de las querellantes.
“Limitarse a despedir a algunas personas no va a cambiar algo que se lleva produciendo durante muchos años”, dice Laura Salerno Owens, la abogada de las demandantes. “Así no es como funciona esto”.
Compañías que también han sido demandadas por acoso sexual han aplicado despidos masculinos de alto perfil, como en NFL Network y CBS Corp. Pero lo que hace que la demanda contra Nike sea diferente es que pretende eliminar un presunto sistema de discriminación en el cual el acoso es solo una parte de un problema mayor. También puede significar que la destitución de los involucrados sería solo el comienzo de los problemas legales de la empresa, en lugar del final.
“Si existe una cultura de acoso dentro de una organización, eso probablemente sugiere problemas más amplios en torno a la equidad de género”, advierte Emily Martin, vicepresidenta de educación y justicia laboral en el National Women’s Law Center. En el caso de Nike, esos problemas más amplios incluyen acusaciones de salarios iniciales más bajos y el nulo ascenso de las mujeres a los trabajos mejor pagados.
El acoso y la discriminación salarial a menudo van de la mano porque son síntomas de la misma enfermedad, afirman los defensores de los derechos de las mujeres. Christina Chen-Oster, quien es parte de una demanda colectiva de discriminación salarial contra Goldman Sachs Group Inc., por ejemplo, aseguró que su carrera fue cuesta abajo después de sufrir una agresión sexual de un compañero de trabajo. Y Lilly Ledbetter, quien llevó a la Suprema Corte su caso de discriminación salarial contra Goodyear Tire & Rubber Co., también reconoció haber experimentado acoso sexual mientras trabajó allí. “El acoso con frecuencia se combina con otras clases de discriminación, ya que el acoso es una expresión de desvalorización de la mujer en el espacio laboral”, dice Martin.
Nike ha reconocido los problemas en la empresa y está implementando algunos cambios. Recientemente introdujo una línea telefónica anónima para que los empleados planteen sus preocupaciones, ofrece talleres de sensibilización para atajar el sesgo inconsciente y está brindando capacitación obligatoria adicional para diez mil gerentes. Además, contrató hace poco a su primer director de diversidad e inclusión.
Los cambios, afirman algunos exempleados, no son suficientes, porque no hacen nada para abordar un entorno que menosprecia a las mujeres. Kelly Cahill, exdirectora senior en Nike, menciona que un superior (que desde entonces fue despedido) usó un insulto antigay para referirse a las mujeres en varias ocasiones. Cahill, quien ahora trabaja para Adidas AG, también afirma que en 2017 le pagaron aproximadamente 20 mil dólares menos que a un hombre
“Limitarse a despedir a algunas personas no va a cambiar algo que se lleva produciendo durante muchos años”